~ El camino a casa ~

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~ Capítulo 6 ~

Era de noche y el semáforo estaba en color rojo indicando el paso del tren, pero aún sobre el ruido de éste al pasar se escuchaban los ruidosos berridos de un chiquillo de cabello negro y lentes que iba sobre la espalda de un niñito de cabello castaño oscuro.

- ¡Ya Yoongi, no llores solo por haberte raspado la rodilla! ¡Eres un chico, ¿no?!.- Le regañaba Taehyung mientras caminaba cojeando.

- ¡Yo me torcí el tobillo! ¡Se torció!.- Continuaba mientras empezaba a tambalearse por el dolor en su inflamado tobillo y el peso en su espalda, logró incorporase un poco.

- ¡Fue porque me hiciste dar volteretas en el terraplén!.- Se quejó el pelinegro que lloraba como Magdalena aferrándose al cuello del su amiguito para que éste no lo tirara cuando se incorporaba.

- ¡Cállate!.- Le gritó molesto el pequeño Taehyung y luego suspiró resignado a tener un amigo chillón, pero se alegraba de que solo se haya lastimado en la pierna, si se hubiera hecho daño en las manos, su madre lo habría matado. Pequeñas lágrimas brotaba de los ojos grandes y rasgados del castaño.

- ¡No llores tonto! Si no yo también...- Y rompió en llanto... también.



~ 🌕✨ ~



- Toma, una toalla y una muda.- El pelinegro le tendió una toalla y un cambio de ropa al pelirosa que se cambiaba en una de las habitaciones de la casa de Yoongi. Habían dado a parar allá después de su graciosada de saltar al agua.

- Pondré el uniforme en la secadora.- Dijo mientras caminaba por los pasillos de la casa, hablaba alto par que el otro lo escuchara a pesar de que la puerta estuviera cerrada.

- Gracias. ¿No hay nadie en casa?.- Preguntó el pelirosa mientras se secaba con la toalla que le había dado Yoongi.

- Mi padre no pasa mucho tiempo en casa por el trabajo.- Respondió.

Jimin lo escuchaba desde el baño. Estaba de pie frente al espejo, se colocaba la playera que le había dado Yoongi, al parecer era de él, era de color negro y bastante más grande, tanto que llegaba a cubrirle hasta la mitad de los muslos y la mitad de sus brazos.

- Vaya, es más grande de lo que imaginaba.- Susurro con gracia y sonrió.

Jimin siempre ha sido bastante curioso y eso lo demostró cuando se anduvo paseando por la casa ajena, subió las escaleras y abrió una de las tantas puertas encontrando un piano polvoriento con varios libros regados sobre éste y por el suelo y cajas llenas de trofeos y reconocimientos. Pasos se empezaron a escuchar por el pasillo.

- Aquí estás. ¿Te sirve un café?. También tengo leche caliente...- Dijo el pelinegro una vez encontró al pelirosa, deteniéndose detrás de él, enfrente de la puerta abierta, no terminó de hablar cuando vio que Jimin se adentraba a la habitación.

- ¡Ah!.- Exclamó Yoongi cuando vio como Jimin empujaba salvajemente las cosas sobre el piano regándolas todas por el suelo.

- ¡¿Qu-qué haces?!.- Le grito cuando vio el desastre.

Jimin no respondió inmediatamente sólo quitó la toalla que tenía en la cabeza para secarse el cabello y la pasó por el piano quitando el polvo de el, pero, se detuvo.

- Lo siento. Lo siento. Lo siento.- Repetía mientras ponía su manos juntas y recargaba su cabeza sobre ellas, sus hombros temblaban, como si estuviera llorando.

Yoongi junto sus cejas en un pequeño gesto de preocupación, éste no duró mucho cuando vio que el pelirosa se incorporaba y con una expresión ceñuda y decidida se alejó del piano a zancadas y abrió de par en par las cortinas.

𝓣𝓾 𝓶𝓮𝓷𝓽𝓲𝓻𝓪 𝓮𝓷 𝓪𝓫𝓻𝓲𝓵 | ʏօօռʍɨռDonde viven las historias. Descúbrelo ahora