SIN TÍ JAMÁS WEASLEY||RON WEASLEY

32|Precioso y perfecto puzzle.

Tom empezó a aporrear la puerta, Harry intentó sostenerla para que no la abriese pero la abrió.
Lo miré, Tom se dirigía enfadado hacia Ron, obviamente quería pegarle. Hermione llegó rápido, sabía que algo no iba bien.

Paralicé a Tom.-DÉJAME MOVERME ARIEL, POR FAVOR.-

Entre lágrimas le negué con la cabeza.-N-no le vas a tocar ni un pelo a Ron.-

Tom me miró triste, por un lado lo entendía perfectamente...que la persona que te gusta mucho le guste otro...duele y mucho...sobre todo da rabia, lo malo de eso es que no te da rabia de la que te gusta, sino de la otra que no tienen culpa de gustarle.
En este caso Tom no me tenia rabia a mí, porque yo le gustaba, sino que a Ron el cual no tenía culpa de gustarme. Tom me miró muy triste, mi corazón se partió, ver a mi mejor amigo así dolía, mucho...

-Lo siento Tom.-Miré a Hermione, ella sacó la varita y con un solo hechizo en menos de un segundo Tom estaba en un profundo sueño el cual duraría unas dos horas. Las lágrimas resbalaban por mis mejillas, suspiré agobiada, esto se me estaba yendo de las manos.

Hermione me miró y miró a Ron.-H-Harry vamos, ayúdame a echar a Tom en el sofá de fuera.-Harry asintió y los dos llevaron a Tom al sofá que había fuera de la sala.

Me giré a mirar a Ron.-¿Ya no me odias?-Me sequé las lágrimas, todo estaba saliéndose de control.

-Ni aunque quisiera...ni aunque lo desease con todas mis fuerzas podría odiarte.-Miró hacia el suelo avergonzado.

Yo lo miré tiernamente.-Pues serás el único que no me odie.-

-¿A qué te refieres?-

-A que le hago daño a todo el que está en mi alrededor, y ni siquiera se por qué ni cómo.-

-Eso no es así...verás creo que todos estamos pasando por una etapa un poco rara y dura....pero todo pasa.-

Le sonreí.-Gracias por lo de Tom....me he quedado en shock y...mi reacción ha sido meterle un empujón, lo peor es que pensaba darle un guantazo o algo...y...n-no se como ha pasado eso, cuando le he comenzado a gustar y me da mucha pena porque yo lo quiero mucho como amigo y ya...ya seguro me odiará.-

Ron suspiró.-Hace dos segundos en caliente quería entrar aquí y matarlo, he escuchado el final de la conversación y la sangre me hervía con cada cosa que te decía de mi porque no es verdad y...cuando te ha besado he explotado porque puede decir todo lo que quiera de mí,pero a ti nadie puede tocarte, ni él ni nadie.-Yo le sonreí y miré al suelo avergonzada.-Y sí, es cierto que quería matarlo pero...ahora me pongo en su lugar y estaría volviéndome loco, sin saber qué hacer, que la persona que te guste no sienta lo mismo por tí duele, pero...yo no tengo culpa de eso y yo no voy a perder a lo más importante para mí para que él no sufra, porque sufriría yo, no voy a perderte a tí.-

Lo miré con mis ojos más brillantes y mi sonrisa más sincera, siempre sabía como dar en el clavo conmigo y como hacerme sentir mejor, cómo hacerme sentir querida y que me olvide de cualquier duda que alguien haya podido causarme de él.

-Y te juro que yo no soy como él me ha descrito, claro que se que eres la persona más impulsiva del mundo cuando te enfadas, que te conviertes en la madre de los demonios y haces lo que sea para no perder una batalla, que lo ves todo muy negro e intentas ponerlo de rosa, y cuando consigues ponerlo de rosa te das cuenta que lo acabas de poner negro tú solita, que sientes una rabia que se apodera de tí y no te puedes controlar, pero no me iba a acercar para empeorarlo todo, él dice que yo debería estar contigo apoyándote si realmente supiese como eres y,es cierto que tú querías solucionarlo pero no te has dado cuenta de una cosa...no te has dado cuenta que me dijiste que lo mejor sería que fuésemos amigos y no ser nada más por nuestras familias....y nuestra pelea del otro día fue la excusa perfecta para por fin atreverme a no hablar contigo más, porque yo no podría ser solo tu amigo, te juro que no podría, sería incapaz...porque te quiero mucho y...creo que estoy enamorándome de tí y...no se como acabe esto pero en mis opciones te aseguro que no está la de dejarte ir, ni por nuestras familias ni por nada.-

Mi corazón se había derretido, él estaba intentando dejar de hablarme para que no sufriéramos, por lo que le dije de nuestras familias, sí que me quería...y yo....yo jamás le he dicho nada de enamorada ni nada porque nunca se lo he dicho a nadie y el día que se lo diga a alguien lo tengo que sentir de verdad y para toda la vida, me tiene que salir y se que en el momento que yo diga eso va a ser sincero y que si no funcionase yo sufriría como nadie, es por eso que yo jamás he dicho nada de enamorarme... Lo que yo si que tenía claro es que yo tampoco podía permitirme perder a Ron.

-Joder pues que bien que no está en tus opciones porque en las mías tampoco y por una vez en mucho tiempo coincidimos en algo más que no sea insultarnos.-

Ron me sonrió tiernamente, yo le devolví la sonrisa, solo verlo me producía una sonrisa en mi cara, cosa que jamás me había provocado alguien o por lo menos no tan seguido. Ron se fue acercando a mi poco a poco.

-Entonces....¿Qué te parece si comenzamos la búsqueda de qué mierda es lo que les pasa a nuestras familias?-

Yo le sonreí, estábamos muy cerca.-Me parece bien...y....¿Qué te parece que me compres chocolate? Tengo hambre y no dinero.

Ron rió y yo me acerque más a él, podía sentir como nuestras respiraciones chocaban.-Jamás, no.-

Me sonrió y yo me limité a rodear su cuello con mis brazos.-Oh vamos...¿no le vas a comprar chocolate a tu chica?-Levanté mi ceja, me estaba refiriendo a lo que le acaba de decir a Tom de qué yo era su chica.

-¿Acaso tú no quieres ser mi chica?-

Sonreí.-¿Qué te parece si lo pagamos a medias y ya?-Reí, Ron miraba a mis labios y después a mis ojos y lo mismo hacía yo, literalmente nuestras caras estaban a centímetros.

-¿Qué te parece si nos besamos?-

Sonreí mientras miraba embonada a sus labios al igual que él miraba los míos.-¿Qué te parece si te callas y lo haces ya?

Ron me sonrió tiernamente, cerré los ojos y él igual. En un segundo nuestros labios estaban unidos, con Ron siempre he tenido la perfecta sensación de que nuestros labios encajan como piezas de un puzzle, que después de tanto esfuerzo y de tantas piezas perdidas al final siempre se acaban encontrando de nuevo para formar ese precioso y perfecto puzzle.