°Prólogo°

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El fuego crepitaba levemente, mientras las dos personas que estaban en aquel salón permanecían acurrucadas en uno de los sofás. La mayor sujetaba un libro de tapas claras y de gran volumen.

-…Los titanes acecharon todo a su paso, mientras los demonios de Paradise permanecían ocultos como cobardes en sus murallas...-La menor sujetaba con fuerza la manta que la abrigaba, mientras mostraba un rostro de sorpresa.-Por años se mantuvieron así, hasta que ellos decidieron atacarnos en pleno Liberio.

-¿Por qué lo hicieron?-preguntó mientras los mechones de su negro cabello caían en su rostro.

La mayor sonrió, mientras la ayudaba a apartarse los mechones.

-Porque son demonios sedientos de venganza y sangre. Sobretodo sus líderes.-La mujer avanzó unos capítulos y llegó a una imagen dibujada a lápiz.-Uno de ellos estaba tan trastornado que por poco activa el retumbar, poniendo en peligro a nuestra gente y al resto del mundo-La pequeña acercó al libro hacia su cuerpo y así pudo ver mejor a uno de los líderes de los demonios. No sabía el porqué pero...Le parecía conocido.

-Mamá...-Los verdes ojos de la pequeña, a la luz del fuego en la chimenea, parecían brillar de una manera impresionante.-¿No encontraron otra forma de acabar la guerra... Sin más guerra?

-Mi pequeña Haru, recuerda que ellos son demonios. Demonios que mataron a tu padre... Y no importa cuánto lo intentes en razonar con ellos, un demonio siempre será un demonio. Y ellos no son la excepción.-La menor bajó la mirada.

-Está bien.

-Agradece a Dios y a Helos que naciste como una fuerte marleyana-La pelinegra mayor abrazó a su hija, además de besarle en su coronilla-Una fuerte marleyana para vengar a tu padre...

La pequeña continuó viendo el libro, mientras las palabras de su madre eran ignoradas y se perdían en el aire.

Aquel sentimiento de familiaridad no la abandonaba.

°°°

Liberio
Año 865

Una gran columna de humo se veía desde la distancia, la cual se iba desvaneciendo en unos escasos hilillos de humo cuando llegaba a gran altura , mientras, admirando aquella columna se veía la silueta de, lo que parecía ser, era una niña. Poco a poco, ella se dió la vuelta, para mostrar unos ojos sombríos, llenos de dolor y sin vida, mientras unas lágrimas recorrían sus mejillas.

-Mi...sa...ki...- dijo en un susurro apenas audible, mientras una sonrisa llena de tristeza invadía su rostro.-...ta...su...ke...te...

"Ayúdame..."

Aquella palabra se repetía una y otra vez dentro de su mente, hasta que, de un momento a otro, la oscuridad llegó para cubrir el lugar.

-Eru...dia...o...sukuu.-Fue lo último que escuchó.

°°°

La luz de la mañana, que se colaba por la pequeña ventana, empezó en escasos segundos a cubrir lentamente la habitación de colores fríos, hasta llegar a iluminar el rostro caucásico de la persona que dormía ahí.

Poco a poco, la joven reaccionó a la luz y, luego de un tiempo, abrió sus ojos y se dió cuenta de que un nuevo día estaba comenzando.

Pero un día del que ella no quería comenzar.

Y, a pesar de que el tiempo avanzaba, la joven se llevó una mano a su cabeza, mientras intentaba recordar el extraño sueño que había tenido hacía unos segundos. Pero le fue imposible, era como si, en un instante, aquello hubiera sido borrado por su mente junto con una leve migraña.

Con un suspiro, se levantó de su cama y comenzó a caminar por la habitación y empezar el largo día que se avecinaba.

Sólo tuvo que tardarse unos pocos minutos para que aquel traje blanco con decoraciones doradas y rojas cubriera la mayor parte de su cuerpo.

-¿Ésta todo bien?- una mujer de cabellos negros con unas cuantas canas apareció en la habitación, mirando con ternura a la azabache menor, que mantenía su mirada verde en el suelo.

-Si... Todo está bien.- La chica maldijo por lo bajo, ya que, le era imposible terminar de abotonar su traje.

La mujer rió por lo bajo y avanzó hasta la joven, buscando una manera de ayudarla.

-No necesitaba ayuda...-la joven bajó la mirada, cuando su contraria terminó de ayudarla en arreglarse. La mujer no respondió, en cambio, sonrió y la abrazó.

-Todo estará bien... Sé fuerte.-Durante unos segundos, ella no fue capaz de moverse, pero luego, terminó correspondiendo el abrazo de la mayor.-Demuestra que eres una Hiruma Dalca. Sé el orgullo mío y de tú padre.

Al separarse del abrazo, la joven de ojos verdoso miró los ojos grisáceos de su mayor, buscando de alguna manera encontrar paz en su pequeña alma. Pero la terminó desviando al cuadro de un hombre de cabello negro y ojos azules. Era su padre.

-Haré lo posible...-La joven pronto se encontró frente a la puerta de su habitación, pero no se fue hasta apartar su mirada al espejo que descansaba en una de las paredes.

Aquel uniforme blanco con líneas y decoraciones doradas la veían más madura más allá de sus once años... Pero, para ella, era ver una persona muy distinta.

Bajó su mirada, y tras un nuevo suspiro, la joven puso un brazalete cerca del hombro izquierdo de su uniforme.

-Haru.-le llamó la mayor.-Suerte.

La joven sólo mostró una leve sonrisa de tristeza a su progenitora, para luego, marcharse de la habitación.

Empezó a tocar su brazalete, el cual representaba, no sólo que era una nueva novata, sino que ahora y en adelante pertenecería al poderoso ejército de su país, todo por culpa de las Nuevas Leyes Militares.

Y aquello se lo recordó una y otra vez, cuando, ante ella se elevaba un edificio de color blanco, y para su sorpresa, tenía algunos escombros de una piedra traslúcida incrustados en sus paredes.

-¡Bienvenidos, queridos reclutas, a la nueva tropa del ejército de nuestro amado Marley!-Habló de manera fuerte y firme, una adulta joven de cabellos castaños amarrados en una trenza que descansaba en uno de sus hombros. Dió un rápido vistazo al grupo de niños que estaban frente a ella, luego continuó-¡Es hora de entregar su alma a nuestro país!

-¡Si, señora!-gritaron el resto de los jóvenes, a excepción de ella...

Quien mantenía su mirada perdida en el suelo, mientras sus manos se aferraban en su bufanda roja que adornaban su cuello. Una bufanda que la acompañó desde pequeña.

-Debo ser fuerte.-susurró.-Por ti, padre.

°°°

Ya está el primer capítulo de Hiruma *Inserte aplausos (?*  Espero les haya gustado y puedan dar su opinión.

Les aviso que esta historia será dividida en tres o cuatro partes (Muy pronto se los confirmaré) y cada una de ellas contará con bastantes sorpresas y acontecimientos. Vayan preparándose )?

Por último, les recuerdo que "Hiruma" está basada en el manga de Attack on Titan, asi que tengan bastante cuidado con los spoilers.

Sin más que decir, sayonara.

Hiruma 『SnK/AoTメƑαnfic』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora