Capítulo XIV. Confesiones

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Dos meses después...
Narra Yokozawa
Hace casi tres meses que no he vuelto a saber del padre de mis hijos. Es lo mejor para todos. El solamente quería jugar conmigo a su antojo. Me maldigo a mí mismo por seguir amándolo. Sé que está mal, pero no puedo evitarlo. Lo amo y lo haré siempre. Aunque él me haya engañado. Acabo de cumplir 5 meses de embarazo, todos en el trabajo me felicitan y me ayudan a que la jornada sea más amena. Ya sé que tendré un niño y los voy a amar a ambos, tanto a Saeki como a Hideki. Hace unos día me acabo de enterar de que van a transferir a un nuevo empleado para el área de manga shonen, debido a que el anterior no lo estaba haciendo como se debía. Dicen que es alguien único, muy bien preparado y, además está guapísimo. Bueno, eso es lo que dicen algunas mujeres que han oído sobre los rumores. En lo personal, a mí no me interesa y prefiero concentrarme en mi trabajo.
-atención, deseo que todos los jefes de todas las áreas se presenten en la sala de conferencias dentro de 5 minutos-se escucho la voz del presidente de la compañía. Tuvimos que atender su llamado y nos dirigimos hacia dicho lugar. Mientras iba, me topé con mi mejor amigo.
-hola, amigo. ¿Cómo te está yendo con el embarazo? ¿No te da mucha lata este bebé?-hablo Masamune en tono burlón y acaricio mi vientre de forma cariñosa.
-no, hasta eso, es bastante tranquilo. Sólo se alborota un poco en las noches y no me deja dormir, pero de ahí en fuera, no me causa mayores problemas. Es un niño muy tranquilo igual que su hermano-respondí con una leve sonrisa.
-que bueno. Vamos, porque me dijeron que por fin van a presentar al nuevo editor de la división de Japun. Dicen que es muy bueno en lo que hace.
¿Será que si es muy bueno? Habrá que esperar para ver qué tipo de persona es.
Por fin llegamos hacia dicha sala y yo, inmediatamente me senté, no puedo estar demasiado tiempo de pie.
-bien. Creo que ya están todos. Pues, buenos días a todos. Como ya se habrán dado cuenta, quiero presentar al nuevo editor que se integrará con nosotros a partir de hoy y será el editor en jefe de la división de manga shonen. Su nombre es Kirishima Zen-hablo el presidente, Isaka.
Espera, espera, espera... ¿Dijo Kirishima? Esta es una maldita broma. Una jodida broma de muy mal gusto. No puede ser que él esté aquí, no puede ser que quiera seguir atormentándome. ¿No le bastó con haberme mentido y engañado? ¿Quiere hacerme sufrir? De pronto, volteo y su mirada se topa con la mía. Esboza una sonrisa y enseguida desvía la mirada.
-es un placer poder trabajar con todos ustedes. Espero que juntos podamos lograr hacer grandes cosas y también espero poder llevarme bien con todos. Como ya les dijo el presidente, mi nombre es Kirishima Zen-sonríe y hace una pequeña reverencia.
Esto no puede estarme pasando a mí. Renunciaré.
Después de que terminara la reunión, me levante de mi asiento y camine hacia la salida. No quiero verlo ni toparme con él, menos hablar. Lo nuestro quedo en el pasado y es tiempo de empezar de nuevo. Me sorprende mucho que él haya pasado justo a mi lado y ni siquiera me volteo a ver. ¿Ya no me ama? ¿Tan rápido se olvido de mí? ¡Ah! Eso es algo que no debería afectarme. Él me utilizó y, además me mintió. No debo pensar más en él. No le hace bien a mi bebé que me angustie y que me estrese de esa manera. Acaricie mi vientre delicadamente y me dispuse a seguir con mi trabajo.
***
Narra Kirishima
Nunca creí ni me pasó por la cabeza que Yokozawa también trabaja en esta empresa. Jamás lo hice con la intención de venir a molestarlo, ni mucho menos acosarlo. Sé que está delicado por lo de su embarazo. Yo solamente quería trabajar por mi cuenta, libre de la presión de mis papás porque yo fuera quién heredara su maldita compañía. Quiero ser libre, sin estar a merced de mi padre, no quiero ser su sombra. Quiero ser independiente y buscar mi propio camino. Nunca me imaginé que esto pasaría. Quiero tratar de estar lo más alejado posible de él y hablarle simplemente de asuntos laborales. Él me dejó muy claro que no quiere saber más de mí y voy a respetar su decisión, por muy dolorosa que esta me resulte. Lo que más deseo en el mundo es que podamos estar juntos como una pareja y ser felices junto a nuestros hijos. No sé cuántos meses tiene ya de embarazo, pero se ve sano y feliz y eso es lo más importante. Si él es feliz, yo también seré feliz.
Me instale en mi nuevo sitio de trabajo y comencé a revisar todos los papeles que hay en mi escritorio. Haré mi trabajo lo mejor posible y me enorgulleceré de mí mismo. No voy a demostrárselo a nadie más que a mí mismo.
Caminé hacia el departamento de ventas y antes de entrar, lo vi ahí, sentado frente a su escritorio, trabajando tan concentrado. Prefiero no interrumpirlo. Vendré después a hablarle sobre el nuevo proyecto que se me asignó.
Antes de que me retire, oigo que alguien me habla, reconozco a la perfección aquella voz, me hago de oídos sordos y continúo con mi camino. No quiero causar más problemas de los que ya he causado.
-¡Kirishima!-escucho la voz de mi hermoso Takafumi. No quiero voltear, no quiero verlo a los ojos, no quiero hablarle. No sé cómo rayos fue que me alcanzó, pero cuando me di cuenta ya lo tenía al lado.
-Zen-me llamó por mi nombre y me sujetó por el brazo para que dejara de caminar. Me detuve y lo mire a los ojos. ¡Maldición! No quiero tener nada más que ver con él. Es por su bien.
-¿qué pasa?-le pregunto con cierto nerviosismo. No sé si se me nota, pero estoy temblando.
-¿por qué estás aquí? ¿Quieres seguir lastimándome?-me pregunta con la mirada baja, pero continúa sujetándome del brazo.
-no, claro que no. Yo no tenía ni idea de que tú también trabajabas en esta empresa. Solamente me di cuenta cuando te vi frente a mí, con esa expresión de enojo en tu rostro. Nunca fue mi intención toparme contigo. Yo lo único que quiero es dejarte ser feliz. Tú y yo ya no tenemos más en común. Ni siquiera puedo decirte que tenemos a Saeki porque él no me quiere ni me necesita. Tampoco puedo decirte algo con respecto a tu embarazo. Me doy cuenta de que eres feliz sin que yo esté contigo, solamente te he traído dolor y sufrimiento. Ahora, si me lo permites, tengo cosas que hacer-termine de hablar, pero me sorprendió que Yokozawa no me soltaba.
-¿tan rápido te olvidaste de mí? ¿Por qué vienes a decirme estas cosas? Sé que ambos hemos pasado por muchas situaciones, duras y difíciles, pero sería mejor si lo hacemos juntos. ¿No crees que sería más fácil si enfrentamos los problemas juntos? A pesar de que me mentiste con respecto a tu matrimonio y a tu hija, lo hiciste porque no tenías otra opción y también lo hiciste para protegerme a mí y a nuestro hijo. También sé que te equivocaste al haberme juzgado precipitadamente y decirme que yo te había engañado. No sé por qué lo hiciste. Solamente quiero que mis hijos tengan un padre y yo tenga alguien a quien amar. Yo te amo, a pesar de todo, te amo y eso no va a cambiar-me sorprendió tanto la firmeza con la que dijo aquellas palabras. Yo no soy así de valiente. Prefiero mantenerlo lejos y a salvo, antes de que algo malo le suceda.
-no, Takafumi. No quiero que sufras más por mi culpa. Tú te mereces a alguien mejor, alguien que sí pueda protegerte y hacerte feliz como te lo mereces; alguien como Takano por ejemplo.
-¿qué? Yo no quiero a alguien más, te quiero a ti. Ya te lo dije, a pesar de todo, te amo. ¿Tú no me amas? Dímelo-comenzó a alterarse y sus ojos se llenaron de lágrimas. No me gusta ver sus hermosos ojos derramando lagrimas.
-te amo, te amo más que a mi propia vida y por eso debes estar lejos y seguro. No podría soportar si algo te llega a pasar a ti o a nuestros hijos. Por favor, Yokozawa. No lo hagas más difícil.
-está bien. Ya entendí, ya no me quieres más en tu vida. Soy un estorbo. No te preocupes, no volveré a molestarte-respondió con la mirada baja y me soltó por fin. Estaba dispuesto a marcharse, pero fui yo el que lo detuvo.
-no, yo no te considero ningún estorbo. Solamente quiero mantenerte a salvo. No pienses que me estorbas o algo así-trate de convencerlo y me acerqué un poco más a él para acariciar una de sus mejillas.
-como sea. ¿Qué traes en la mano?-señaló mi mano izquierda y yo la mire, son los papeles que iba a llevarle anteriormente.
-¡ah! ¿Esto?-le muestro los papeles-. Es la propuesta para un nuevo proyecto. Te la iba a llevar antes, pero vi que estabas muy ocupado y no quise interrumpir. Pensaba hacerlo más tarde-respondí avergonzado.
-¿quieres que la revise?-asentí-. De acuerdo, dámela. Puedes pasar a recogerla como a eso de las 5 de la tarde, ¿bien?-volví a asentir. Parece que me comieron la lengua los ratones. No sé qué demonios me sucede que no puedo mover mi boca.
-bueno. Ya me voy a continuar con mi trabajo. Te veo al rato-se despide de mí y se quiere alejar, pero me adelanto.
-espera-lo tome de la mano, haciéndolo sonrojar.
-¿q-qué pasa?-me preguntó con nerviosismo.
-¿cómo estás con lo de tu embarazo?
-estoy bien, ya tengo 5 meses y medio. Mi bebé está creciendo bien. Por cierto, es un niño, se llama Hideki.
-qué lindo. Ya hasta le pusiste nombre, qué bueno. Espero que continúe creciendo bien y sea muy feliz al lado de su hermano-respondí cabizbajo y me limpie una lágrima que amenazaba con escurrir de mi mejilla.
-g-gracias. Nos vemos-se despidió y camino aprisa para volver a su lugar de trabajo. Yo también hice lo mismo.
***

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