Los mensajes comenzaron a aparecer en la pantalla del móvil de Lisa.
"¿DÓNDE ESTÁS?"
"¿CON QUIÉN MIERDA ME ENGAÑAS?"
"¿TAN POCA COSA SOY PARA TI?"
"¿¡¿¡¿¡LISAAAAAA!?!?!?"
Las preguntas similares seguían llegando, acuchillando más y más el noble corazón de la chica.
Quien la conociera, sabía que para Lisa le sería imposible hacer algo contra su noviazgo, aunque para eso tuviera que aguantar más de lo normal.
-¿Es Jennie?- preguntó Rosé aunque ya sabía la respuesta, conocía tanto a Lisa que con sus muecas supo de que trataba- Quizás... deberías contestarle...
-Mejor me iré- dijo Lisa con una sonrisa que podría engañar a cualquiera, menos a la mayor- debe estar muy preocupada de que no he llegado, al fin y al cabo, es preocupación porque me ama.
Rosé no emitió palabra, no quería pelear de nuevo con su amiga tratando de demostrar que Jennie no sentía amor, sino obsesión y dependencia.
Lisa tomó sus cosas y prosiguió a despedirse de la mayor con rapidez, su teléfono había comenzado a vibrar más rápido así que debía apurarse o Jennie haría un mayor escándalo del que tendría al llegar a casa.
Salió del bar y prosiguió a marcar al número de quien amaba y la amaba tanto.
-Jennie...-dijo, pero no se escuchó más.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
