CHAPTER XVIII - Sube la temperatura.

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*A tres días de la operación Demolición*
Noto como alguien me acaricia el brazo, me giro en la cama y al abrir los ojos veo entre la oscuridad de la noche a Rubius sonriendo maliciosamente. Me agarra la cara con sus manos y me besa a la fuerza. Intento chillar pero no puedo. Se coloca encima mia, esta desnudo (oh no...) Me agarra del tanga y de un fuerte estirón me lo arranca.
-Lo vamos a pasar muy bien -Me dice entre dientes. Cierro los ojos con fuerza esperando lo que se viene...
Abro los ojos despacio y compruebo que esta amaneciendo ¿Eso ha sido un sueño? Me recompongo en la cama y compruebo que llevo toda mi ropa interior, estoy confusa. Me froto los ojos y me levanto.
Después de darme una ducha rápida y ponerme algo simple de ropa escucho que llaman a la puerta. Abro nerviosa, pensando que podría ser Rubius, pero me encuentro con Mangel tras la puerta.
-Hey ¿Que tal? -Me saluda sonriente.
-Hola Mangel, pasa.
-¿Estas bien? -Pregunta cauteloso mientras nos dirigimos al salón. -Ayer te vi bajando con mucha prisa, me extrañó que siendo las horas que eran no estuviese aquí.
-Estaba con tu amigo -Contesto sonando más borde de lo que quería.
-¿Y hay algo que me quieras contar? -Dice tras unos segundos de silencio.
-Nada que debas saber -Le miro y noto una mirada preocupada en su rostro ¿Qué piensa que va a hacerme Rubius? -Perdona si estoy un poco seca. Es que estoy nerviosa. Queda poco para el gran golpe.
-Todo saldrá bien, no te va a pasar nada. Ya eres el ojo derecho de Rubius.
-¡Venga ya, el ojito derecho eres tú! -Respondo riendo.
-¿Yo?
-Pues claro ¿Por qué sino no vienes nunca a jugarte el cuello a alguna de las misiones? No hace más que protegerte.
-No voy porque no quiero, nunca ha ido conmigo este tipo de vida. Yo...Ambos éramos personas muy diferentes antes de la Nueva Era.
-¿Y por qué cambiasteis?
-Yo no considero que haya cambiado, me he adaptado. Pero Rubius...Digamos que entró con mal pie y se fue al lado oscuro.
-Bonito referencia a Star Wars -Sonrio. -¿Como era?
-Me sorprende que conozcas esa saga. Pues... No sé cómo decirte... -Se levanta y mira a través de las ventanas. -Lo conocía muchísima gente y lo adoraban. Era un buen tío, amigo de sus amigos y muy atento con todos los que le rodeaban. Su trabajo se le daba genial. Nació para ser lo era y no lo que es ahora.
-Anoche parecía otra persona, hacía bromas, reía con todos, estaba despreocupado -Me miro las manos y recuerdo el beso que nos dimos. Aparto esa imagen inmediatamente. -¿Por qué se metió en esto?
-No creo que deba decirte eso -Se da media vuelta para mirarme. -Tengo que hacer unos recados, en realidad solo he venido para avisarte que tienes una reunión dentro de... -Mira la hora. -Cinco minutos.
Salgo por la puerta terminando de hacerme una coleta. Cojo el ascensor y tomo aire. No quiero encontrarme con Rubius. El ascensor para en el siguiente piso y si antes lo pienso él aparece al otro lado. Cuando se abren las puerta se coloca a mi lado. Me quedo mirando al frente, viendo cómo subimos los pisos. El ambiente cargado que hay en ese cubículo de 4x4 hace que me falte hasta el aire. Veo de reojo a Rubius estirar el brazo y parar el ascensor.
-Necesito hablar contigo -Se voz parece apagada. Le miro, tiene la mandíbula apretada. -¿Por qué te fuiste corriendo?
-No creo que esto sea correcto -Trato de estirar mi brazo pero el me agarra de la muñeca y se coloca delante mía.
-No sé que me estás haciendo... -Me susurra al oído mientras me acaricia con su nariz. Hace que me estremezca y palpite mi zona baja. Esto no debería estar pasando.
-Rubius... -Pronuncio casi gimiendo.
Suelta su mano de mi muñeca y me coge de la cintura pegando su cuerpo junto al mío. Me quedo muy quieta y él poco a poco va acercando su cara, contemplo cómo se relame y después muerde el labio inferior de su carnosa boca. Antes de que me dé cuenta ya he cerrado los ojos y siento nuestros labios unidos. Al principio es un tierno beso que me pone la piel de gallina pero al segundo acercamiento se vuelve un beso más salvaje y pasional. Jugamos con nuestras lenguas y nos mordemos con suavidad los labios. Noto una extraña sensación proveniente de entre mis piernas, supongo que es la sensación de ponerse cachonda en este nuevo cuerpo. No voy a negarlo, sienta bien.
Nos separamos tras lo que me parece una placentera eternidad y veo que sus ojos echan fuego (no literalmente, obviamente).
-Ven a mi apartamento -Me pide acariciándome la mejilla. Juro que sino fuese consciente de la realidad que hay tras esto iría sin pensarlo. Ahora mismo estoy a cien, pero esto está mal, fatal. -Por favor -Me suplica al ver que no contesto. Creo que es la primera vez que me pide algo tan desesperadamente.
-No puedo... -Consigo articular palabra. Pongo mis manos en su duro pecho y le aparto un poco.
Si no fuese porque sé que este hombre no tiene corazón diría que se lo acabo de romper por la cara que ha puesto. No dice nada, pulsa un botón y el ascensor vuelve a ponerse en marcha. Tarda a penas unos segundos en llegar a la planta donde me bajo. Dado que es la última él sale también. Nos cruzamos con Auron en cuanto se abren las puertas. Rubius sale escopetado mientras que yo me quedo parada con cara de circunstancia, Auron pone una medio sonrisa y después niega con la cabeza.
-Vamos, iba a ir a buscarte -Pronuncia.
-¿De qué vamos a hablar? -Por fin abro la boca.
-Vamos a organizar todo el armamento del cual disponemos.

Nothing to lose [Rubius]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora