La Venta

10

- Anthony es un genio - así le recibió Margaret cuando volvió a casa.
Le comentó los resultados de las pruebas y cómo se dio cuenta de que el joven era mucho más inteligente de lo que cualquiera podría ser.

Le contó que  iba a educarlo para que desarrolle todas sus habilidades y pueda sacar a la luz.
- Espera... ¿Es un genio? - dijo Steve sorprendido.
- Lo es y de verdad estoy fascinada con él - su sonrisa era de satisfacción - Necesito estar con él la mayor parte de tiempo posible y así ayudarlo a sacar sus dotes adelante.
- Ok, Ok... Déjame procesar... Me dices que el chico más hermoso que he visto en mi vida, ese castaño de piel suave y levemente bronceada y ojos de ensueño... ¿es un genio?
- Rogers, por favor limpia tu saliva, estás mojando el piso - replicó la mujer divertida - Sé los sentimientos que tienes por ese chico omega, pero enfoquémonos en lo que tenemos, hay que potenciarlo y me encargaré de eso... Quiero educarlo para que sea tu mano derecha - sentenció firme Margaret.
- ¿Qué? - preguntó el rubio asombrado.
- Lo que oyes. Siempre te quejas de que haces todo solo. Y ahora que este chico va a entrar a tu vida, que mejor que delegarle tareas - tomó las manos de Steve y continuó - Querido, no sé el pasado de ese chico, pero se le nota que ha sufrido mucho. No quería creerme cuando le dije lo que era. Me rompe el corazón ver la tristeza en sus ojos, que además tienen ese toque inocente de un omega. Por favor Steve, déjame ayudarlo.

Margaret estaba emocionada. No sabía si era a causa de su embarazo o si era producto de una conexión extraña con el omega joven, pero de verdad su interior le gritaba por ayudarle. Steve la miró con ternura, definitivamente tenía a una gran mujer como amiga... James era un afortunado al tenerla como esposa.

- Está bien Margaret, hazlo - dijo el rubio.
- ¡Gracias Steve! Te prometo que no te arrepentirás - dijo la castaña para salir de la mansión rumbo a su casa. Antes de salir completamente, volteó y habló - Y deja de llamarme Margaret... Dime Peggy, como siempre.

Rogers sonrió y asintió para después ver como la mujer abandonaba el domicilio.

Se dirigió escaleras arriba para adentrarse en su habitación. Cuando estuvo en la puerta desistió y corrió al cuarto del joven.

Golpeó pero no recibió respuesta, así que entró de forma suave pronunciando un suave "permiso". Se encontró con el que Tony, ya vestido con su camisón para dormir y sentado al borde de su cama. Estaba muy concentrado leyendo un libro de matemáticas avanzado. Probablemente Peggy se lo había dado.

Se acercó con paso lento hasta quedar frente al él, con una sonrisa en su rostro.
Pasaron unos minutos hasta que de un asustado sobresalto, Tony se percató de la presencia del rubio.

- ¡Steve! Vaya susto de muerte que me diste... - dijo Tony, cerrando el libro que tenía en sus manos.
- Discúlpame, no era mi intención... - un silencio cayó entre ambos. Steve no dejaba de admirar la figura y porte del castaño.
- ¿Necesitas algo? - preguntó con miedo Tony. Quizás ya quería cobrar sus servicios como esclavo sexual.
- Sí... - respondió y se sentó al lado izquierdo del castaño - Mañana me voy de viaje de negocios y estaré fuera 15 días - hizo una pausa para tomar la mano izquierda y besarla con suavidad - May, la tía de Peter, quedará a cargo de los sirvientes y Peter te asistirá. Además Margaret vendrá a darte clases todos los días - volvió a besar la mano de Anthony pero está vez dejó sus labios en el dorso de esta... Por primera vez sintió el aroma del chico.

Era una deliciosa mezcla entre gardenias y frutillas, muy dulce y que despertaba a su alfa interior de forma salvaje.

Tony se sintió de la misma forma, por fin el aroma a madera y pimienta llenaba sus sentidos y su parte omega ronroneó a gusto, soltando todas sus defensas.

Roger dejó la mano del castaño y suavemente se acostó sobre el cuerpo del joven. El libro que tenía entre las manos cayó sonoramente al suelo y entre sus bocas comenzó un suave beso, sin malicia. Sólo con muchos sentimientos involucrados.

Poco a poco las cosas se fueron volviendo calientes y la ropa comenzó a estorbar. Las manos sacaban las prendas del otro con urgencia. Steve pudo apreciar el hermoso pecho desnudo de Tony y se dedicó a lamer cada parte que pudo, a su vez, dejaba pequeños besos. Mientras que el más joven sacaba toda la ropa de la parte superior del rubio.
La temperatura había subido lo suficiente como para empezar una fogata, hasta que Steve reaccionó ante la situación.

No podía hacerlo. No de esa forma. No correspondía. Frenó de inmediato ante la sorpresa del castaño, el cual estaba ya excitado a morir. Sentía como su entrada estaba empezando a humedecer.

- No podemos... - dijo el rubio, depositando sueves besos en la cara y boca de su contraparte. Sus manos se ubicaron en la cintura de Tony y su nariz en el hueco de su cuello, aspirando ese aroma recién descubierto. Su primera vez debía ser producto del sentimiento que ambos estaban creando, no podía ser sólo por deseo sexual. Así no podía ser para ella belleza tan rota que tenía Anthony.

Tony por su parte se sintió herido. No sólo por que Steve había parado el acto (o el que iban a tener), si no por que probablemente lo hizo por respeto a su esposa y futura cría. Ahora se sentía estúpido al sentirse tan perteneciente a él y que su aroma lo llenase de tal forma que revoluciones completamente sus hormonas.
Se sentía miserable y mala persona al hacerle eso a Margaret, que era una mujer maravillosa.

- Está bien... - respondió Tony escuetamente.
- Pero... - habló mientras le acomodaba el camisón y sus propias ropas - Voy a dormir junto a ti. Estaré fuera 15 días, necesito llevarme ese recuerdo... Por favor, belleza... - el tono, los ojos, la súplica y el olor del alfa sólo permitieron que Tony a sintiera lentamente sin procesar lo que hacía.

Luego fue tomado en brazos por el fuerte rubio y acomodado en la suave pero pequeña cama, bajo las mantas. En tiempo récord, Steve se deshizo de casi todas sus prendas y también se metió en el lecho.
Tony, ya sumido en su desgracia, quiso darle la espalda al rubio pero este no se lo permitió, quedando finalmente frente a frente a su acompañante.

Sin esperar mucho, el castaño unió sus labios a los del otro en un beso un tanto exigente. A la mierda la conciencia. Ya tendría 15 días para arrepentirse y sentirse una basura.
Steve reaccionó bajando la intensidad de los besos para después expulsar feromonas tranquilizantes. Sintió la desesperación en Tony y lo atribuyó a su futura ausencia por tantos días.

De forma paulatina, ambos fueron cayendo en un profundo sueño abrazados completamente.
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Hola! Tenía que publicar esto... Necesito distraer mi cabeza de todo lo que pasa. Como varios de ustedes saben, soy Chilena y mi país está viviendo una crisis terrible por la desigualdad que existe.
Gracias por leer! 🖤🖤🖤