Nothing to lose [Rubius]

CHAPTER XIV - Los asaltadores asaltados.

[Narra Kitana]
Han pasado siete días, quedan cinco para el gran asalto. En estos días me he dedicado a entablar confianza con Mangel, el cual viene todas las mañanas a hablar o jugar con las gafas de RV. He averiguado que lleva conociendo a Rubius desde antes de la Nueva Era, me ha contado que antes se dedicaba al mundo de YouTube pero que siempre ha vivido de lujos aunque dice que su carácter ha cambiado mucho. También me ha dicho que tiene dos gatos robóticos en recuerdo a los dos que tenía en su pasado humano y que su físico no se parece en nada al que tenía antes. Aunque Mangel dice que él tampoco se libra de eso, que antes estaba más rellenito y ahora es todo un armario empotrado. La verdad es que es simpático y muy leal. Pero no tiene comparación con Takeshi, lo sigo extrañando mucho, todos los días me acuerdo de él. Ojalá esta misión acabe pronto y pueda volver con junto a él y a Zed, aunque no quiero engañarme, sé que este sufrimiento va para largo.
Cae la tarde-noche y empiezo a prepararme, tenemos que ir a recoger un cargamento de armas que nos van a venir bien para el asalto. Vamos tres furgonetas, a mi me toca ir con Rubius, Hachiro, otro tío que se llama Tommy y el hermano de este llamado Louis.
Cuando llegamos al punto de recogida vemos a un coche deportivo acompañado de dos camiones.
-Bajar -Nos dice Rubius.
Hacemos lo que nos dice, me coloco bien el subfusil y una máscara que llevo para tapar un poco mi rostro.
-¿Dónde están los juguetitos? -Pregunta Tommy en voz alta.
Unos japoneses trajeados comienzan a salir de los coches, los contemplo bien a todo, van armados como nosotros.
-¿Y el dinero? -Pregunta uno de ellos.
-Primero las armas. -Responde Tommy.
El chino hace un gesto con la cabeza y dos de ellos van a los maleteros de cada uno de los camiones. Sacan unos maletines enormes y nos los colocan enfrente. Entonces entra en escena Rubén, baja del coche con otro maletín y se dirige hacia el japonés que estaba hablando. Hachiro me da un golpe en la espalda para indicarme que vayamos con él. Le entrega el maletín. Estoy atenta a la zona, miro a los japoneses y luego me da por mirar detrás de los camiones, veo a un gran grupo de personas vestidas de negro y con armas viniendo agazapados hacia nosotros.
-¡Emboscada!
De repente aparecen un montón de hombres más, todos se ponen a la defensiva con las pistolas y no tardan en oírse los disparos.
-¡Hachiro coge el cargamento! ¡Kitana cúbrele! -Nos grita Rubius antes de correr hacia la furgoneta.
Persigo a Hachiro mientras arremeto contra los que nos disparan, el robot coge uno de los maletines y nos dirigimos hacia una de las furgonetas. Sigo cubriéndole las espaldas, cuando volvemos para recoger la otra alguien se abalanza sobre mi, Hachiro continúa su camino así que me quedo zafandome del tío. Le meto un codazo y después lo tiro al suelo, le pongo el arma sobre la cabeza pero antes de disparar me fijo en su uniforme. Es un conservacionista. Le golpeó con el arma dejándole inconsciente. Y me muevo para ir a por Hachiro, no le veo, pero no ha recogido el maletín.
-¡Suelta el arma! -Me grita uno de los conservacionistas.
Me giro no sé qué hacer. Doy un paso hacia él pero me amenaza con el arma.
-Necesito hablar con Zed -Le digo intentando que me oiga entre tanto disparo.
Creo que no lo hace porque me dispara en el hombro, me duele pero no como duele un balazo teniendo un cuerpo humano. Veo a Hachiro detrás de este y hago lo único que puedo hacer. Disparo a uno de los míos, esperando que no le haya matado.
-¿¡Donde estabas!? -Le pregunto.
-Nos íbamos sin ti. Vamos.
¿Está de coña? ¿Casi me dejan aquí tirada? Solo queda una furgoneta asique nos montamos en ella y regresamos a Skyrim.
Estoy enfadada, bastante. Primero porque he disparado a un compañero y segundo porque esta gente casi me dejan tirada en plena batalla.
-¿¡Que coño ha pasado Hachiro!? -Pregunta cabreado Rubius.
Tommy está llorando y tiene en su regazo al cuerpo sin vida de Louis.
-No lo sé señor, alguien ha debido de dar un chivatazo -Veo de reojo cómo gira su cabeza de metal señalándome.
-¡Ah no ni se te ocurra pedazo de chatarra! - Tiro el arma al suelo y le señaló con el dedo amenazándole. -¡Casi me dejáis ahí tirada!
-¿Que ha pasado? -Mangel aparece por la puerta alarmando.
-¡Mañana hablaremos de acuerdo! ¡Todo el mundo a su puta casa o habitación! -Grita Rubén, bufo, no me ha echo nadie ni caso. -Lo lamentó mucho Tommy, te compensaré con una buena mercancía. -Escucho antes de desaparecer.