Balas y proyectiles

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¡Hola!

Sigo padeciendo mis migrañas, pero por algún motivo ya no me dan tan fuerte cuando me pongo a escribir. Por eso estáis teniendo capítulos nuevos tan seguidos ^^ Ojalá siga así la racha!



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Viajaron unos días casi sin contratiempos, salvo algún que otro encontronazo con los zombies cuando salían a buscar provisiones.

Peter había aprendido rápido a dominar todas las armas. Sus amigos se encargaron de buscar sitios despejados para ayudarle a practicar su puntería y enseñarle a manejar todo el armamento.

El chico se percató de que, casi cada día, Tony utilizaba un teléfono por satélite para hablar con su amigo Bruce. Este le informaba de cómo iba la investigación, y Stark le indicaba cuál era la situación en la que se encontraban él y sus acompañantes.

¿Cuándo calculas que tardaréis en llegar al aeródromo?—le preguntó el científico aquel día.

Tony sostenía el teléfono contra la oreja mientras Steve conducía.

—Es difícil saberlo, Banner. Todo depende de las paradas que necesitemos hacer. Lo único que puedo hacer es seguir en contacto contigo, como llevo haciendo desde el primer día, para que sepas que sigo vivo.
Créeme. Es bueno saber que lo estás. Te necesitamos aquí, Tony.
—Vaya, gracias. Me alegra que te haga más feliz saber que estoy vivo para ayudaros que porque me aprecies como amigo.

El científico se rió al otro lado de la línea.

Ya sabes que me alegro por ambas cosas.
—Dame tiempo y estaré allí. Los españoles son unos científicos nefastos. Tú eres brillante, pero necesitas el toque Stark.

Para amenizar el trayecto, Tony comenzó a contar las mejores anécdotas que había vivido como genio multimillonario antes de la catástrofe

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Para amenizar el trayecto, Tony comenzó a contar las mejores anécdotas que había vivido como genio multimillonario antes de la catástrofe. Peter alucinaba con la cantidad de famosos con los que se había codeado y la cantidad de países que había visitado.

—...y así fue cómo dejé el orgullo de Paris Hilton por los suelos al rechazar su invitación a su fiesta de cumpleaños—comentó. Esta vez, conducía él para que Steve pudiera recostarse en el asiento del copiloto y descansar un poco.
—¡Oh, vamos!—exclamó Peter—. ¿Cómo rechazas eso? ¡Una fiesta de Paris Hilton debe de ser la hostia!
—Mm... Déjame pensar... Niñas pijas y consentidas llevando a sus chihuahuas gruñones como complemento de sus outfits, música pop del momento, probablemente Taylor Swift, sonando a todo volumen, cócteles con sombrilla, pasarela de moda...—Chasqueó la lengua—. No, gracias. Prefiero una fiesta de hard rock con mujeres y hombres de verdad.

Un disparo les alertó y despertó a Steve, que se incorporó en el asiento.

—¡¿Qué demonios...?!
—Parece que tenemos compañía, Rogers—le dijo Tony.
—¡Zombies!—exclamó Peter, intentando averiguar de dónde había venido el disparo.
—No—negó Tony, muy seguro—. Ellos son puro instinto. No usan armas. No piensan. Sólo atacan.

Apocalypse (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora