Día del evento

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Joaquín

El tiempo pasó más rápido de lo que pude darme cuenta, de un momento a otro el final llego, hoy es el último día de escuela, bueno en realidad fue hace mucho porque ya no veníamos a clases, solo a presentar los exámenes, que por cierto terminaron ayer, hoy solo vamos al evento de invierno, el último de la escuela, después de tantas obras y musicales que interprete, cada uno lleno de magia, representando un reto para mi, pero que me llenaba el alma y me hacía sentir bien, así que de pronto siento mucha nostalgia, fueron hermosos años, en todos aprendí muchas cosas, pero en este último año fueron las lecciones más fuertes que tuve, tanto que me parece increíble. 

En estos momentos me doy cuenta que he crecido mucho como persona y eso es gracias a lo que vivi, pero también a la ayuda que recibí, es por eso que no pienso dejar de ir con Polo, poder tener mi lugar seguro con él me ayuda mucho, por alguna extraña razón la gente tiene la equivocada idea de que ir al psicólogo es solo para gente loca, pero me he dado cuenta que todos en algún momento de nuestra vida necesitamos de alguien que nos ayude a encontrarnos, porque eso sucede en terapia, es un lugar donde puedes encontrarte, es bueno tener a alguien que nos guíe, por eso no lo dejare.

Llego con la emoción al mil a la escuela, saludo rápido a mis amigos y voy directo al auditorio para hacer el último ensayo antes de presentarnos, al entrar lo veo a él y a otros chicos de nuestro año acomodando instrumentos que van a usar en sus presentaciones antes de que nosotros empecemos la obra, cuando lo veo me doy cuenta de una cosa y es que a pesar de todo lo malo que paso, de sus mentiras, de su falta de corazón al apostar el mío, de su falsedad, lo que yo siento por él es real y no ha desaparecido ni lo hará aunque no estemos juntos.

Ese pensamiento me hace sentir más tranquilo, si se equivoco y estuvo mal, pero como me dijo Polo debo aprender a perdonar y soltar las cosas y sentimientos que no me hacen bien y definitivamente guardarle rencor por lo que hizo y odiarlo no me hace bien, ni siquiera puedo hacerlo en realidad porque aunque fue falso, a través de él y de su supuesto amor aprendí cosas y despertó cosas en mi que no sabía podía sentir, así que no importa ya lo que paso, en su momento para mi lo que paso fue real, de mi parte lo fue y eso es suficiente para mi para poder soltarlo, dejarlo ir en paz, sin ningún sentimiento negativo en mi interior, así que después de soltar un suspiro y regalarle una mirada llena de nostalgia me dirijo a mi camerino para alistarme ante mi última presentación, la más esperada por mi, no hay mejor manera de cerrar esta etapa de mi vida. 

Emilio

Me encuentro llevando los instrumentos del salón de música al fondo del auditorio para usarlos después, mientras acomodo la guitarra que me regalo Joaco en mi cumpleaños escucho que se abre la puerta del auditorio y al levantar la vista nuestras miradas se cruzan, mi corazón se acelera y lo hace aún mas cuando me dedica una media sonrisa antes de bajar la mirada y caminar hacia el maestro de teatro, quién lo acompaña a su camerino. 

Minutos después aparece con su vestuario puesto, no puede verse más hermoso, se ve increíble, y las ganas de correr a abrazarlo me invaden, pero sé que no debo hacerlo, de pronto sus compañeros de teatro que también están ya caracterizados comienzan a salir y llenan el escenario para poder ensayar una vez más antes de presentarse, mientras ensayan los demás, antes de que tenga que actuar mi bonito nos quedamos viendo, yo no puedo creer lo hermoso que es Joaquín, lo único que puedo pensar es que verlo en el escenario es mágico, él es arte puro, poder apreciarlo bailando algo tan artístico como el ballet es un privilegio que pronto muchas personas podrán tener.

Cuando terminan su ensayo me acerco a él decidido de hablarle, ya se que no ha pasado el año de las cartas, ni cerca de cumplirlo pero es la última vez que podré verlo y quiero pedirle perdón de frente al menos, solo eso pido, así que me acerco a él, pero antes de hablarle el maestro de música me llama para hacer pruebas de sonido y ayudar a los demás a acomodar los instrumentos, por lo que cuando regreso mi vista hacia donde estaba Joaco ya no hay nadie, suspiro frustrado y me dirijo a ayudar a mis compañeros molesto por haber perdido mi oportunidad de hablarle, espero encontrar otra antes de que deje la escuela, y con ella a mí.

Después de algunas horas el auditorio se empieza a llenar de gente, entre padres de familia, alumnos, maestros y directivos el lugar queda completamente lleno de personas de un momento a otro, la hora de iniciar ha llegado, los chicos de teatro están a un lado del escenario ya que no pueden estar entre el público, así que los trataron de acomodar a los lados del escenario para que pudieran ver las presentaciones musicales previas a su obra, eso me emociona pero también estoy muy nervioso, solo espero que Joaco escuche la canción que voy a cantar,, que se de cuenta que la canto para él y le ponga atención a la letra, espero con todas mis fuerzas que de alguna manera pueda llegar a su corazón y consiga su perdón. 

Por primera vez en el año siento que tengo algo de suerte ya que seré el último en cantar, lo que podrá ayudarme a controlar mis nervios, o bueno pensándolo bien quizás los empeore, ¿si no le gusta la canción? o ¿que tal que como soy el último cuando se de cuenta se va para no escucharme? total ya habrá escuchado a todos los demás, los nervios me están matando, no puedo quitarle la mirada de encima, lo veo tan intenso que por momentos puedo ver que mira hacia todos lados con la cara llena de confusión, puede ser que sienta mi mirada, debería dejar de verlo, pero cuando estoy por retirar mis ojos de él recibe una llamada, veo que lleva el celular a su oreja y se sonroja, empieza a sonreír como bobo y los celos remplazan los nervios, dándome el maldito valor que necesitaba para dejar de pensar tonterías y concentrarme en por esta vez, hacer las cosas bien. 

Apostando amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora