Capítulo IX. ¿Nunca cambiarás?

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-¡ya te dije que no!-quien decía eso, no era otro sino Takafumi. Kirishima iba detrás de él.
-¿por qué no? Hace mucho que no salimos a una cita-insistía el castaño. -¿por qué te es tan difícil respetar mi decisión? Ya te dije que no. ¿Cómo voy a ir contigo a una cita? ¡Qué vergüenza! ¡No lo haré y no me vas a obligar!-lo miró fijamente y después se cruzó de brazos.
-¿en serio? ¿Por qué no quieres ir?
-ya te lo dije, me da vergüenza. Además tengo que ir a trabajar. Y no creo que mis papás puedan cuidar a Saeki, tienen que ir a otro compromiso. No puedes hacer planes nada más así, de la nada, sin consultarme. No iré y punto.
-bueno-respondió sin mucho interés y después se dio por vencido. Ambos estaban en el parque de siempre y Kirishima se levantó de su lugar.
-oye, ¿adónde vas?-cuestionó sin entender.
-pues me voy a mi casa. Tengo que arreglarme, yo también debo trabajar-lo miró serio.
-eres un idiota. No me hagas sentir culpable. Ya te dije que no puedo ir-respondió con molestia.
-te dije que está bien. No importa si no puedes ir. Entiendo que debes cuidar de nuestro hijo y si no hay nadie que lo cuide, no importa.
-sí importa. Te acabas de molestar conmigo.
-no es verdad. Entiendo que no puedes, lo entiendo a la perfección.
-no te creo-le llevó la contraria. Kirishima trataba de mantenerse calmado. Pero es que, en serio a veces el peli azul podía ser muy desesperante.
-en serio, te aseguro que todo está bien. No tienes nada de qué preocuparte.
-entonces, ¿por qué estás utilizando ese tono de voz?
-¿cuál tono?-preguntó sin entender.
-a mí no me engañas. Usas ese tono cuando estás molesto por algo. Ya te dije que no puedo ir, no tengo con quién dejar a Saeki y además, me parece algo demasiado vergonzoso-argumentó el peli azul con la cara roja de vergüenza.
-no estoy molesto, en serio. ¿Por qué te es tan difícil entenderlo? -porque sé que te molestó que no quiera ir contigo a una cita.
-no estoy molesto. Más bien, estoy decepcionado. Me hacía mucha ilusión poder volver a salir contigo, pero si no quieres y si no puedes, no pasa nada-respondió sin mucho interés.
-sí pasa. No quiero que estemos peleados por una tontería. Podríamos hacer cualquier otra cosa que implique no salir de la casa. No quiero que nos vean juntos-bajó la mirada. Kirishima se quedó callado, analizado las palabras del peli azul. ¿Acaso Yokozawa se avergonzaba de su relación? ¡Demonios! Eso sí que había dolido. No dijo ni una sola palabra y mejor se levanto de su lugar sin que el otro lo viera.
-¿Zen?-cuestionó al sentir demasiado silencio y decidió alzar la vista y fue ahí cuando lo miró, iba caminando ya un poco alejado.
-¡oye! ¡Por qué demonios me dejas hablando solo! ¿Te parece gracioso?-corrió para alcanzarlo y cuando lo hizo, lo miró con los ojos tristes.
-¿qué pasa? ¿Ahora qué dije?-preguntó sin entender.
-¿así que te avergüenzas de que te vean conmigo? Quiero que sepas una cosa, yo nunca me he avergonzado de que nos vean juntos ni mucho menos de admitir que me gustan los hombres. Nunca me ha dado pena que me vean contigo, porque no me avergüenzo de ti ni mucho menos de mí. Nada de lo que hacemos está mal. Solamente demostramos lo mucho que nos queremos. ¿Acaso está mal querer estar con la persona que se ama?
-no, no está mal. Pero no me parece correcto que hagamos esto frente a todo mundo-argumentó.
-oye, no nos vamos a ir a desnudar o hacer cosas indebidas en la calle. Solamente saldremos como amigos si es lo que quieres.
-no, no lo haré-respondió cabizbajo.
-haz lo que quieras. Yo me voy-se dio la vuelta para irse por donde vino. Yokozawa se quedó de piedra sin saber qué más hacer y prefirió mejor volver a su casa. No se comería la cabeza por tonterías. Kirishima no entendía su temor. No quería salir por temor a que alguien más los viera en alguna situación comprometedora.
-yo lo amo y todo, pero me siento asustado cada vez que él quiere hacer ese tipo de «cosas» en la calle. Es un tonto pervertido-se quejó el peli azul con el ceño fruncido y sus mejillas se tiñeron de rojo al recordar todas aquellas veces en las que el castaño lo había hecho suyo. Su mente comenzó a llenarse de recuerdos obscenos y repletos de lujuria y deseo. Cuando el castaño lo miraba con liviandad, cuando le besaba el cuello mientras acariciaba su cintura, cuando lo tomaba entre sus brazos y lo llevaba hasta la cama. Comenzó a respirar agitado y sentía un calor muy sofocante. Inconscientemente llevó sus manos hasta que llegó al cinturón de su pantalón, ahí lo desabrochó e hizo lo mismo con el botón, después deslizó el cierre y lo bajo un poco hasta quedar a la altura de su muslo. Fue ahí donde se dio la libertad de acariciar su miembro aún por encima del bóxer, estaba erecto y lo hacía un poco doloroso. Quitó un poco su bóxer y finalmente lo dejo libre. Comenzó a pasar su mano derecha por todo lo largo, mientras lo hacía, nuevas imágenes comenzaron a invadir sus pensamientos y mientras lo hacía movía su mano cada vez más rápido.
-a-ahhh... Mmgh... M-más... Z-Zen... Te necesito-su respiración se hacía cada vez más agitada y sus mejillas tenían un ligero tono rosado. Sus ojos permanecían cerrados en lo que todos los recuerdos regresaban a su mente. Finalmente, aceleró el ritmo de su mano cuando sintió que el clímax estaba por llegar. Arqueo un poco su espalda y toda su semilla mancho su mano y un poco de su abdomen. Respiró profundamente para poder oxigenar sus pulmones. Su corazón latía como loco y su cara ardía. Cuando logró tranquilizarse, tomó un poco de ropa limpia y se metió a bañar. Miro su celular y no tenía ninguna llamada o mensaje de Kirishima, sentía que debía disculparse con él por no haberse sabido expresar correctamente. Nunca quiso decir que se avergonzaba de estar con él, pero ahora todo se había salido de control y Kirishima pensaba mal de él. Se bañó rápidamente y cuando estuvo bañado y vestido, llamó al castaño.
-¿diga?-preguntaron del otro lado de la línea. Era una voz femenina.
-disculpa, ¿es el celular de Kirishima Zen?-preguntó extrañado.
-así es. ¿Para qué lo necesita? Una disculpa, soy su novia-respondió la mujer.
-¿qué haces respondiendo mi celular sin mi consentimiento? ¿Quién es?-se escuchó la voz del castaño.
-es un amigo tuyo-replicó la mujer y le cedió el teléfono al castaño.
-¿bueno?-hablo el castaño con voz seria.
-soy yo-respondió Yokozawa con la voz un poco quebrada.
-¡ah, Takafumi! ¿Qué pasa?-expresó sorprendido.
-solamente llamo para saber si aún quieres salir-respondió tímido.
-pues sí, pero ¿y Saeki?
-voy a dejarlo con Masamune. Me ha estado insistiendo en que quiere ir a visitarlo. Lo voy a dejar a su casa y después te alcanzo, ¿de acuerdo?
-me parece bien. Entonces te espero en el lugar de siempre, ven con cuidado.
-sí, nos vemos-se despidió rápidamente y después colgó. ¿Kirishima tiene novia? No, no, eso no puede ser cierto. Él me dijo que me amaba y que sus sentimientos eran sinceros. O será que, ¿me mintió? No, eso no es posible. Si es así, no lo voy a perdonar nunca. Dicho esto, llevo al pequeño a la casa de Takano Masamune y después se encaminó hasta el lugar donde se vería con Kirishima. Camino durante algunos minutos hasta que...
-ese sujeto que se ve a lo lejos, no es... ¿Kirishima?-se preguntó a sí mismo un desconcertado Yokozawa. Pero más que intrigado, estaba dolido.Pudo percatarse de que el chico castaño iba acompañado de una bella mujer de baja estatura, ojos color esmeralda, cabello corto y color castaño igual al de Kirishima.De un momento a otro, la chica se puso de puntillas y se acercó a los labios del castaño, a este parecía no incomodarle, puesto que no realizó ninguna acción para impedir aquella muestra de afecto.
