Capítulo Catorce.

4.7K 530 469
                                    

Un año después.

[Richie: 18 años.]
[Eddie: 17 años.]

Ambos jóvenes se estaban preparando para el día en que fueran a presentar su examen de admisión, en la misma universidad.

El mayor había mejorado notablemente su promedio, aunque le faltaba un poco para estar al mismo nivel que Kaspbrak.

La mamá de este último se había regresado a su estado natal, junto a las pequeñas.

Le dejaron la casa al pecoso, siempre y cuando este le llamara todas las mañanas y noches.

La señora K le enviaba dinero mensual para las cosas que necesitase él o la casa en sí.

Y Richie se aprovechaba tal vez un poco de la situación, pues ahora que su novio vivía solo, podía llegar los días que quisieran a hacer lo que desearan.

Como ahora.

¡No juegues con eso, Richard! - Gritó molesto el dueño de la casa al ver como el invitado jugaba con un jarrón de porcelana.

No pasará nada, cariño. Deja de preocuparte siempre por todo. - Habló sin verlo, pues su atención la tenía el ya dicho jarrón situado entre sus manos.

El pecoso simplemente negó con la cabeza, observando la manera en la que el azabache jugaba.

Eddie se encontraba en la cocina, preparando la cena.

Ya era común que Richie se quedara a dormir en casa del menor, sólo debía avisar a su propia casa y listo.

Así que lo hizo.

Sí, mamá. Mañana por la mañana iré a casa y estaré con ustedes... ¡Claro que no lo he olvidado! - Habló con un ligero tono de molestia en su voz, su madre no dejaba de recordarle lo que había el día siguiente.

Después de tal grito colgó la llamada, se notaba irritado.

¿Qué hay mañana, Richie? - Se atrevió a preguntar, aunque no tuvo una respuesta inmediata.

En cambio recibió un par de brazos al rededor de su cintura, juntándose en un abrazo.

El menor no se movió, sólo llevó sus manos a los del más alto, entrecruzando sus dedos sobre el abdomen del pecoso.

¿Quisieras ir a la cena conmigo? - Preguntó el azabache cerca del oído contrario, ganándose un asentimiento de cabeza.

Sí quiero, Rich. ¿Es algo formal? - Dicha cena era hasta el día de mañana, pero Eddie necesitaba saber para comenzar a buscar la ropa adecuada.

Ve normal, Eddie. En todo caso siempre te ves precioso. - El aludido se sonrojó y se removió de su lugar, ya quería sentarse.

El mayor sintió aquello, así que se separó y fue a tomar lugar en el sofá que adornaba la hogareña casa.

El dueño de esta última lo siguió, se sentó a su lado.

No se decían nada, no necesitaban palabras para saber todo el cariño que se sentían entre ellos.

...

La noche cayó y con ella ambos jóvenes que se encontraban en la suave cama del chico K.

Pink nails ¦ Reddie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora