16. Frío

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Día 16. Bufanda

El frío comenzaba a acarrear la ciudad de Corona, y la gente comenzaba a abrigarse o mínimamente a encerrarse en sus casas para disfrutar de la calefacción.

Otros tenían el infortunio de arriesgarse al frío, y Cassandra era una de esas personas. Tenía una bufanda café alrededor del cuello, cubriendo su boca y rozando con su nariz rojiza. Era vieja en realidad, un regalo de su padre—si la memoria no le fallaba, fue de su primera navidad juntos; tal vez por eso se rehusaba a deshacerse de ella a pesar de las costuras en toda su extensión.

Se abrazó a sí misma, sintiendo la tela fría de su chamarra roja y la forma en la que su cuerpo temblaba.

—Maldigo esta temporada —gruñó frunciendo el ceño, estornudando simultáneamente cuando el cálido y delicioso olor del café recién hecho invadió sus fosas nasales.

Su estómago gruñó, ansioso de probar algo que suprimiera el frío del averno—esta clase de pensamientos aparecían cuando estaba realmente estresada.

Se detuvo, apoyando su espalda en la pared para sacar su celular y escribirle a Rapunzel con dedos temblorosos.

—Me detendré a tomar un café, no me esperes —envió, antes de entrar a la cafetería, deleitándose con el ambiente cálido y acogedor.

Habían flores en cada centro de mesa y un regordete gato durmiendo junto a la caja registradora, pero no había nada que no pudiera tolerar.

Tosió, antes de sentarse en una de las mesas.

Estaría bien.

—¿Por qué diablos tenía que ser ahora? —Varian tosió, tomando un pañuelo de la caja de su mesa de noche para sonar su nariz, abrazando con el brazo opuesto su peluche de mapache.

De todas las malditas ocasiones para enfermarse, su sistema inmunológico no había optado más que ceder en un día en el que presentaría exámenes.

No era más que una simple gripe, nada grave, pero desde niño había sido muy enfermizo y su padre muy insistente para que se quedara en cama.

Su nariz, más rojiza de lo habitual, le picaba; y la garganta le ardía. Dentro de poco su padre traería su sopa de pollo especial y su medicamento para finalmente poder descansar.

Sólo esperaba, pensó mientras envolvía la gruesa bufanda celeste en sus omóplatos, que la profesora de química le permitiera presentar el examen.

Multicolor ┋ Fictober 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora