El Secuestro

Capítulo 60

Christian

Los últimos días han sido extraños no sé quién soy ni dónde estoy y lo más frustrante es no poder hablar y no poder moverme.

Siempre estoy en esta horrible cama hasta el día de ayer se apiadaron de mí y me sacaron de la habitación para poder tomar un poco de aire fresco, tenía toda la intención de disfrutar un poco pero como siempre mi cuerpo es traicionero y el cansancio se apoderó de mí hasta que me quedé dormido.

Odió quedarme dormido, solo puedo estar despierto pequeños periodos de tiempo. En esos pequeños espacios de lucidez entran varias personas a verme en sus rostros veo amor, tristeza, dolor y a veces lastima.

Quiero decirles que no estén tristes que  no me vean con esos ojos pero soy tan incapaz de poder expresarme.

Cada persona que entra se pone a hablar conmigo pero muchas veces no les entiendo es como si mi mente no procesará lo que ellos dicen dejándome ajeno a sus conversaciones.

Con el pasar de los días puedo entender que estoy en un hospital por la forma que visten las personas del lugar y creo que las demás personas tal vez sean mi familia pero no lo tengo muy claro.

Me agrada cuando esa hermosa mujer de ojos azules está cerca de mí y la manera de tratarme siempre es especial y muy amorosa. Me gusta  como toma mis manos entre las suyas, ella es la única a la que no le da miedo tocarme, ella me baña, me viste, se encarga de quitar siempre el pelo que cae sobre mis ojos para que yo pueda ver también sabe a qué hora tiene que cambiarme de posición porque si no lo hace me duele demasiado mi cuerpo y es insoportable no poder pedir que me ayuden.

Una de las cosas que adoro de ella es ver como se enoja siempre hace gestos extraños cada vez que me alimenta  y no es que me desagrade como lo hace es más bien esa horrible comida que es verdaderamente detestable.

La mayor parte del tiempo estoy enojado porque no puedo hacer absolutamente nada y esa es la peor sensación que puede haber hace unos días me cambiaron los tubos de oxígeno y mientras lo hacían me asusté demasiado cuando empecé a sentir que me faltaba el aire y yo no podía hacer nada ni siquiera sabía cómo respirar es muy fastidioso no poder controlar tu propio cuerpo.

Me agrada que esa hermosa mujer este siempre conmigo y me tranquiliza cuando algo no anda bien, pero no creo que sea justo que esté todo el tiempo con alguien como yo que no es capaz de valerse por sí mismo y que no sea capaz de ofrecerle nada.

Ella no merece estar cerca de alguien en estas condiciones ni siquiera yo merezco estar con vida si es que se le puede llamar así a qué otros hagan todo por tí.

El constante sonido de las máquinas me lastima los oídos ya no lo soporto más pero sé que sin esas malditas máquinas no puedo vivir, lo sé porque con mucho esfuerzo trate de concentrarme en la conversación que tenía el doctor con otro hombre que no sé quién es. Ellos dicen que no tengo muchas probabilidades de mejorar y tal vez en un futuro mi salud puede empeorar pero que será mejor mantenerlo en secreto. Ellos hablaron casi en susurros pensando que yo permanecía dormido.

-Con la parálisis todos sus órganos internos pueden empezar a fallar.

-¿Y piensas decirle la verdad a ella?

-No puedo le prometí que podría mejorar.

-Lo estás volviendo personal, tú eres doctor sabes que no podemos dar falsa esperanzas.

-Es personal por razones que no puedes saber es por eso que haré todo lo posible para ayudarlo.

-Soy su psiquiatra y a él le gustaría que le hablaras con la verdad a ella.