Cornelia Street {Stan Uris & Lectora} Finalizada

#3 Galletas de la fortuna

Suspiro de forma profunda, alisando su vestido y arreglando las mangas de su chaleco negro sobre este protegiéndose del frío de la noche. Camino tras de su hermano Bill dentro de aquel restaurante chino que no tomaría en cuenta a memorizar, no podía dejar de tocar su vestido azul casual para acomodarlo, o dejar de jugar con su cabello, unos que otros recuerdos de su infancia no hacían más que llegar y llegar sin querer pisarle freno. Y pronto, ya se encontraban siendo guiados al salón privado en donde todos los perdedores se reunirían, en donde se encontró a un sonriente Mike que se lanzo a abrazar a Bill. 

Su mirada se encontró con la de otra persona que ya se encontraba ahí, sonriendo ante aquellos risos: Stanley Uris. Pero, no pudo ir a saludarle tan pronto cuando Mike se acerco a abrazarla con alegría. 

—Si vinieron. — comento contento —. 

—Por supuesto que si Mickey — respondio una sonriente (t/n) devolviendole el abrazo de forma cariñosa —. 

Ambos se separaron dandole la oportunidad para poder mirar a Stanley que ahora se encontraba cerca de ellos, ya habiendo saludado a su hermano Bill. Se acerco a ella, observándola de cerca, eran mayores, oh, pero ante sus ojos ella continuaba siendo tan hermosa como la recordaba de niños. Y la abrazo. 

—Sigues manteniendo esos risos — susurro ella en el abrazo —.

—Se que te encantan — bromeo él con una sonrisa en su rostro —. 

Una vez ambos se separaron se sonrieron al otro, sin saber realmente como conversar, la conversación de otro hombre con una empleada les distrajo, la sonrisa de (t/n) se volvió enorme al reconocer al hombre que acababa de llegar, nadie más que su mejor amigo que no veía en años. 

—¡Eddie! 

Ella menciono con alegria pura caminando a él para abrazarlo con fuerza, en un punto dejandole confuso hasta que la reconoció y devolvió el abrazo con gusto, sonriéndose al otro, sin dejar de abrazarse cuando no se habían visto en bastantes años. Y pronto, lamentablemente, ambos dieron un brinco de sorpresa cuando un fuerte sonido se hizo escuchar. 

Y finalizaron su abrazo. 

—La reunión del club de los perdedores a comenzado. 

—Wow — comenzó Eddie —, ya los vieron. 

La mujer con cabello anaranjado camino hacia una sonriente y radiante (t/n) que estaba más que lista para abrazarla. 

—Es bueno ver que no seré la única chica aquí — comento Beverly con una sonrisa en su rostro cuando la abrazaba —.

—Y que lo digas. 

Comentaron alegremente, y tan pronto como cada uno de ellos pudo saludarse en un abrazo amistoso tomaron sus asientos, su asiento quedo entre Bill y Ben, mirando de frente prácticamente a Stanley en medio de Richie y Eddie. 

—Entonces, ¿tienes esposa? — le preguntaría Richie a Eddie —.

—Si, ¿por qué es tan gracioso idiota? 

—¿Y es una mujer? 

—Vete al demonio.

—¡Púdrete! 

(t/n) rió ante dicho intercambio, tomando su vaso, ingirió el licor en este sin notar la mirada de Stan en ella, la misma mirada que le daba hace veintisiete años atrás. 

—¿Y tu te casaste boca sucia? 

—¡No hay forma de que tenga esposa! — contesto Beverly —.

—Si, me case.

—¿Ella estaba en su sano juicio Rich, no estaba ebria, o de casualidad en las vegas? — añadió (t/n) de forma burlesca —.