-Hey, compra la tuya- dijo, o mejor dicho, trató de decir Jungkook cuando sintió que le arrebataban la cerveza de la mano.
-Dame el dinero Jungkook- demandó EunBi y al ver que el pelinegro no le hacía caso, rompió la botella de vidrio en el mesón, asustando al bartender más cercano.
El chico buscó de mala gana en la gastada chaqueta de mezclilla que usaba en la constructora donde trabajaba, hasta hallar el fardo de billetes que significaba su sueldo.
EunBi no pudo evitar disimular el suspiro de alivio al ver que sólo había gastado por dos cervezas, eso era totalmente cubrible con su mísero sueldo de mesera.
-Adiós- dijo cortante mientras giraba sobre sus talones para dejar al alcohólico por fin tranquilo e irse a casa con su pequeño, pero él la detuvo.
-¿Cuándo lo veré?- preguntó con tristeza palpada en su rostro, pero ella no cayó en su manipulación y quitó su mano con asco visible.
-Cuando dejes de ser un borracho- dijo y al ver la mueca de él, se marchó, sintiendo impotencia contra quien era que su marido y padre de su hijo.
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