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Lauren POV

Desperté tosiendo por una maldita rodastar... Sabía que tenían varias ubicaciones bajo su dominio, pero no vi a los vigilians que alertan de su presencia. 

Tengo que prestar más atención.

Miré la hora y eran casi las 7 am. Ya era tarde para ponerme a dormir de nuevo, y tenía un hambre del carajo, así que decidí ir a conseguir algo para desayunar. De paso voy a volver a donde Camila solía vivir con su madre. Según pude averiguar, ellas se habían mudado hace un año más o menos. 

El lugar donde vivía Camila era un complejo de apartamentos muy bonito, lo sabía porque lo había recorrido varias veces.

Al llegar estacioné el coche y agarré el paquete con los muffins que había comprado. Tal y como Camila y su madre me enseñaron, no se va a la casa de alguien sin llevar un presente y menos si no te esperan.

Recordaba que las veces que había ido, que realmente ahora que me lo ponía pensar eran pocas, había visto como Camila o su madre hablaban con una venerable anciana que vivía en frente. No recuerdo como se llamaba, pero lo que si me acuerdo es que me dijeron que esa señora siempre que sentía movimiento en ese sector abría la puerta esperando que fuera alguno de sus hijos, los cuales vivían en el exterior hace muchos años ya y apenas se acordaban de ella para navidad.

También recordé cuando Camila me comentó que su vecina le había dicho que de mayor se dormía menos... Recordar el tono de voz que uso y su carita asustada cuando me preguntó si yo creía que eso era cierto, me hizo sonreír. Ella no quería dejar de soñar nunca.

Llegué a la puerta con el número 8... Apoyé mi mano en el número, y lo acomodé para que quedará como un 33...

La primera vez que fui a su casa Camila me había escrito en un papel la dirección.

 "Complejo de apartamentos Edén. Edificio 2, planta baja, número 33". 

Estuve una hora o un poco más recorriendo por completo todas las plantas bajas de los edificios, aun cuando sabía que no era el edificio correcto. Los habré recorrido tres veces cada uno. Incluso, el que sabía que era el edificio 2, lo recorrí por completo, yendo de piso en piso para encontrar el número 33.
Le había mandado una infinidad de mensajes a su móvil, los cuales leía pero no respondía, también la llamé, y la única vez que me atendió, solo se limitó a decir :
"Usá tu imaginación".

 Cuando me dí cuenta que había pasado más de una hora perdida, le mandé un mensaje escribiéndole que me iba a ir a mi casa, que ya no era gracioso, a lo que ella me respondió:
"Qué fácil que te rendís. Nos vemos mañana, que sueñes bonito".

 Antes de salir del edificio 2, me encontré con una señora de la tercera edad que estaba luchando por abrir la puerta con un par de bolsas en su mano. La ayudé, y antes de que pudiera irme, me preguntó quién era yo. Le conté que había ido a visitar a una amiga, pero que ella se creía muy graciosa y que me había dado una dirección falsa. La señora me pidió ver el papel, el cual había sacado de mi bolsillo mientras le describía mi actual situación. Una vez terminó de leer solo dijo sonriendo: 

"Camila... Vení, seguime, soy vecina de tu amiga".

Al llegar y ver el número 8, le pregunté si estaba segura. A lo que me respondió tocando el timbre de ese departamento. Unos segundos después vi como Camila abría la puerta sonriendo.
Lo único que le dije fue:
"Es un 8, no 33".

Ella miró el número, apoyó su mano en el y lo convirtió en un 33 girado la mitad del 8.

Ella miró el número, apoyó su mano en el y lo convirtió en un 33 girado la mitad del 8

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Sueños (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora