Las risas se combinaban a cada segundo y sobresalían del ruido de la fuerte música que se escuchaba en el bar.
-Tengo una idea- dijo de pronto Taehyung, interrumpiendo la chistosa anécdota de su amigo.
Jimin no hizo más que seguirle el juego, incluso cuando pudo descifrar lo estúpido que acababa de hacer al pedirle una canción al DJ.
Una canción que desconocía su nombre, pero que su melodía provocativa hizo que su personalidad coqueta se desatara.
Los dos amigos se subieron a la barra, siguiendo el ritmo y haciendo más y más movimientos sensuales gracias al ánimo de las personas en el lugar.
Aprovechando que andaban de terno, jugaron con sus chaquetas y fueron desabrochando los botones de su camisa, sin olvidar jugar con su pelo y leves mordidas en sus labios.
Se potenciaban entre ellos más que opacarse.
Eran el dúo dinámico más travieso en las calles de Seúl.
La música paró y la gente los hizo sentir victoriosos, aunque no hubieran combatido contra nadie.
-Estás demente- dijo Jimin aún entre risas, y pidiendo otra copa al bartender.
-Lo sé- dijo Tae y brindaron por más locuras a lo largo de sus años de amistad, continuando su noche como si nada.
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