El Director y La Doctora

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Jack

Había observado a la Enfermera Evans atendiendo a mi abuelo con sus terapias, ella se desempeñaba con tal naturalidad logrando que el paciente cumpla a cabalidad sus instrucciones.

Mi abuelo como paciente y la Enfermera estaban tan concentrados que se olvidaron que me encontraba en la misma habitación mientras ejecutaban los movimientos en las partes que mi abuelo había sufrido la parálisis.

Al terminar la sesión me quedé un tiempo más conversando con él y luego me retiré a mi apto para descansar del día movido en la clínica.

Semanas Después

Amaia:

¡Buenos Días! Harold tengo buenas noticias para ti, ¿Adivinas cuál es?

__ ¿Mi nieto te propuso matrimonio?

Nunca me había imaginado tal respuesta y entre risas y risas Harold comentó:

__ Amaia tu cara fue un poema.

__ Harold deja de inventar, a ti solo se te ocurre decir algo así.

__ ¿Qué tiene de malo? A caso mi nieto no se puede casar con una mujer hermosa, inteligente como tú.

__ Entre tantas mujeres creeme que soy la menos indicada, además mi perfil de hombre galán es lo opuesto al chicle amargado.

__Dejame soñar un poco Amaia, como me haría feliz tener una nieta como tú y siendo la esposa ideal para mi nieto

__ Claro que acepto ser tu nieta adoptiva pero ser la esposa del Chicle Amargado, ¡imposible!

Tu nieto es un caso especial que no compagina conmigo, además nos desviamos del tema, las buenas noticias es que te daré el alta la próxima semana.

__ ¡Qué bueno! Pero voy a extrañar a mi doctora favorita.

__ No del todo Sr Hilton, aunque te de el alta tienes que venir para terminar el ciclo de terapias.

__ No solo vendré por las terapias también voy a venir a visitarte para tomarnos un café pero sin derramarlo en la camisa de Jack.

Los dos reímos.

__ Por supuesto que así será Harold, no sabes como he disfrutado atenderte.

__ Tú no sabes como has cambiado mi vida Amaia, has sanado mi espíritu y mi cuerpo, te lo agradeceré lo que resta de mi vida.

__ Solo hago mi trabajo Harold y lo que más me gusta y disfruto, es darle el alta a mis pacientes ya recuperados.

__Te voy a extrañar Doctora.

__ Y yo a ti paciente.

Amaia:

Había pasado la semana y Harold se retiró de la clínica para irse a su casa, ya me había acostumbrado a tener una tertulia todas las tardes con mi paciente preferido.

Realmente extraño conversar y reír con Harold, a pesar que es el abuelo del chicle amargado, me desahogaba con él contándole mis diferencias con su nieto.

Latidos del Corazón  ⚕️💓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora