#1 27 años

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Recostada en su cómodo sofá en un día calmo en donde no hacia frío, en donde la temperatura estaba ideal para sentirse bien, sosteniendo un libro entre sus manos, disfrutando de la música relajante que se hacia escuchar de su radio pequeña en una de las mesitas pequeñas a un lado del balcón con sus puertas abiertas permitiendo que el viento entrara creando un ambiente calmo, (t/n) Denbrough estaba completamente atrapada en su lectura, hasta que lamentablemente el sonido del teléfono de su hogar comenzó a sonar interrumpiendo su concentración, extrañada se levanto, no era como que muchas personas la llamasen, de hecho, nadie la llamaba, nadie más que su hermano Bill a su celular. Suspirando se movió, colocando los pies descalzos sobre el suelo, coloco su libro sobre el sofá para no perder la llamada ni en que pagina estaba. 

Camino hacia el teléfono blanco acomodado a un lado de la puerta que daba a la cocina, y prontamente contesto. 

—(t/n) Denbrough, ¿Con quien tengo el gusto? — pregunto en un tono amable, ese tono que siempre usaba en las llamadas a pesar de que su rostro demostrase que no quería nada más que volver a su preciada lectura, un libro que no estaba escrito por su hermano y que posiblemente terminaba mucho mejor —.

—Ha pasado un tiempo (t/n), es bueno oír tu voz — comento la voz desde el otro lado, dejándola bastante confundida, desviando su mirada del balcón hacia una de las plantas de girasoles que se había comprado el día anterior —, habla Mike Hanlon, de Derry. 

Y de pronto su libro realmente ya no importaba en lo absoluto, el día ya no era agradable, un escalofrío le recorrió por toda la columna deseando tener un suéter con ella para abrigarse, y el teléfono se le resbalaba de las manos con el sudor frío. 

—¿Derry? — pregunto en un tono mucho más suave y débil, casi en un susurro — ¿C-Cuanto tiempo ha pasado? — la pregunta salió de sus labios con una voz en su mente gritando que no quería oír la respuesta, no quería tener una respuesta, pero era incapaz de decirlo en voz alta —.

—veintisiete años, han pasado veintisiete años, y prometiste volver, todos lo prometimos. 

—Lo sé... — contesto, pocos recuerdos volviendo, unos dolorosos, pero sobre todo recordaba a su pequeño hermanito Georgie Denbrough que murió, una pequeña lagrima rodando por su mejilla ante los recuerdos revueltos — ¿Ya hablaste con Billy? 

—Si, es muy posible que pase por ti a tu casa... ¿estarás bien? 

Guardo silencio por un momento, Bill iría a casa de ella, eso era casi gracioso de oír, puesto que no lo veía desde hace un año, o un poco más, no estaba celosa de su vida, ni de que estuviera casado no, su esposa le agradaba mucho, salvo que estaba ocupada con películas u otras cosas, su hermano estaba ocupado, y ella... bueno (t/n) solamente tenía un trabajo aburrido tan normal como el de cualquier otra persona, atendiendo llamadas, no era la gran cosa, así como los hombres no parecían interesarse en ella por un motivo que no entendía, o quizá si, ella era como un globo que flotaba en el aire sin que nadie supiese como bajarla de ahí. 

—¿(t/n)? — llamo Mike preocupándose por el silencio de uno o dos minutos —.

—Stan... ¿Crees que el volverá? 

—Es al siguiente que debo llamar.

—Stan...

Fueron las últimas palabras que salieron de su boca, mirando sus muñecas cicatrizadas, sin vendas, pensó en muchas cosas en su vida, y más que nada recordó a Stanley Uris, el chico del cual estuvo enamorada en su adolescencia, y con ello el mundo parecía girar a su alrededor, girando hasta que sus parpados se cerraron y la llevaron al suelo. Mike desde el otro lado de la línea pudo oír el impacto en el suelo, y como el teléfono caía, comprendió que a la mujer no le había pasado nada más que un desmayo y con ello finalizo la llamada. Sabia que Bill iría a casa de ella, que por suerte no estaría sola, ahora solo le tocaba ponerse en contacto con Stanley Uris. 

Cornelia Street {Stan Uris & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora