CISCO [YoonSeok]

Park Jimin

Su vida no era como muchos creían.

Como todo niño, no se quedaba atrás siempre siendo uno de los más animados y tiernos de sus grupos de escuela en escuela, de pequeño nunca le importó el ser transferido de escuela en escuela, no se preocupaba por hacer muchos amigos tampoco, tan sólo era el típico niño tierno pero muy reservado de la clase aunque eso no le quitaba el que fuese un payaso también. Era un niño como tal, le gustaban los juguetes los cuales nunca le faltaron, le llevaban a parques de atracciones donde no paraba de brincar y nunca desaparecía su sonrisa tan hermosa y coqueta, era un niño que a cualquiera le hubiese gustado tener.

A cualquiera.

El pequeño llamado Park Jimin era muy mimado y a la vez tranquilo cuando se encontraba en su casa fuera del alcance de sus compañeros de clase, era el típico 'Con papi y Mami soy un ángel pero con mi amigos me traga lucifer' así mismo. Dentro de su casa se la pasaba la gran parte del tiempo jugando a algún videojuego.

Los padres siempre han dicho 'Los videojuegos vuelven violentos a los niños' más lo que nunca dicen es 'Las acciones de un padre pueden afectar al desarrollo de un niño' lo que realmente estaba pasando. A pesar de siempre tener esa sonrisa que le cerraba los ojos casi al completo, de ser un niño de mejillas regordetas que cualquier abuela quisiese apretar, a pesar de ser un niño que en apariencia externa es como cualquiera, por dentro no era más que un desastre, un caos, un objeto. El pequeño Park estaba deteriorado a tan temprana edad, sus pensamientos no eran como los de un niño, sus emociones tampoco y sus acciones...

Aunque pretendía ser alguien más para sus padres, fuera de estos en su cabeza se decía que era una mierda, que sus juguetes no eran los únicos en esa residencia. Jimin lo sabía, más con su fuerza y voz no era capaz de hacer algo al respecto, el pequeño Park Jimin sabía que era un juguete para su padre, aquella única figura familiar que convivía con él día a día, pero dicha convivencia no era una normal.

Estaba rodeado de una convivencia constante, llena de maltratos, ventas y sexo.

En sí el pequeño no hacia ventas para su padre porque él era el producto que su padre estaba vendiendo, el pequeño era constantemente utilizado para las necesidades sexuales de aquellos viejos asquerosos de más de cincuenta años con una alta urgencia de follarse a cualquiera fuera lo que fuera y desafortunadamente el pequeño Park era un buen candidato, un buen alimento para ese tipo de personas.

Para la edad que tenía su voz no era notada y la verdad desde ese entonces sabía que nunca lo sería, su fuerza no era nada y sus lágrimas tan sólo excitaban aún más a aquellos tipos, incluyendo a su propio padre. En su pequeña cabecita de niño no volaban pensamientos de un niño normal, nada de él era normal, lo único que reinaba en su cabeza era el odio hacia los abusadores, hacia aquellos que usaron su cuerpo a su antojo y odio en especial hacia sus padres, si bien su madre ya no estaba entre ellos su instinto le decía que si está aún estuviese viva apoyaría completamente a su estúpido padre.