-qué ingenuo fui. Por un momento creí que él había cambiado, creí que en verdad quería que fuéramos una familia. Soy un idiota por haberme tragado ese cuento de que realmente había cambiado-dijo esas palabras con lágrimas en los ojos y se acercó a la pareja para hacerle frente a aquel hombre que, planeaba volver a lastimarlo.Se acercó con pasos firmes y seguros. Estaba enojado, se sentía utilizado e inmediatamente su corazón comenzó a doler.
-no voy a dejar que vuelvan a verme la cara de imbecil, no esta vez-susurró con una mirada llena de frialdad y se acercó a ambos.Kirishima se percató de la presencia del peli azul y rápidamente alejó aquella mujer que, logró robarle un beso.
-nunca cambiarás, ¿verdad?-preguntó, con la voz quebrada y unas cuantas lágrimas amenazando con salir de sus hermosos ojos azules.
-¿quién es él, Kirishima?-preguntó la mujer extrañada por la actitud del menor. El aludido quedó paralizado al ver a quién tenía frente a él. ¿Qué quiso decir cuando dijo «nunca cambiaras»? ¿Acaso él había visto cuando la mujer le había robado el beso y lo mal interpreto? No, tenía que explicarle que todo era un malentendido. No podía permitir que su amado volviera a alejarse de su lado, no lo permitiría.
-no te preocupes. No volveré a meterme en tu vida, pero a cambio, tú no te metas más en la mía. Ya me quedó claro con quien prefieres estar-respondió con un hilo de voz y se fue a pasos agigantados.Kirishima no dudó ni un segundo y comenzó a seguirlo, a pesar de las protestas de la mujer, ni siquiera les dio importancia. Lo más importante era alcanzar a Yokozawa y explicarle todo ese malentendido.
-Yokozawa, espera-decía Kirishima, tratando de seguirle el paso.
-déjame, no me sigas-dijo el menor de los dos, con los ojos repletos de lágrimas y además llevaba una mano sobre su pecho.
-no dejaré que te vayas así como así. Por favor, escúchame-le suplicó, acelerando más el paso, hasta que estuvo justo al lado de él y un poco más adelante, parándose frente a él e impidiendo que siguiera avanzando.
-¿qué parte no entiendes de que quiero que me dejes en paz? No quiero volver a verte, no quiero que me busques, no quiero que me toques. ¡Desaparece de mi vida!-exclamó, mirándolo fijamente, pero sin poder dejar de llorar.
-no haré nada de lo que me estás pidiendo. No volveré a irme y a dejarte solo, con nuestro hijo. No puedo irme sin haberte dicho lo que en realidad pasó. Por favor, escucha lo que tengo que decirte-dijo Kirishima, tomando la cara del menor entre sus manos y alzándola un poco, para que ambos pudieran mirarse a los ojos.Yokozawa respiraba entrecortadamente a causa del llanto y se tallaba los ojos ligeramente para quitar las lágrimas que le nublaban la vista.
-¿p-por qué? ¿Por qué te besaste con esa mujer?-le reclamó con una mirada llena tristeza.
-te juro que ella me besó a mí. Todo sucedió tan rápido, que no tuve ni un segundo para detenerla, me sorprendí tanto que, me quedé paralizado. Te juro que entre ella y yo no hay nada, para mí, ella es sólo una amiga. Pero creo que yo no soy un simple amigo para ella.
-¿me lo prometes?-preguntó el peli azul, mirando al mayor a los ojos.
-te lo prometo, mi amor-respondió con una sonrisa tierna y acarició la mejilla de su amado para limpiar una lágrima que se deslizaba por esta.
-está bien. Te creo-correspondió su sonrisa y colocó su mano encima de la de Kirishima para acariciarla suavemente.
-pero espera... ¿Acaso tú estás celoso?-preguntó el castaño con una sonrisa burlona y entrecerrando un poco los ojos.
-¿de qué hablas?-preguntó el peli azul con molestia.
-¿por qué te pusiste así cuando esa mujer me besó? Tú dijiste que nunca te volverías a enamorar de mí-Yokozawa inmediatamente se sonrojó y desvío su mirada. Todo lo que el castaño decía era cierto. Ahora este lo había descubierto.
-me voy-dijo con el ceño fruncido, como ya era su costumbre y se dio la vuelta para irse. No contaba con que el castaño lo tomaría de la cintura y lo atraería de nuevo hacia sus brazos.
-vamos, dilo-insistió Kirishima, acariciando su cintura.
-¿decir qué?
-que me amas. Vamos, te estoy esperando.
-déjame tranquilo. ¡Ya déjame en paz!-exclamó enfurecido cuando el castaño se agachó a besarle ligeramente el cuello- . Ah... Ahh... D-detente... Ahhh-comenzó a suspirar a causa de aquellas caricias.
-nop-fue lo único que dijo y siguió rozando con sus labios ese suave y blanquecino cuello.
-ahhhh... Te amo-susurró el menor entre suspiros.Kirishima se quedó de piedra al escuchar a su amado pronunciar aquellas palabras que, creía que nos las volvería a escuchar. Se abrazó más a él y escondió su cara en el hombro de Yokozawa.
-¿Kirishima?-preguntó el menor, extrañado al percatarse de que este estaba sollozando.
-perdóname. Perdón por haberte lastimado tanto. No volveré a lastimarte como sucedió hace 5 años. Ahora podremos estar juntos y criar a Saeki, como una familia-habló el castaño, alzando nuevamente la cabeza y acercando sus labios a los del peli azul.
-¿qué? Espera...
Las palabras se ahogaron dentro de su garganta, al sentir los cálidos y dulces labios de Kirishima sobre los suyos, no supo cómo reaccionar, así que dejó que el mayor comenzara a besarlo de una manera muy lenta y dulce. Se sintió con la libertad de enredar sus brazos en el cuello del castaño y este lo abrazó más por la cintura. Ambos se sentían bien con la compañía del otro, se sentían completos, unidos por ese amor que nunca logró apagarse. Se olvidaron completamente de donde se encontraban en ese momento y comenzaron a acariciarse mutuamente.
-e-espera... ¿Ya te diste cuenta de dónde estamos?-preguntó Yokozawa tratando de separar a Kirishima de su cuerpo. Tenían que controlarse un poco, o terminarían haciendo el amor, ahí, a la intemperie.
-está bien. Mejor vamos a otro sitio-habló el castaño sintiendo todo su cuerpo caliente. Tomó la mano de su amado y logró que caminara detrás de él. Caminaron hacia el automóvil del mayor y se introdujeron en este.
-¿qué pasa? ¿No vas a conducir?-preguntó el menor. Kirishima se sentó en el lugar del piloto, pero no encendió el vehículo, simplemente se quedó ahí, mirando el volante.
-¿en serio crees poder aguantar hasta que lleguemos a mi casa? Queda muy lejos de aquí-respondió con inocencia.
-bueno... Entonces, podemos ir a la mía-respondió avergonzado y con un notable sonrojo.
-¿y Saeki?-preguntó preocupado.
-no te preocupes por él. Ahora está en casa de Masamune. Les pedí que si podía cuidarlo por mí.Al castaño se le iluminaron los ojos al escuchar esas palabras e inmediatamente encendió su automóvil para dirigirse a la casa del peli azul.
-oye, tranquilo, ¿no crees que vas un poco rápido?-cuestionó el peli azul un poco asustado al ver la manera de conducir del mayor.
-tranquilo, llegaremos sanos y salvos-respondió el castaño ansioso.
-ahhh, no tienes remedio-murmuró el peli azul y cerró los ojos para así evitar un poco los mareos. Al poco rato, ya estaba profundamente dormido.
-Yokozawa-lo llamó el castaño cuando llegaron a la casa, pero este no respondió-. No puede ser, se quedó dormido-se quejó Kirishima. No podían dejar a medias lo que habían comenzando. Tenían que acabar sí o sí.
Llegaron a la casa del peli azul y Kirishima detuvo el auto.
-Takafumi, mi amor. Despierta-le susurró Kirishima acercándose a su amado acariciando su mejilla. Se aproximó un poco más a él y le besó la mejilla, bajando hasta su cuello y terminó dándole un beso en los labios.
-ahhh... Mmgh... M-más-gimió inconscientemente y su cabeza se deslizó hacia un lado para darle más espacio y que pudiera seguir acariciando su piel.
-mmm-murmuró con voz lujuriosa- . Te ves tan apetecible en esa posición-aflojó el nudo de su corbata y desabotonó su camisa, para así deleitarse con esa suave y blanca piel.
-¿mmhhm? Q-qué... ¡Qué estás haciendo!-exclamó sorprendido y se despertó de golpe cuando sintió un peso sobre su cuerpo. Al hacerlo, se dio cuenta de que cierto castaño lo estaba besando y lo despojaba de su ropa lentamente.
-lo siento. Tenía que despertarte de alguna manera-dijo el castaño con una sonrisa inocente.
-quítate de encima. ¡Estás pesado!-le recriminó y trató de quitarse a Kirishima de encima, sin embargo, este ejercía mucha presión, logrando que Yokozawa quedara casi aplastado por el castaño.
-no lo haré-respondió orgulloso y lo acarició por la cintura, desabrochando el cinturón de su pantalón.
-¡oye! E-espera... ¿Qué estás haciendo?-el peli azul trataba de quitarse al mayor de encima, pero sus fuerzas eran menores. Kirishima comenzó a desabrochar su camisa y rozó ligeramente su pecho con sus dedos y descendió hasta abdomen. El menor no pudo evitar dejar salir un gemido.
-ahhh... N-no... Detente-trató de frenarlo, pero sus intentos eran inútiles. Kirishima lo despojó rápidamente de su camisa y lo abrazó posesivamente de la cintura, mientras tomaba uno de sus pezones entre sus labios.
-¿en serio quieres que me detenga? Tú dijiste que podíamos venir a tu casa, y eso es lo que estamos haciendo. O es que acaso... ¿Eres un cobarde?-preguntó con burla.
-¿qué?-preguntó molesto. Iba a ponerse a gritar, pero inmediatamente cayó en la cuenta de que ese castaño simplemente quería jugar con su mente, quería manipularlo, y si se mostraba enojado, solamente caería en su juego.
-sí, sí, soy un cobarde, ¿contento?-respondió, mostrando poco interés y tragándose su orgullo-. Ahora, si me permites. Tengo muchas cosas que hacer. Adiós-se quito al castaño de encima como pudo y abrió la puerta del automóvil.
-esto no me lo esperaba, creí que se pondría a gritar como un loco cuando le dije eso, ¿qué le está pasando?-se preguntó a sí mismo un castaño bastante intrigado y salió del auto antes de que el peli azul entrara a su casa.
-no tan rápido. ¿En serio creíste que sería tan fácil deshacerse de mí?-habló con voz seductora en el oído de Takafumi y rodeó su cintura con sus brazos.
-K-Kirishima-dejó escapar un pequeño suspiro cuando el castaño le mordió ligeramente la parte posterior de su oreja y descendió hacia su cuello.
-llámame por mi nombre-susurró, comenzando a bajar hasta su abdomen y subió un poco su camisa para así poder pellizcar sus ya duros pezones.
-ahhh... Nngh... Z-Zen-su respiración comenzó a hacerse entrecortada y su corazón latía como loco. Inconscientemente llevo una de sus manos a la cabeza del castaño, quien le besaba y le mordía el cuello, dejando todo tipo de marcas en esa blanca piel.
-¿qué pasa? ¿Quieres parar?El peli azul se giró para quedar viéndose los dos de frente y miro al mayor con un gran sonrojo.
-creo que es más que obvio lo que queremos hacer-dijo en un hilo de voz y rápidamente enredo sus brazos en el cuello del castaño, para darle un beso apasionado, mientras dejaba que la lengua de Kirishima entrará en su boca y explorara cada rincón de su cavidad bucal con esta.
-¿por qué no entramos a la casa? Aquí está haciendo un poco de frío-sugirió el castaño, separándose de ese fogoso beso.Takafumi rápidamente sacó las llaves del bolsillo de su pantalón, mientras un pervertido Kirishima lo tocaba.
-¡oye! ¡Deja de hacer eso! ¿No puedes esperarte?-le reclamó al sentir como el mayor lo tocaba de una manera tan descarada, este nada más esbozó una sonrisa.Rápidamente abrió la puerta y ambos entraron a la casa, caminaron hacia la sala y se sentaron en el sillón más amplio de la misma.Kirishima fue el primero en reaccionar, al jalar al peli azul hacia él y lograr que se sentara en sus piernas.
-q-qué... ¿Qué haces?-preguntó un avergonzado Takafumi al sentir como el castaño le besaba el cuello y acariciaba su cintura delicadamente.
