𝐂𝐚𝐤𝐞 || 𝐃𝐞𝐚𝐧 𝐀𝐦𝐛𝐫𝐨𝐬𝐞 ||

🍰 33: Snow Night

Precaución: contenido sexual y contenido violento.

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Narra Dean:

Huyó. Salió corriendo de mi casa como una liebre asustada antes de que pudiera alcanzarla y explicarle sobre el malentendido que tiene sobre Renee y yo, pero la tristeza, el enojo y la decepción que reflejan su rostro es parecido al de un león herido por un disparo.

Traté de perseguirla, pero ella corrió tan rápido que perdí su rastro. Traté de llamarla muchas veces, pero ella no me responde. Mierda.

Me preocupé mucho por Alexandra. No esperé aquella confesión causante de su distante y deprimente actitud. No sabía lo mucho que esta sufriendo, y no fue mi intención hacerle sufrir más.

Me siento como todo un imbécil, y no quiero permitir que siga infeliz durante el resto de su vida, menos por mi culpa. Tengo que arreglarlo todo. Tengo que...

Un dolor de estómago parecido a un enredo en mis entrañas y una sensación pesada en mi corazón me atacaron por sorpresa. Fue un mal presentimiento y está relacionado con Alex; puedo sentirlo.

Cuando iba a volver a intentar llamarla, recibí un mensaje de voz de alguien que no imaginé que me lo enviaría, pero también me ha confirmado la duda de que algo pasa.

—Sr. Ambrose.- la voz sonó preocupada y afligida.- Habla Alvaro Herreros; soy amigo de Alexandra. Lo llamo porque Alex no ha regresado a casa y no contesta mis llamadas. No sé en donde está y, estoy muy preocupado. Si sabe algo de ella, por favor llámame.

No sé como logró tener mi número, pero había algo que es seguro: Alexandra está en peligro.

Sin pensarlo dos veces, tomé mis llaves y subí a mi auto en busca de la morena en las calles en que probablemente toma atajo para tomar un taxi o el metro. Sin embargo, la encontré en un lugar en donde solo una suicida, una loca o una tonta se le ocurriría pasear sola, en donde cualquier momento desafortunado y desagradable puede pasar, especialmente a mujeres hermosas y jóvenes.

Aquí estoy ahora, detrás de las afueras del Bucket Beer Bar (un lugar que no he visitado desde que tuve esa congestión alcohólica de hace más de dos meses), repartiendo fuertes puñetazos en el estómago y en la cara al cabrón de cabello largo color tabaco y tatuado, que lo descubrí besando a Alex como si quisiera dejar su marca en ella mientras le tocaba el trasero.

La ira y los celos fueron la gasolina necesaria para encender el motor de la máquina de mi adrenalina a potencia máxima. La música del bar y el ruido potente de la ciudad suena más fuerte que el sonido de la pelea que provoqué por defender a Alex.

El tipo terminó hecho casi mierda literalmente; su estómago está muy adolorido, su cara esta hinchada, tiene dos moretones que mañana parecerán arándanos grandes en rodajas repartidos en su cara, tiene un hilo de sangre en su boca y un diente flojo. Era alto y fuerte, pero no tanto como yo y bastante lento para proponer un derechazo.

—Eres un animal.- jadeo de dolor al acabar de darle esa buena paliza.

Lo tomé del cuello de su chaleco a enfrentarlo cara a cara. Mis puños acostumbrados a dar golpes de cualquier nivel y al trabajo forzado están manchadas de la sangre de ese bastardo.

—No soy el que esta buscando mujeres y come sus "conejitos" en público ¿verdad?- repliqué trinando.

—No te metas en lo que no te involucre.- dijo él.- Solo nos estábamos divirtiendo, viejo. No te molestes por ella. Es solo una cualquiera depre...