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Una vez que ingrese a la casa de Lauren, cerré la puerta, y me di cuenta que no era tan gruesa como aparentaba. Tenía el grosor de una puerta común, pero la apariencia de ella hacía creer otra cosa. Definitivamente podía disuadir a cualquier ladrón con convicciones flojas para el delito... Aunque ahora que lo pienso, ¿qué ladrón que no sea un novato entra por la puerta? Entonces tener una puerta así que aparenta ser más dura de lo que realmente es no tiene mucho sentido... A menos que ese sea el punto, que no hay sentido... ¿Podría ser que eso también abunde de este lado?

- Espero que te guste el café con leche... No me respondiste cuando te pregunte y parecía que estabas muy concentrada pensando en algo como para interrumpirte con banalidades. - Me dijo Lauren cuando vio que volvía a estar ahí, con ella.

No me había dado cuenta que estaba sentada en un taburete en la cocina de la casa donde vivía Lauren. 

- Perdón, pero me llamó la atención la puerta de tu casa y estaba pensando en eso. - Le dije mientras acercaba más a mí la taza que ella había dejado sobre la mesada. - Me gusta el café con leche, gracias.

Ella me sonrió y fue a buscar un plato donde depositar las galletitas, lo que me pareció curioso fue que cada dos segundo me miraba. No me incomodaba pero era como que se quería convencer que yo no fuera a desaparecer.

Ella depositó el plato y me pidió que abriera el paquete de galletitas y las pusiera en el plato, cosa que hice, mientras ella acercó otro taburete para sentarse. Ambas estábamos ubicadas cerca de una de las esquinas de la mesada central de su cocina.

Al terminar de volcar el contenido del paquete en el plato, hice lo que acostumbraba: Doble el paquete lo más chiquito que pude, y usando el hilo rojo con el que se abre el mismo, lo envolví e hice dos nudos para que se quedara así. Recorrí brevemente la cocina en busca de un tacho para la basura, pero como no lo encontré, me guarde el envoltorio en el bolsillo de mi pantalón.

Levanté mi mirada, ahora consciente del silencio que había en ese instante, y vi como ella me estaba contemplando. Sentí que me había mirado durante todo el "ritual" que había desarrollado con el envoltorio de las galletitas.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? - Me dijo ella, mientras yo volvía a agarrar la taza para saber que tan caliente estaba su contenido.

1, 2, 3, 4, 5...

- Dinah me dijo la ubicación de tu casa. Yo quería hablar con vos... Lamento mucho que no hayas podido comprender el significado de mis palabras... Supongo que yo también tengo algo de culpa por eso. Perdón. - Le respondí asumiendo que aun quería que le contestara las preguntas que me había hecho en la puerta de su casa.

- Eso no era lo que te iba a preguntar. Pero ya que sacaste el tema... ¿Se supone que eso es una disculpa?

1, 2, 3, 4, 5...

- Dije "perdón" se supone que si... - Le dije mientras tomaba un sorbo del café con leche.

- El tema es todo lo que dijiste antes de ese "perdón", no parece una disculpa, sino una justificación. No lamentaste que no puedas hacer que te entienda, lamentaste que yo no puedo entenderte, y luego supones que tenes "algo" de culpa, y no que de hecho si la tenes.

- ¡Ahggg!. - Fue lo que le respondí después de probar el café, mientras  hacía una mueca de desagrado con mi cara.

Lauren me miro y luego llevo su mirada a la taza, volviéndome a mirar otra vez.

- Está dulce. - Le dije mientras movía mi lengua dentro de mi boca para que el sabor se fuera rápido.

- Bueno, te pregunté como lo tomabas y no me respondiste, así que asumí que lo tomabas como todo el mundo: dulce.

Sueños (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora