Primera cita

1.5K 142 1
                                    

Saliendo del ensayo Emilio invito a Joaquín a comer, llegaron al restaurante favorito del rizado, era algo muy personal para él, nunca había ido a ese lugar con nadie que no fuera importante para él, es decir solo había ido con su mamá y su hermana, nadie más, Emilio durante las semanas que llevaba platicando con Joaco  y conociéndolo mejor sentía como el cariño por el pequeño chico de lindas pestañas se instalaba en lo más profundo de su corazón, sin permiso, sin aviso, sólo naciendo en su interior para quedarse ahí y crecer con el tiempo. Notó detalles como el de llevarlo a un lugar tan significativo para él, como lo es el restaurante, se dio cuenta que hacía con Joaquín cosas que no había hecho ni se imaginaba haciendo por nadie ni con nadie más, ni siquiera sabía porque lo hacía con el chico frente a él, o tal vez si lo sabía pero no lo quería aceptar. 

Para Emilio no era necesario el amor de pareja, según su cabeza podría controlar sus sentimientos y enamorarse de alguien solo era algo que las personas se obligaban a hacer para sentirse menos solas y miserables, pronto descubriría que no se trata de eso, es más profundo, no se delimita, no se mide según el tiempo o la distancia, el amor va más allá de lo que algún día pudo imaginar que era. 

Emilio

Mientras esperábamos nuestra comida me dio curiosidad saber más acerca de Joaquín, no se porque supongo es para estar mejor preparado para lograr mi objetivo y ganar la apuesta.

-Oye Joaco ¿qué opinan tus padres acerca de que hagas obras y musicales y todo eso?- era una pregunta que me rondaba constantemente, mi madre me apoyaba en seguir mi sueño pero mi papá no, ¿cómo le hacía él para que sus padres si aceptaran?

-Emm, pues....- pude ver que se puso algo nervioso, miro sus manos y dio un largo suspiro –mi mamá está muy feliz por mi, siempre va a verme y me apoya, dice que soy su más grande orgullo y que el talento que tengo debería de conocerlo el mundo para que puedan estar un poquito más cerca a la belleza de la vida- sonrió de la manera más bonita que alguien podría hacerlo y lo que dijo fue muy lindo, me enterneció el corazón y no sé en que momento lo mire sonriendo como menso.

- En cuanto a mi padre, bueno, él....- bajo la mirada y su semblante se veía triste.

-Joaco no me tienes que contar si no quieres- tome su mano sobre la mesa y él me miro, no quiero que se sienta incómodo o que de alguna forma se obligue a contarme algo que no quiere, no sé si confía en mí para contarme cosas tan personales, puede ser que estoy hablando de temas muy profundos antes de tiempo, nunca había platicado tanto tiempo con alguien que no fuera mi familia o amigos, no tengo ni puta idea de como se hace esto, mierda. 

-No, esta bien Emi, yo confió en ti- no pude evitar sonreír después de escucharlo decir eso, pero una duda me llegó de pronto y no podía dejarla pasar. 

-¿Porqué? a penas nos empezamos a conocer, es la primera vez que aceptas salir conmigo- lo mire confundido, él sonrío de lado, suspiro y bajo la mirada. 

-Emi la confianza que te despierta una persona es instantánea, al menos así lo veo yo, tienes mi plena confianza, ya con el tiempo veré si la mereces o no, si la fortaleces o la rompes, pero por ahora la tienes- sus palabras de alguna manera aceleraron mi corazón, solo pude sonreírle y asentir lentamente, me gusta como piensa. 

-Bueno contestando a tu pregunta anterior, en realidad a mi papá no le importa, no le importo, para él no existo, tiene su vida lejos de mí, mis papás se divorciaron cuando yo era un niño pequeño y desde que se fue de casa nunca me busco, fue como si dejara de ser su hijo y se alejo por completo de mi- su mirada se quedo fija en la mesa, yo no sabía que decir, es entonces que me di cuenta de una cosa, creo que prefiero que mi papá trate de manejar mi vida pero me escuche en ocasiones, que me apoye cuando lo necesito y sentir que soy importante para él, a sentir que no soy nadie para él, no me imagino lo mucho que sufre por eso, y yo creyendo que tenía todo lo que quería, que estúpido soy.

Me entretuve tanto en mis pensamientos que antes de reaccionar y responderle algo, el mesero llego con nuestra comida, y fue entonces que me di cuenta que mi mano seguía sobre la suya, la retire lentamente, sintiendo recorrer su calor bajo mi mano, hasta que la aparte completamente.

Cuando terminamos de comer, ya era algo tarde, el cielo se había obscurecido, y me di cuenta una vez más que a su lado el tiempo vuela, platicamos tanto que no vimos que tardamos más de cuatro horas comiendo, entre risas y compartiendo cosas personales que no le había contado ni a Diego, pero es que Joaquín despertaba muchas cosas en mi, entre ellas la confianza, confiaba en ese chico con los ojos cerrados, cada cosa que le decía la escuchaba con atención y nunca me sentí juzgado por él, hasta sentía que me entendía, mis padres también se divorciaron cuando yo era un niño y poder hablar con él de cómo me sentía al respecto me ayudo mucho porque pude sentir que me entendía perfectamente.

Lo lleve a su casa en mi coche, mientras íbamos en camino a nuestro destino, en un semáforo en rojo mire a Joaco, él iba cantado muy concentrado en la canción que puso, me perdí viéndolo y pensando que ninguna de las personas que habían ocupado ese asiento se veían tan bien como él y no podía imaginar a nadie mas usándolo a partir de ahora, el sonido de un claxón me saco de mis pensamientos, el semáforo ya marcaba el siga, así que me concentre en el camino, no puedo empezar a sentir nada por Joaquín, ¿qué me pasa? yo no necesito un amor así, eso no es para mí, me tengo que enfocar y no olvidar que no debo perder, la única regla que debo recordarme a partir de hoy es no enamorarme de la apuesta, de hacerlo perderé más que la recompensa.  

Después de cantar como locos casi toda la playlist de mi celular, mantuvimos una plática muy amena, creo que nunca me había sentido tan libre de hablar de lo que sea sin preocuparme porque se burlaran de mi, cuando llegamos a su casa, Joaco se quito el cinturón de seguridad y me miro fijamente a los ojos, lo que causo que me pusiera nervioso.

-Emilio, ¿por qué de pronto me hablaste?, dime la verdad porfa- trague saliva fuerte, no sabía que decirle, así que retire mi mirada y la fije al frente, no podía contarle de la apuesta, era una de las reglas y seguramente no me ayudaría fingiendo que se enamoro de mi para ganar, así que tuve que mentirle a medias.

-Pues, no lo sé, ya te había visto antes, digo eres la estrella de la escuela, pero no sé, varias personas han intentado acercase a ti en plan romántico y tu siempre los mandas a la chingada, tenía miedo que hicieras lo mismo conmigo, y al principio lo hiciste, de hecho- fruncí el ceño mientras regresaba la vista hacia él, me miro y soltó una carcajada que me hizo relajar el rostro.

-Bueno eso fue porque fuiste un completo idiota queriéndome obligar a salir contigo, en lugar de preguntarlo como una persona amable- ambos reímos.

-Lo sé, ya lo siento, en verdad fue tonto intentar eso contigo- me di un golpe mental cuando me di cuenta de la cara de confusión que puso después de lo que dije, hoy ando mas baboso de lo normal, cuando estaba por hablar él solo sonrío y se despidió. 

-Gracias por todo Emi, nos vemos mañana, buenas noches- se acerco a mi mejilla y deposito un tierno beso en ella, cerré los ojos por inercia y los abrí hasta que escuche que cerro la puerta del coche, lo seguí con la mirada y antes de cerrar la puerta de su casa me miro para despedirse de nuevo con la mano, le devolví el gesto y una vez la puerta se cerro, suspire. 

Tengo que tener cuidado, no pensé que conquistar a Joaquín para romperle el corazón me traería tantos problemas, ahora me pregunto en que momento acepte, no entiendo como pude pensar que esto sería buena idea, ya no hay marcha atrás, tengo que lograrlo, solo espero con el tiempo Joaco pueda perdonarme y no sé quizás ser amigos, porque me he dado cuenta que es una de las personas que te gustaría mantener en tu vida por siempre de lo bien que te hace sentir tenerlo en ella, no podía saber que al final de todo esto lo menos que el querría sería volver a verme. 

Apostando amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora