capítulo 19

1.2K 66 4
                                    

-Osito. -Mire a Guillermo con una sonrisa y el prosiguió. -¿Hoy iras a trabajar?

-Claro.

-Pero si estas enferma.

-Según tu estoy enferma cielo.

-Por favor, no te vayas. -Me hizo un puchero y le mire seria.

-No puedo faltar.

-¿Por que?

-Porque tengo que ir a trabajar Guillermo, si falto me despedirán.

-Tengo una idea, dentro de poco tendre que trabajar en la empresa de mi padre como uno de los jefes, me encantaria que seas mi secretaria.

-Pero Guille... ¿Que tendria que hacer?

-Pues nada, hacer lo que te diga... Eso ha sonado muy machista, perdon. -Reí y me sente sobre el, le miré a los ojos y acaricie su torso.

-¿Y cuanto cobro?

-Mi amor.

-No me sirve. -Rei.

-¿Te pago por horas o al mes?

-Por horas.

-Mhm... 5 dolares la hora.

-Ala, en el bar me pagan 15 euros la hora. -Frunzi el ceño y el rodó los ojos.

-20 dólares.

-Genial.

-Pero quiero que trabajes bien, y hagas lo que sea.

-Si señor Diaz.

-Asi me gusta, mañana empiezas bonita.

-De acerdo, are lo que sea para satisfacerle.

-¿Lo que sea? -Me sonrió picaro y le besé.

-Lo que sea mi señor. -Puse mi pecho contra el suyo y besé con lentitud sus labios. -Solo dame el uniforme.

-No te hace falta, solo dejame que escoja tu ropa.

-Me parece bien.

-¿Hay alguien en tu casa ahora?

-No, faltan aun 5 horas, hasta las 3...

-¿Quieres que vayamos a tu casa?

-Vale. -Me levante lentamente de la cama y me cambié de ropa, mire a Guillermo y los animos me subieron, cada vez que le miraba mi corazon latia a mil por hora, cada vez que me sonreía una extraña sensación recorria mi cuerpo, era una sensacion extraña, una sensación perfecta. -¿Nos vamos?

-Espera un segundo. -Abrió el segundo cajón y de el saco una bolsa, me dio la bolsa y me sonrió. -Tal vez lo quieras usar. -Mire la bolsa y vi una caja de preservatibos sabor fresa y un par de botes de lubricantes sabor cereza, mire a Guillermo y sentí como mis mejillas se sonrojaban cada vez mas. -Que vergonzosa es mi pequeña, ¿Que nunca has usado lubricantes?

-Pues no... -Me agarro en brazos y me tumbó en la cama.

-Esto se usa así. -Agarro el bote y lo agitó, lo destapó y levanto mi camiseta, pasó el bote por mi estomago, dejando un rastro de liquido frio, acerco sus labios sin dejar de mirarme, besó lentamente mi plano abdomen para luego pasar su traviesa lengua. -Bonito piercing. -Lamio el piercing de mi ombligo y reí. -Pero aún no he acabado. -Agarró el bote y pasó sus dedos, los lamio y volvió a pasae sus dedos, los acercó a mis labios y los metió en mi boca, permitiendome saborear un delicioso sabor a cereza -¿Te gusta? -Asenti con la cabeza y el se levantó. -Si lo quieres usar, ya sabes donde esta. -¿Porque leches se separa? Con lo bien que se sentia... -Solo espero que lo uses conmigo, si lo usas con otro me enfadare, y si lo usas tu sola por lo menos, llamame. -Reí y Guillermo me sonrió.

-No lo guardes.

-¿Por que?

-Lo quiero usar. -Me sonrió y me entrego el bote, lo mire y vi de que estaba echo, por lo menos no contenia nada peligroso para la salud... -Tumbate y quitate la camiseta.

-Bueno forma de empezar el dia. -Se quitó la camiseta y se tumbi en la cama, me acerque a el y pase el bote por sus abdominales, hacian pequeños saltos por cada cuadrado de su buen formado cuerpo, Guillermo se reía en cada torpe giro que hacía.

-No te rias de mi.

-¿Intentas excitarme o formar un club de la comedia? -Le mire a los ojos y acerqué mis labios a su torso, seguía el rastro que habia dejado mientras imitaba el gesto de que el probase el dulce liquido desde mia dedos, con mi mano sobrante fui acariciando su miembro desde la tela del pantalon, Guillermo ya no reia, tan solo respiraba entrecortadamente.

-El club de la comedia ¿eh?

-Joder... -Sonrió y se levanto de la cama con pesadez, se puso la camiseta y guarde las cosas en la bolsa, este dia seria largo.

En la noche.

Guillermo y yo estabamos acurrucados en el sofá, estaba esperando a mi madre para avisarla de que iba a salir con Guillermo, escuché la puerta de casa abrirse y rapidamente gire mi mirada, mi madre se nos quedó mirando y justamente detras de ella apareció mi hermano mayor.

-¡Jason! -Guillermo dejo de rodear mi cintura y corrí a abrazarlo. -Te he echado muchisimo de menos.

-Y yo a ti hermanita, ¿Que tal estas?

-Genial, ¿Y tu?

-Bien, ya he terminado el trabajo, podre pasar mas tiempo con mi hermanita. -Despeino mi cabello, era una mala costumbre que tenia desde que eramos pequeños.

-No me despeines. -Volví a peinar mi cabello y caminé hacia mi madre. -Hola mama.

-Hola _______, ¿Como te encuentras?

-Bien, una pregunta.

-Dime.

-¿Puedo salir con Guillermo esta noche?

-¿Tu no estabas mala? Si estas enferma para la universidad estas enferma para salir con tu... Lo que sea que seais.

-Pero mama, por favor.

-He dicho que no. -Se cruzo de brazos y mire a Guillermo triste, el se levanto y me abrazo.

-Sabes que tiene razón. -Me susurró.

-Lo se... -Se separó un poco de mi y me dio un corto beso en los labios.

-Bueno, yo me voy osito.

-Adios dulce. -Le sonreí y le acompañe a la puerta. -Te voy ha echar de menos.

-No mas que yo. -Rodeó mi vintura con sus manos y me dio un corto beso en los labios. -Te quiero.

-Yo mucho mas. -Se marcho y cerré la puerta de casa, mire a mi madre enfadada y apreté mis puños.

-¡Hoy iba a pedirme salir!

-Sabes que tengo razon... -Subí las escaleras y me tire en mi cama, mañana tendria universidad, por suerte, ya era viernes.

La universidad (willyrex y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora