Apostando amor

El comienzo

Emilio.

Éste es mi último año en preparatoria, en verdad estoy emocionado y desde que me desperté en la mañana tuve un buen presentimiento, creo que será un gran año escolar, no tengo idea de porque amanecí tan animado hoy pero espero esta buena vibra que traigo se mantenga.

Llegue a la escuela y me encontré con mis mejores amigos Ronney y Diego, eh estado con ellos desde chico, Ronney a veces es un poco extraño, no sé tiene una forma de ser que puede llegar a lastimar a otros y parecen no importarle los sentimientos de nadie, recuerdo que cuando éramos mas jóvenes llegue a cuestionarme si en verdad era mi amigo o solo pretendía serlo, pero seguía ahí conmigo, a pesar del paso del tiempo así que supuse que si lo era, por otro lado Diego, mi chinito favorito, él es mi mejor amigo, nunca eh dudado de su amistad, es incondicional y siempre me ha apoyado, incluso cuando le dije que era bisexual, Ronney también lo sabia pero él tomo cierta distancia de mí desde que lo supo, pero no Diego, él siguió siendo igual, nuestra amistad no cambió en lo más mínimo,  me aconseja cuando lo necesito y estoy emocionado de que seguimos juntos en nuestro último año antes de ir a la universidad, bueno en realidad yo ya había decidido mi futuro, o bueno más bien mi papá lo eligió por mi, pero disfrutaría este año como nunca, estaría con mis amigos, ¿que podría salir mal?

-Al fin terminaremos el sufrimiento de tener que venir a la maldita escuela- Ronney siempre de tan buen humor.

-Relájate amigo, estaremos juntos y es el último año, somos los mayores y tendremos experiencias inolvidables juntos- Diego hablo con emoción evidente.

-Exacto- dije mientras pasaba mis brazos por los hombros de mis amigos dirigiéndolos al interior del edificio.

Al entrar a la escuela manteníamos una plática sobre los entrenamientos de futbol, lo que me hizo recordar que ese era el futuro que mi papá eligió para mi, yo en realidad amaba la música, cantar y estar frente un escenario eran algo que siempre me apasionó, pero para mi padre eso solo era una pérdida de tiempo, él conocía a muchos directores de diferentes clubes de futbol, por lo que terminando la preparatoria le sería fácil conseguir que alguno de sus contactos me ayudara a entrar en alguno de los más reconocidos, llevándome incluso a la selección nacional, no sonaba mal y me gustaba jugar, pero no me sentía completo, no como cuando estaba en un escenario dejándome llevar por la música, dentro de mi al cantar se despertaban una serie de sensaciones que nunca tuve con algo más, ni con alguien en realidad.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuche un grito agudo que sonaba muy molesto, mis amigos y yo nos giramos para encontrarnos a Marian llena de pintura amarilla derramada por toda la playera blanca que vestía, frente a ella estaba un chico bastante lindo, no me fue difícil saber quien era, era él, era Joaquín.

Joaquín Bondoni, es querido por casi toda la escuela, tanto por los alumnos como por los maestros, es brillante, siempre tiene las mejores notas y está en el cuadro de honor cada año, además de ser la estrella de la escuela al ser el protagonista de todas y cada una de las presentaciones musicales y obras escolares que se presentaban. Siempre tenía una bella sonrisa en el rostro y era amable con todos, hasta hoy que tenía un semblante de preocupación mientras miraba a la chica molesta frente a él.

Marian estaba apunto de explotar, comenzó a insultar al chico de pies a cabeza, todas las ofensas que se le vinieron a la cabeza salieron como agua de una llave, como dije antes él es una persona que siempre era amable y solo trataba de limpiarla con la manga de su suéter y le pedía disculpas pero ella retiro su mano con brusquedad y los amigos del agredido no toleraron más la intensidad de la chica e intervinieron. 

-Bueno ya, ¿no?, Relájate un chingo morra, fue un accidente- Nikolás  estaba de la mano de su novia Elaine quién tampoco se quedo callada -Joaco no lo hizo apropósito no seas dramática, solo es pintura- habló mientras se posicionaron frente a Joaquín.

-Mejor vámonos de aquí antes de que la chiflada explote- Alejandra tomo la mano de Joaquín caminando hacia el patio de la escuela, sus amigos solo los siguieron después de dedicarle una mirada de desagrado a Marian. 

Narrador

Marian se fue corriendo molesta a los baños para tratar de limpiar su playera, escuchando los murmullos de las personas que no perdieron detalle, incluso noto que algunos grabaron con su celular lo ocurrido, giro los ojos molesta cuando escucho que todos decían entre ellos que ella estaba loca y que no tenía que ser así con Joaquín que era un sol de niño.

Tomo agua y un poco de jabón para tallar su playera con fuerza, al no conseguir quitar la mancha de pintura le ordeno a su amiga Rebeca que le cambiara la playera, orden que la chica siguió ya que era su única amiga y sabía que con ella no hay forma de negarse a sus peticiones, tienes que hacer lo que dice si no quieres que se enoje y estalle contra ti.

Cuando con ropa limpia salió del baño busco con la mirada al chico que la tenía loca, con el que ella quería estar, sin embargo aquel rizado nunca le presto atención, sus ojos se movían rápidamente por todo su panorama, hasta que por fin lo encontró sentado en una mesa del patio junto a sus amigos, camino a paso decidido hacia él, seguida de su amiga que ahora portaba la playera manchada de pintura. 

Emilio la vio a lo lejos y se maldijo internamente, no le gustaba la insistencia de la chica, él no estaba interesado en ella, se lo dejo claro en cada oportunidad que la chica tomaba para acercase a él de manera romántica, pero sin importar que la rechazará en cada oportunidad ella seguía insistente, no parecía darse por vencida nunca. Pensó en levantarse e irse antes de que llegara para no tener que soportarla pero por alguna razón no lo hizo, debió haberlo hecho, quizás de esa forma se hubiera evitado todo el caos que vendría a partir de ese día en esa banca, donde aceptaría un trato que rompería más de un corazón.