La Venta

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- Vamos a venderte al mejor postor. Ya no nos sirves aquí - había dicho aquella voz de mierda que lo tenía harto - Realmente eres un estorbo desde que te volviste un omega.
- No fue mi decisión que me llegue el celo. Es algo que mi cuerpo hizo solo - Anthony se encontraba molesto, lo culpaban de que había hecho llegar su primer celo por voluntad propia.
- Tienes 22 años y recién llegó tu celo... Ya no sirves para este trabajo.
- Como si yo hubiese querido trabajar en esto... - al decir esto, el hombre reaccionó de forma violenta, golpeando con su puño el pómulo izquierdo del muchacho.
- ¡No hables, perra! - dijo el hombre, escupiendo sus palabras y saliva sobre la cara de Anthony - Tu padre tenía una deuda que tú no has terminado de pagar - lo tomó por el cuello casi al punto de asfixiarle - Con esta venta vamos a tratar de pagar lo que te queda pendiente. Si es que alguien  quiere a un omega tan usado cómo tú - dicho esto, lo arrojó al piso de forma dura y se alejó, mientras escupía por el pasillo.
- Maldito proxeneta... - respondió al vacío, limpiando la huella de sangre que había dejado en su labio. Sin más, se puso de pie e iría por una ducha. Hablar con ese sujeto le enfermaba al punto de sentirse sucio.

Entró al cuchitril que había sido su habitación por los últimos 5 años, desde que había cumplido 17 años.

Su padre, viudo y un jugador extremo de poker, perdió todo en una partida. Por ese motivo, solicitó un préstamo a la mafia con la promesa de que si ganaba les devolvería todo y con creces.

Fracasó miserablemente y perdió todo lo pedido. Para pagar su deuda ofreció a su único hijo como pago. No se preocupaba mucho, ya que como beta no había problema en que pudiera salir preñado. Si ya lo había perdido todo, perder a su hijo no era gran cosa.

Con apenas 17 años fue llevado a una casa de prostitución. Su pago sería con sexo y todas sus ganancias irían directamente a sus "dueños". Cómo lo tomaron siendo menor de edad, fue entrenado durante un año para ser el perfecto gigoló del lugar, ya que contaban con muchas mujeres pero muy pocos hombres. Dada su belleza y encanto natural, vieron en él un diamante en bruto, la gallina de los huevos de oro.

Al cumplir 18 años, fue llevado donde su primer cliente. Un hombre de unos 55 años que no tuvo ni tacto ni suavidad. Después del hecho, terminó llorando abrazado a sus rodillas en un rincón de la inmunda ducha que estaba dentro de su habitación.

Siempre pensó que al ser beta y gracias a su padre, se quedaría allí por siempre. Jamás pensó que era un omega con celo retrasado. Los planes de la organización eran venderlo como esclavo sexual a quien pagase más y con ello finalizar todo.

Anthony estaba feliz, saldría de esa miseria... Pero le inquietaba quién sería su dueño. Si un hombre (o mujer) decente o una bestia que sólo quería saciar su hambre sexual.

Definitivamente la vida de Anthony Stark estaba jodida.

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Hola a todas y todos!!!
Aquí está publicado en wattpad!
Ahora, por respeto a las personas que lo siguen en el grupo de Stony Shippers, cuando sea publicado un capítulo allá yo subiré aquí.
Les amo!!! #JennStonner