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 Me resultaba fascinante saber que Lauren era consciente de que soñaba. La parte decepcionante era que a pesar de eso no tenía intención de hacer nada más que esperar a despertar... ¿Por qué?

Debo admitir que no la conocía tanto como me gustaría, como para poder responder esa pregunta, lo que me atraía aún más, ya que había complejidad en su interior. Y no digo que las personas que no la tienen no sean atractivas, lo fácil y sin complicaciones obviamente tienen su encanto, pero verán... para alguien como yo que controla sus sueños, lo "simple" dejo de ser atractivo hace tiempo. Aunque era evidente que ella me atraía por algo más, ya que ni bien la vi me atrajo...

Estos pensamientos iban cayendo en mi mente, mientras me dirigía al colegio.

[...]

La mañana iba diluyéndose con la intensidad que iban cobrando los rayos del sol. Lauren no parecía estar diferente de cualquier otro día. Seguía aparentando bienestar, y los demás seguían creyéndole sin más. Debo admitir que guardaba una leve esperanza que el sueño compartido hubiera significado lo suficiente para ella como para dar una muestra en este plano, pero eso no pasó.

Lo que si pasó fue que ella me sorprendiera varias veces durante la mañana mirándola. Intenté dejar de hacerlo, pero me era inevitable, no sé si era por esa leve esperanza de encontrar un indicio en ella sobre el sueño o simplemente ese magnetismo que tenía sobre mí. En las dos primeras ocasiones que me sorprendió observándola, me sonrió, y no parecía incómoda. Obviamente eso era producto de su auto engaño de creer que eran miradas fortuitas. Ya la tercera y demás veces su semblante fue más serio e incluso incómodo, lo que producía que ella cambiara de posición o suspirara de frustración.

- Osin, deja de hacer eso que la estas incomodando. - Me dijo Dinah, sentándose al lado mío en la última hora de encierro escolar.

Podía hacerme la desentendida, pero eso hubiera sido más sospechoso para ella, por lo que hubiera tenido que dar explicaciones que no quería.

- Ya lo sé, pero no puedo evitarlo.

- ¿Cómo no vas a poder evitar ver a alguien, bichi?

- Es como cuándo vos venís sin haber dormido mucho, y durante las primeras horas estas quedándote dormida en clase... Sabes que no podes o debes hacerlo, sin embargo los parpados te pesan tanto y se siente tan bien cerrar los ojos que ya poco importa el deber o poder. - Le dije dándole un ejemplo que ella experimentaba dos o tres veces por semana, como para que entendiera. - Es inevitable y placentero.

Dinah se quedó en silencio, supongo que pensando, durante un tiempo, mientras yo volví a caer en la fuerza de gravedad que Lauren ejercía en todos mis sentidos.

Esta vez parecía que Lauren estaba luchando con todas sus fuerzas para no mirarme. Veía como apretaba su boca, movía su cabeza con la mirada baja para sus costados sin tener necesidad alguna, veía como su mano derecha presionaba los dedos de su mano izquierda, y como se cruzaba y descruzaba sus piernas, hasta que se acomodó el pelo y me miró enojada.

Increíblemente no desvié la mirada, ni siquiera amagué con aparentar ver algo más allá de ella. No. Solo sostuve su mirar... Pasaba el tiempo, del cual no tenía tanta noción y seguíamos con nuestra conexión visual.

- Chiqui, deja de hacer eso... - Me dijo Dinah empujándome un poco el hombro.

No le di importancia.

Solo cuando el profesor le llamó la atención a Lauren, ya que ella tenía que girar un poco su cabeza hacía el lado opuesto a donde debería estar mirando, rompimos nuestro contacto.

Sueños (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora