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Despertó a eso de las 6 de la mañana. Abrió los ojos pesadamente y se percató, mirando hacia la ventana, de que el cielo afuera aún no aclaraba.

Sintió un calor en su espalda...

Era Steve quien dormía plácidamente abrazado a su cintura. Se sentía cómodo y protegido entre los grandes y fuertes brazos del rubio. Su conciencia le gritaba que eso estaba mal, que no podía dormir con un hombre casado.

Con pereza se estiró para acomodarse mejor e intentar salir de ese abrazo, movimiento que despertó a Steve quien le sonrió medio dormido.

- Buenos días, belleza - dijo con coquetería. Su voz, su aroma y su calor derribaba cualquier barrera mental y lo único que Tony  atinó a hacer fue besar la boca del otro.

El beso se fue tornando más caliente a medida que Steve despertaba... Posando sus manos en el trasero del castaño para después apretar las nalgas de forma posesiva y caliente.

Las manos de Tony tampoco se quedaban atrás, ya que con suaves movimientos desabotonaba la camisa que traía el rubio para poder recorrer el amplio pecho que se le ofrecía.
Siguieron así por unos minutos muy largos, hasta que el subconsciente de Tony le gritó lo impropio de la situación y se ve deteniendo.

- No... No... No podemos... - pronunció lento en medio del deseo.
- Tienes... Razón... No... No podemos - dijo Rogers, regando besos pequeños en el rostro del menor - Aún así me encantas tanto... - sentenció para luego besar los labios de Tony nuevamente y con más ganas. Sus manos seguían el juego de tocar todo el delgado cuerpo que se le ofrecía ahí, ahora sin miramientos en donde se posaban.

Mientras el beso estaba en su apogeo, la puerta de cuarto de Tony sonó y una juvenil voz se escuchó.

- Señor Anthony, soy yo Peter... ¿Puedo pasar? - dijo el joven
- Sí... Sí, claro... Pasa - dijo Tony mientras trataba de acomodar su ropa un poco.
Al entrar, Peter se encontró sorprendido  con la escena de un señor Steve con la camisa desarreglada y medio cuerpo sobre el señor Anthony, el cual también estaba con la ropa desacomodada y los labios hinchados.

Sonrió con ternura. Sabía que la llegada del señor Anthony era por algo y qué mejor que hacerle compañía al solitario dueño de casa. Se encontraba feliz, feliz desde el corazón. El señor Rogers era muy bueno y se merecía que lo quisieran.

Steve miró al joven y sonrió tiernamente. Luego acomodó sus ropas, se levantó de la cama y con un beso suave enos labios de Tony le pidió que tome desayuno con él. Que iba a su cuarto para vestirse y bajar a comer.

Cuando Steve salió de la habitación, Peter daba pequeños brincos de alegría mezclado con ansiedad por lo visto. Ayudó a Tony a salir de la cama y le ayudó con la ropa de ese día.
A su vez, tomó las prendas sucias y las llevó consigo para que la lavandera se hiciera cargo de eso.

Una vez que bajó al gran comedor, se encontró con que Steve ya estaba sentado esperándolo para desayunar.

Comieron en medio de pequeñas conversaciones banales y cuando los sirvientes no les veían (o hacían que no les veían) el rubio aprovechaba de robarle pequeños besos o de hundir su nariz en el cuello ajeno, para así absorber y llenarse de ese maravilloso olor recién descubierto.

Cuando llegó la hora de la partida de Rogers, éste se aferró a la cintura del otro. Por primera vez en su vida no quería salir de viaje. Antes le gustaba ya que conocía nuevas personas, forjaba lazos comerciales y, una que otra vez, podía tener una conquista temporal.

Pero ahora todo eso cambió. Sólo quería quedarse al lado de Tony y vivir cada día con él. Lamentablemente tenía que irse.

- ¿Sabes? - dijo el rubio - Hice algo para ti... - dicho esto le entregó una bufanda color azul rey, del mismo color de sus ojos - La marqué con mi aroma para que te acompañe cuando no esté. Espero que dure los días que estaré fuera - y dicho esto, Tony inhaló fuerte la prenda, sintiendo el maravilloso aroma del otro. Levantó la mirada y le sonrió a Rogers de la forma más sincera que existía. Ante esto, el rubio no aguantó y lo besó sin más para después despedirse de todos, salir de la mansión y subir a su carruaje para partir a su largo viaje.

Tony miraba la salida con tristeza, aún respirando sobre la bufanda. Peter se acercó y le recordó que a las 12 llegaría la señora Margaret para comenzar sus clases.

El castaño despabiló y le dijo a Peter que iría a su habitación, que le avise cuando la maestra llegase. Él se iba para guardar la bufanda. No sería apropiado que la señora de la casa le viera con esa prenda en sus manos.

A las horas después, Margaret hizo presencia y Tony bajó corriendo para iniciar las clases.

- Anthony - dijo la omega, recibiendo como respuesta la mirada del castaño llena de dudas - Haré de ti la mano derecha de Steve - dijo con determinación.

- ¿Qué?... - Tony abrió sus ojos y batió sus pestañas sin entender algo.
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Hola! Perdón por la demora... Pero me pasó algo horrible... Este capítulo estaba escrito y listo para ser publicado... Peeeero como aquí su servidora tiene ataques de idiotez, borré el capítulo sin forma de recuperarlo.... Tuve que escribirlo otra vez 😭😭😭😭
Espero hacer más regular las publicaciones y agradecerles su espera!!!

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