El duque de Cambridge se encontraba en aquella vieja casa de campos esa mañana se había despedido de sus amigos y al mediodía habia partido, estaba furioso aunque lo escondía de un gran manera, su madre se había metido donde no tenía nariz ni hueso. Se encontraba silencioso en aque viejo salón viendo el fuego hacer ceniza la leña, todavía no podía creer que su madre haya manipulado a su secretaria para que cualquier carta de Rosalia no fuera entregada a él, esta colérico, casi lo había golpeado hasta que estuviera inconsciente si no fuera porque esta su buen amigo Enrique con él. Ese día había decidido llegar temprano porque necesitaba unos papeles cuando vieron a George sacar unas sobres de su escritorio que había sacado selectivamente, cuando se las arrebató se había dado cuenta que era de Rosalia, pidiéndole una explicación porque no había contestado sus últimas cartas y porque no le había escrito más.
—Williams, hijo— su voz era apenas audible, la ex duquesa no se sentía culpable de haber hecho aquello pero no quería discutir con él—. Entiende lo hice por ti, esa muchacha no te conviene.
Williams soltó una carcajada esporádica y fría, su madre nunca había visto reír así a su hijo al menos no con ella.
¿Ahora sabía lo que era mejor para él?
—¿Enserio crees eso, madre?— preguntó enojado—. Porque no creo que desde hace mucho tiempo sepas lo que me conviene.
Victoria empuñó las manos, contando hasta diez respiro evitando entrar en una alterada conversación.
—No me digas la ibas a seguir esperando— concluyó sin ápice de remordimiento—, no iba observar como te quedabas atrás esperando una persona que tal vez no vuelva ¿lo has pensado? Al menos por un segundo, que se enamore por allá, que se case y tal vez te olvide.
—Eso no te incumbe madre, y para tu información Rosalía volvía este años a finales de otoño— digo satírico—, no tenéis porque meterte en mis asuntos, no respecto a esto madre.
Dijo levantándose, con paso agazapado conteniendo la furia de gritarle a su madre. Algo que jamás haría por más entrometida que fuera.
—Hijo entiende lo hice por tu bien— lloriqueo Victoria.
Williams miró sobre su hombro a su madre verla llorar le partía el alma pero tenía que ser firme respecto a esto, y decirle que estaba completamente molesto.
—Me regreso a Londres, lo mejor será que regrese solo—dijo antes de marcharse.
Le ordeno a los criados que preparan rápidamente las maletas y la subieran no sr quedaría por más cansado que estuviera tenía que volver a Londres y contestar aquella carta, antes que su amada pensara que había perdido toda clase de sentimientos hacia ella, la amaba, cada día la extrañaba más que el día anterior, ella era como una flor exótica, era divertida, alegre y bondadosa.
Habia esperado dos años tal vez ahora era tiempo de mostrar su amor, no con simples palabras si no con acciones, durante el viaje de regreso a Londres decidió que después de la boda de su amigo Enrique viajaría a Francia, la tomaría entre sus brazos y la abrazaría tan fuerte que no podría escapacer y besarla hasta que no olvidara su nombre.
Porque Rosalía valía eso y mucho más.
Al llegar a Londres planiaria todo, tendría que escribirle a la madre de esta para darle una sorpresa a su amada, la convencería de regresar antes a Londres cortejarla cómo era debido, y cómo sabía que ella soñaba.
La amaría como era debido, la cuidaría de todo hasta de si mismo.
◇ NOTA
Otro capítulo inédito, me di cuenta que sabíamos poco sobre Williams así que decidí hacer esta pequeño capítulo🙊ahora saben porque nunca recibió esas cartas.
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A la Merced Del Duque ✔
Historical FictionAquella carta había destruido todos los sueños de Rosalia, fue como una dura puñalada al corazón habia extrañado a Williams durante los últimos dos años, lo había añorado mucho más que su propia familia. Habia sido tan feliz cuando le había propues...