Sueños (Camren)

18

Al salir de bar comencé a caminar sin rumbo, pensando y pensando en todo lo que había hecho hasta entonces, los motivos, mis motivos, lo que podría representar para Camila ahora en el mejor, y por sobre todo en el peor de los casos. En cómo estaba apostándolo todo, y como hasta ahora no había tomado una real noción de eso.

Sin darme cuenta terminé mucho más lejos de lo que hubiera querido. Fue por eso que no llegué a la hora que había quedado para almorzar con C y S.

Al hotel llegué a eso de las 15:20, y tal como lo sospechaba no estaba ninguna de las dos, solo los empleados. Afortunadamente, ellas habían dejado instrucciones para mí:

¿Qué, no tenes reloj para medir el tiempo? ¿Te crees un ser superior o qué? Nos vemos por la noche, entre las 19 a 20 hs volvemos y cenamos. Que te sea leve.

Tenía mucho en que pensar como para ocuparme de encontrarle sentido a algunas cosas de ese mensaje, así que simplemente acepté que el almuerzo se cambió por una cena, y me fui a la habitación. 

Luego de un par de horas, me acordé que Regi me había aconsejado que me quedara más tiempo en este lugar... ¿Ella sabía que Camila iba a venir? ¿Si lo sabía por qué no me lo dijo directamente? Este tipo de cosas es lo que no entiendo, parecía que la gente sabía más de lo que me decía, lo que me hubiera ayudado, pero aun así se lo callaban... ¿Por qué no me querían ayudar?

[...]

20:05 pm.

Había sacado todas mis cosas de la habitación, y las metí en mi coche. Aprovechando también me di un baño, y ahora estaba esperando en un sillón cerca de la recepción, que era atendida por un hombre de unos 30 años, que parecía que estaba más pendiente de lo que ocurría en el monitor que veía, que del hotel. 

Casi eran las 21hs. Vi como ambas llegaron corriendo, casi desesperadas a la puerta del hotel, y como intentaban pasar una antes que la otra, dificultándose la entrada aún más... Ellas se reían

- Listo Gus, ya te podés ir - Le dijo S, mientras trataba de recuperar el aliento.

Mientras tanto C dejaba tres cajas de pizzas sobre el mostrador.

- Llévate una Gus, gracias por todo. - Le dijo para que tomara una de las cajas con pizza, lo que el hombre hizo, y se fue sin decir nada, apenas levantando la mano como despedida.

- ¡Ay, como me encanta que sea así! - Dijo C, mientras caminaba al otro lado del mostrador. - No dice nada a menos que sea necesario... Qué bonita cualidad.

S solo asintió, y despareció tras la puerta que llevaba al salón comedor.

- Espero que no te moleste cenar acá, tenemos un hotel que atender. - Me dijo riendo C

- Esta bien, no es importante el lugar, sino la compañía. - Le contesté levantándome de donde casi me duermo y pase a donde ella estaba desplegando una mesa. y acomodaba unos banquitos. Luego acomodó un monitor que contenía la vista de varias cámaras de seguridad en el, para poder verlo sentada.

S vino unos minutos después con una mini heladera, la cual abrió y estaba llena de botellas de cerveza.

Habían planeado una cena agradable.

Después de unos cuantos minutos que comenzamos a cenar, finalmente una de ellas habló

- ¡Habla mujer! - Me demando C mientras comía pizza.

- Hablen ustedes primero... ¡déjenme comer a mí! - Les dije, esperando haber captado y comprendido su sentido del humor. Lo que parece que si logre, ya que ambas se rieron.