Capítulo 5 PVN Parte 4

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Dentro del Cuarto del Trono, Ainz abrió la lista nuevamente y, como esperaba, encontró sólo un espacio en blanco donde anteriormente había estado el nombre de Shalltear. Con esto, la muerte de Shalltear estaba confirmada y la primera fase de su plan había concluido.
Su corazón se llenó de dolor. Aunque no había habido otra forma, confirmar esto de ésta manera, hizo que se diera cuenta plenamente de lo que había hecho y fue abrumado por el sentimiento de culpa.

Ainz se disculpó con Shalltear en su corazón. Tragando su saliva inexistente, observó a los otros Guardianes de Piso que se habían reunido ahí.

“Bueno, ahora procederé con la resurrección de Shalltear. Albedo observará el nombre de Shalltear. Si, como anteriormente, siguiera estando bajo los efectos del control mental…”

“Ainz-sama, aunque tal vez sea impertinente, en ese momento, nos encargaremos de ella.”

Ante las palabras de Demiurge, Cocytus y Aura expresaron que se encontraban de acuerdo e incluso Mare pasivamente mostró lo mismo. Sólo Albedo estaba en silencio observando la situación.

“Demiurge…”

Mientras Ainz murmuraba, Demiurge, de una manera completamente extraña en el, insistió en su punto con una voz cargada de una fuerte emoción.

“Ainz-sama, como Ser Supremo, sus palabras son las más nobles y sabemos muy bien que debemos dar todo de nosotros para cumplir su voluntad. Sin embargo, permitir que sufra más daño sería nuestra más grande vergüenza como sus sirvientes.”

Los ojos de Demiurge se movieron de Ainz a Albedo.

“Si Shalltear se rebela una vez más, nosotros los Guardianes la destruiremos. Por favor déjenos esto a nosotros.”

Entendiendo sus intenciones, Ainz no tenía intensiones de continuar siendo terco.

“Lo entiendo. Guardianes, si llega ese momento, se los dejaré a ustedes.”

Todos asintieron al mismo tiempo.

En ese momento, Ainz sintió vergüenza.

Un amo patético.

Al final, había dejado abierta la posibilidad de que sus ‘hijos’ pelearan entre ellos.

Desde el comienzo, el origen del problema había sido su propia incompetencia. Él tenía la culpa de todo.

En el momento en que Ainz estaba a punto de suspirar, vio la tierna expresión de Albedo, que estaba de pie en silencio, y se detuvo a sí mismo.

“Ainz-sama, está bien si simplemente se queda aquí. Si todos los Seres Supremos fueran a desaparecer, entonces no quedaría nadie a quien pudiéramos jurarle nuestra lealtad. E incluso si sabemos que no fuimos abandonados, aun así, si todos se fueran este lugar se sentiría solitario.”

“… Es cierto. Si no quedara nadie este lugar se sentiría solitario.”

Ainz inconscientemente movió los ojos hacia las insignias en las 40 banderas colgando a lo ancho del Cuarto del Trono.

“… Sí, tienes razón… lo que pasó en la Cámara del Tesoro… fue una tontería.”

Ainz dejó escapar un susurro que reafirmó su convicción y miró a los guardianes.

“Guardianes, protéjanme. ¡Prepárense!”

Mientras respondían con fuerza, Ainz tomó el Báculo de Ainz Ooal Gown que flotaba justo a su lado y apuntó a una esquina del cuarto.

En ese lugar, se encontraba una montaña de 500 millones de piezas de oro, más que suficiente para revivir a Shalltear.

Aunque normalmente se hubiera requerido de un teclado para operarlo, ahora no había necesidad de tal cosa.

Overlord 3 : La valquiria sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora