—¿Estás tratando de decirme que me acabas de contar sobre el problema del embarazo de Sam solo para decirme que estás aquí porque te enamoraste de tu primo? — El doctor Ciro me preguntó.
—No, creo que no escuchó todo lo que dije. Estoy aquí porque el señor Alexander paga. — Comí cacahuates de mi bolsa.
—Sí, lo entiendo, tu jefe. — Leyó de su libreta.
—Sí, vivo con él, es mi jefe, el cual me dijo que me amaba pero luego se retractó antes de que algo pasara, aunque ya lo ví desnudo pero fue un accidente y quedamos como amigos. Pero, bueno. Ese no es el problema.— Seguí comiendo.
—A ver, Val. — Ciro se acomodó en su asiento. — ¿Sabes que quiero hacer? — Esperé la respuesta. — Asociación de palabras. — Respondió. — Yo diré una palabra y tú me dirás lo primero que venga a tu mente. ¿De acuerdo? — Me preguntó.
—Ok.
—Te sorprenderás de todo lo que se descubre con eso. — Se puso de pie. —¿Café?
—¡Pastel!— Respondí lo primero que se me vino a la mente.
—No, aún no comienzo, Val. — Me explico. —Te ofrecía.
—¿Qué? ¿Pastel? —Pregunté.
—Café.
—No, gracias.
—Entonces, comencemos. — Se sentó de nuevo, tomó su libreta y pluma. — Hombre.
—Esposo.
—Doctor.
—Y señora.
—Pluma.
—Acta de matrimonio.
—Val, ¿Aceptas alguna otra que no sea el matrimonio?
—Acepto.
Suspiró.
—Val, sufres de una obsesión.— Me informó.
—¿Qué? —No podía creerlo, habló durante varios minutos más, sin embargo yo no escuché nada.
— Debemos de trabajar juntos para poder superarla. ¿De acuerdo? — Preguntó.
—Doctor—Me reí, esto debía ser una broma. — Yo no tengo una obsesión. Yo solo quiero, anhelo, deseo y ansío poder casarme ya. — Alcé una ceja.
—Val, tu no necesitas a un hombre, tú necesitas confianza y mientras no la obtengas, tú caerás con hombres malos y entraras en relaciones tóxicas y codependientes como la que tuve con mi ex-esposa. — Explicó, traté de entenderlo.
—Es decir que está soltero. — Sonreí.
Ha pasado una semana entera, el psicólogo Ciro es muy paciente conmigo y me ha dicho que el cambio es poco a poco.
—¿Entonces no irás conmigo al bar? —Me preguntó Lau un poco dudosa.
—Lau, entiende. Estoy en terapia y de verdad que quiero curarme, no quiero volver a sentir la tristeza y ansiedad por casarme, no quiero estar detrás de un hombre y ¿Por qué rayos iría a un bar a buscar uno? — Le expliqué.
—Pero si siempre vamos por las frituras gratis. — Me recordó.
—Voy por mi bolsa. — Sonreí y tomé mi bolsa que estaba en el sillón. —Vamonos.
Cuando íbamos para afuera, el señor Alexander abrió la puerta.
—Hola, señorita Valeria, ¿Cómo le va en terapia? — En esos días, no había visto al señor Alexander, tenía un proyecto en la productora.
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Mi bella niñera.
FanfictionValeria se ha ganado el corazón de toda la familia y quiere volver a su lado por la gran revelación que ha tenido Alexander Maldonado en el asalto al banco. ¿Podrá superar los nuevos retos que se le enfrenten? ¿Tomará la decisión correcta? ¿Se casa...