Overlord 3 : La valquiria sangrienta

Capítulo 3 Confusión y Control Parte 1

Luego de la transferencia, Ainz vio una colina frente a él. No, no era lo suficientemente grande como para ser una colina, era sólo un montículo con unos seis metros de altura desde la base a la cima.

Una vegetación corta con hojas puntiagudas crecía frondosamente sobre el montículo, dándole la apariencia de haber estado en ese lugar por un largo tiempo. Observando los alrededores, habían muchas protuberancias similares, dando la impresión de que toda el área cercana era de esta forma. Sin embargo, eso no era cierto.

Este terreno había sido creado gracias a la magia del Guardián de Piso Mare. Enterrada bajo esta capa de tierra se encontraba la superficie de piedra de la Gran Tumba de Nazarick.

Ainz activó [Vuelo] e instantáneamente se elevó sobre los montículos. En su amplio campo de visión vio una tierra extensa sin interrupciones cubierta de maleza. Ni siquiera la más mínima parte de la Gran Tumba de Nazarick era visible, como si estuviera totalmente cubierta por los montículos.

Ainz no perdió más tiempo en este lugar y mantuvo su velocidad original mientras continuaba volando.

Luego de pasar cierto punto, el escenario cambió y tuvo la sensación de estar penetrando a través de una membrana. El terreno montañoso desapareció y una visión familiar se reflejo en los ojos de Ainz.

Ésa era la prueba de que había atravesado la barrera de ilusión protectora.

Sin reducir la velocidad de [Vuelo], el destino de Ainz era el gran y solemne mausoleo en el centro, debido a que era la única entrada a la Gran Tumba de Nazarick.

Volando de frente a través de las escaleras del gris templo y encontrando numerosas figuras debajo de él, Ainz reprimió su ansiedad y aterrizó frente a ellos.

“Ainz-sama, bienvenido a casa.”

Junto a la voz cariñosa de una mujer, muchas otras voces resonaron dándole la bienvenida.

De pie al frente de todos, vestida con un vestido de un blanco puro, se encontraba Albedo, la Supervisora de la Gran Tumba de Nazarick, quien era también la persona que conocía más sobre la situación actual.

Las cuatro sirvientas que la atendían eran sirvientas de batalla, y se encontraban de pie un poco más atrás. Detrás de ellas se encontraban sirvientes de nivel ochenta.

Luego de que Ainz terminara su conversación con Albedo usando [Mensaje], él inmediatamente ordenó a Narberal que usara teletransportación. No habían pasado ni cinco minutos desde el final de ese [Mensaje] y el hecho de que Albedo hubiera podido organizar a todas estas personas para que le dieran la bienvenida permitía apreciar el nivel de sus habilidades organizacionales.

Sintiéndose impresionado, Ainz agitó la mano gentilmente en respuesta al saludo de los sirvientes. Se suponía que debía decir unas cuantas palabras de aprecio, pero no era apropiado bajo las circunstancias actuales.

“Albedo, sobre lo que discutimos con [Mensaje]…”

Realmente Shalltear nos traicionó?

Estuvo a punto de decir estas palabras, pero dudó. Ya que profundamente en su preocupada mente, se encontraba temeroso de que si las decía harían que la traición de Shalltear se volviera un hecho irrevocable. Yendo más allá, discutir este asunto frente a los sirvientes era algo demasiado peligroso.

“Sí. Le gustaría discutir este asunto en algún otro lugar?”

“Tienes razón…discutámoslo en el Cuarto del Trono, está bien?”

“Como desee. Entonces Yuri, presenta el anillo de Ainz-sama.”

De entre las sirvientas de batalla de pie detrás de ellos, una sirvienta con gafas silenciosamente avanzó hacia adelante.