🍰 36: Darky Little Secrets

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Precaución: un poco de contenido sexual y violento.

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Narra Dean:

Fruncí el ceño y hice una mueca de desagrado cuando el amigo de Alex me dio la espalda y se fue con ella. No hace falta ser un genio para entender que no le agrado. Al fin y al cabo el sentimiento es mutuo.

Frote mis ojos soltando un bostezo de cansancio, hundiéndome en la suavidad del sofá.

Anoche tuve otra pesadilla igual al de antes, pero ésta tuvo un final diferente.

Pude sentir el pánico al oír el sonido de pieles chocando, acompañado de pasos y el ruido de mi gritos de dolor, de auxilio y de súplica. El desgarrador dolor de la parte inferior de mi cuerpo dio paso a un silencio penetrante al parpadear fuertemente.

Al volver a ver, el entorno siniestro y oscuro de la habitación cambio al entorno enigmático y pacífico de una playa. Escuché el ruido de los barcos que se estrellan contra las rocas uno tras otro, los graznidos de las gaviotas, el sonido del mar y la sensación de arena en mi cuerpo.

Cuando el mar me abrazó, me levanté de inmediato a quitar el agua salada de mi cara para luego levantarme y contemplar el lugar. Es hermoso. Un lugar al que llamaría libertad. Sin embargo, mis ojos se dirigen a mi lado derecho.

Había una joven de 15 años está parada a dos metros de mí, viendo las olas del mar. Su cabello castaño es corto y un poco rizado, algunos mechones parecieron llamas de fogata por la luz del sol, usaba una camiseta blanca con estampados de Winnie The Pooh alrededor al estilo de los 90, debajo de una camisa vaquera azul con cuadros amarillos, pantalones de mezclilla, calcetines largos de colores, botines marrones y unos lentes.

Algo que tomó su propia forma es la débil y tenue voz angelical de una mujer que tararea una canción agradable y relajante, saliendo de los labios de la joven. Esa voz me parece muy conocida.

Me acerqué desde más a la orilla del mar hacia ella, y luego los vi: dos ojos marrones que parecen ámbar por el sol y fundidos de naturaleza bondadosa que me observan. De alguna manera supe que la voz no le corresponde realmente. Esos ojos grandes me miran curiosamente y me regaló una sonrisa cálida y dulce.

Lo último que vi fue a las gaviotas graznando y alzando sus alas listas para irse volando, impidiéndome el paso y bloquear la vista.

No esperé que al despertar, tendría a Alexandra Knoxville entre mis brazos y ella abrazando uno de éstos como si fuera un animal de peluche que le da confort. Gracias a las reacciones que ella provoca en mí, mis mejillas se sonrojaron, me dio tranquilidad en sentir el calor de su presencia.

Me hubiera encantado seguir así con ella, pero evité el riesgo de que ella despierte, se moleste y me sacara del cuarto literalmente a patadas. Además, tenía que evitar que él aprovechara el momento para atacarla.

Hablando del rey de Roma, él esta en frente de la ventana, mirando lo que pasa en el exterior. La sonrisa arrogante y característico que él tiene se convirtió en una mueca de odio y dolor e incluso tal vez de miedo. ¿Miedo a que? ¿A Alex? ¿A Sally y a todo lo que dejé atrás para convertirme después en él alguna vez?

"A ambas."- me respondió mi subconsciente, después de que logré escuchar a él susurrando con veneno muy frío que congela.

Lo que dijo fue...

—Personas como ella son las más peligrosas.

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𝐂𝐚𝐤𝐞 || 𝐃𝐞𝐚𝐧 𝐀𝐦𝐛𝐫𝐨𝐬𝐞 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora