27. Es bueno estar de vuelta

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Día 30. Nieve

Cuando le fue comunicado a Peridot que tendrían que salir de la ciudad por motivos confidenciales, no eran conscientes del tiempo que eso ocuparía; pero así había sido, y ya podía verse la nieve caer por la ventana del automóvil.

Inhaló, exhaló, y se cruzó de brazos, el suéter estrellado evitando que el frío metal tocará su piel.

Le gustaba trabajar en Homeworld, le enorgullece trabajar sus habilidades en la tecnología y había mejorado gradualmente su relación con su madre. Mantener el secreto, sin embargo, era complicado; especialmente tratándose de sus amigos.

Inseguros, miraron los mensajes sin abrir, todos ellos queriendo saber por qué no habían asistido a la secundaria durante tanto tiempo, dónde estaba, y si estaba bien. Y no podía evitar sentirse culpable.

Especialmente siendo Steven quien más mensajes enviaba.

—Sé que es duro Peridot, pero es por su bien —como si fuera el momento justo, su madre comentó, probablemente sintiendo su mar de emociones.

—Lo sé —suspiraron, su dedo peligrosamente cerca del chat de Steven y vacilando en seleccionarlo.

Sabía que le debía una explicación al preocuparlo sin motivo, pero no se sentía con suficiente valentía. No podía caer tan bajo y darla por medio de un mensaje siendo conscientes de la sensibilidad del joven adolescente, no pasaría ni un minuto antes de que le llamará por enésima vez como lo hizo durante los días que se ocupó en la base y no podía atender.

Hablaría con él en la escuela. Tal vez tendría suerte y las chicas estarían acompañándolo.

Apagó su celular y prefirió hacer figuras en la ventana empañada, observando de reojo cómo la nieve bañaba la ciudad.

Multicolor ┋ Fictober 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora