El Secuestro

Capítulo 12

  Christian

-Vamos, Jack.- le dice animándole.

-Déjame en paz leila y largo.

-No, estás loco si piensas que me iré.-le dice desafiante, veo que en su mano lleva una cámara. Esta gente está completamente loca no puedo creer que vayan a grabar lo que me van hacer.

Jack me da la vuelta para que pueda verlo y en su mano tiene un bate de béisbol y me da un fuerte golpe en la rodilla izquierda y luego en la derecha una y otra vez de tantos golpes que me da se queda sin aliento luego de descansar un rato sigue golpeándome fuertemente en las piernas.

-No, Jack, maldita sea para.- le digo en un tono de súplica pero él no para y sigue golpeándome sin parar. Duele demasiado y yo solo soy un simple espectador de mi propio sufrimiento no puedo hacer nada absolutamente nada para defenderme.

-Sigue, Jack, ahora en las costillas ¡vamos!.-le grita Leila.

El dolor que siento es indescriptible no me puedo defender y el sigue justo como le ordenó Leila, me impacta con el bate justo en las costillas y todo el aire abandona mis pulmones me empieza a fallar la respiración siento que me estoy ahogando pero el da tres golpes más y luego impacta otro en mi brazo izquierdo.

-Por favor, para.-le digo casi sin aliento.

Todo a mí alrededor se empieza a poner borroso y cada vez más me cuesta respirar.

-Muy bien, Jack, ahora ya sabes que es lo que sigue.-dice Leila.

Jack se acerca a mí y me quita la camisa !No! que me va hacer por favor que no siga. La camisa  es lo único que me protege del contacto directo.

-La camisa no Jack...-él ni siquiera me escucha en eso veo que tiene en la mano un cigarrillo y de pronto vuelvo a ser ese niño de cuatro años asustado y suplicando que ya no siga, siento el fuego en mi pecho quema demasiado y duele, luego lo siento en mi espalda una y otra vez sin parar.

No me puedo defender no lo pude hacer de niño y tampoco ahora de adulto intento decirle que pare pero no puedo mi voz no me sale.

De nuevo perdí mi voz y las sombras se empiezan a apoderar de mi hasta consumirme por completo este es el fin. Jamás pensé que fuera terminar justo donde empecé en un lugar frió con hambre y sobre todo completamente solo, quise luchar por Ana pero finalmente ellos pudieron conmigo, me hicieron pedazos.

Todo pasa en cámara lenta Jack con ese cigarrillo lo pone sobre mi pecho y espalda me quema una y otra vez cuando termina me vuelve a poner la camisa inclinó un poco la cabeza y logro ver qué estoy lleno de sangre.

-Ahora si Jack vez no era tan difícil.-dice Leila aún riendo.

-Cállate Leila.-el se acerca a mí y susurra en mi oído- lo siento pajarillo pero alguien a quien amo lo iban a matar si no lo hacía.

Sus disculpas en este momento ya no sirven de nada. El daño ya está hecho y no hay vuelta atrás.

-Pero falta algo más.- dice Leila y empieza a patear con fuerza mi cabeza.

Sé que estoy muriendo y no hay nada más que hacer luche hasta donde pude intenté soportar todas estas semanas pero mi cuerpo está cansado y débil de toda esta tortura. Solo espero que algún día Ana me perdone por todo lo que la hice sufrir.

Me voy en paz porque estoy seguro que Taylor la cuidara y porque la dejé protegida en mi testamento a ella y a ese bebé que viene en camino jamás le faltará nada.

Lentamente siento que dejó de respirar y dejó de sentir dolor.

Anastasia