-pues es obvio. Quiero que seas mío una vez más-susurró con deseo y comenzó a despojar al peli azul de su ropa.
-ahhh... Mmgh... Z-Zen... T-te amo-suspiro el peli azul, tomando la cara del mayor para que lo mirara a los ojos y le dio un beso rápido, por lo que este se quedó pasmado.
-yo también te amo-esbozó una sonrisa y acaricio su mejilla tiernamente-. Prepárate, porque voy a hacerte mío-le advirtió con una sonrisa lujuriosa e invirtió las posiciones para que Yokozawa quedara recostado en el sillón y Kirishima encima suyo.
-no seas tan malo conmigo. Hace años que no lo hago con nadie-suplicó el peli azul un poco asustado.
-no te preocupes. Seré muy paciente y te haré el amor muy placenteramente-le susurró al oído mientras con una mano bajaba a su entrepierna y acariciaba su ya despierto miembro.
-n-no... ¡No digas esas cosas, pervertido!-le reclamó con las mejillas sonrojadas y volviendo a activar el botón de «tsundere». Kirishima no le dio importancia y comenzó a descender, hasta toparse con ese hinchado y enrojecido miembro. Lo tomó delicadamente con sus dos manos y lo estrujó, pero sin hacerle daño.Takafumi inmediatamente arqueó su espalda y mordió su labio inferior para no dejar salir ningún sonido vergonzoso.
-vamos. ¿Por qué no dejas salir eso que tanto quiero escuchar?-incito Kirishima con voz ronca y sin avisar, introdujo aquel miembro húmedo y caliente.
-ahhh... E-espera... N-no...
Intentó quitarse al castaño de encima, pero sólo consiguió que este de aferrara aún más. Kirishima lamió ansiosamente todo ese miembro viril lascivamente, mordió un poco la punta y después lo succionó.
-ahhh... Mmgh... No... No te detengas...Suplicó el peli azul tratando de controlar sus gemidos, estaba perdiendo la batalla así que simplemente los dejó libres. -m-más... Quiero más...
Volvió a gemir, con las mejillas coloradas y la boca un poco entreabierta. Llevó sus dos manos a la cabeza del castaño, para tomarlo delicadamente del cabello y así marcarle el ritmo que debía seguir.
-ahhh... Me... Me vengo-susurró el peli azul sintiendo un leve espasmo y expulsando toda su esencia en la boca del castaño, quien lo tragó gustoso.
-¿por qué te lo tragaste?
-no iba a desperdiciarlo-murmuró con una sonrisa burlona y se acomodó mejor entre las piernas de su amado-. Ahora trata de calmarte y sólo asegúrate de disfrutarlo-dijo con malicia y acercó sus labios a su cuello, para besarlo con ternura y dulzura. Bajó hasta su pecho y beso delicadamente sus pezones, los lamió y mordió ligeramente.
-mmgh... Ahhh... Nnhh...
Continuó besando y acariciando cada parte de ese hermoso cuerpo, como si se tratara de una joya muy valiosa. Finalmente, descendió hasta la entrada y la rozó ligeramente con sus dedos.
-ahhh... Q-qué... ¿Qué haces?-preguntó un poco asustado al sentir que un dedo entraba tímidamente.
-tranquilo. No te preocupes, no voy a hacerte daño, solamente te daré placer-dijo con voz lasciva e introdujo un segundo dedo a su vez que movía más rápidamente el primer dedo. Cuando sintió que ya estaba lo suficientemente dilatada, posicionó su miembro erecto en la entrada de su amado.
-tranquilo. Prometo que sólo dolerá al principio-le habló con voz dulce y besó una de sus piernas; Yokozawa se sonrojó ante aquel gesto y se tapó la cara con las manos.
-vamos... Hazlo ya-le ordenó el peli azul. Kirishima sonrió ante su petición comenzó a penetrarlo muy lentamente.
-¿duele?-preguntó el castaño sin dejar de penetrarlo.
-no-fue todo lo que dijo, con sus mejillas sonrojadas y la expresión seria, como ya era su costumbre.
-vamos, ¿podrías decir algo más que sólo eso?-sonrío burlón y continuó penetrandolo, hasta que sintió que ya no podía introducirse más.
-cállate-murmuró sonrojado y se quedó quieto un momento, hasta que sintió que el castaño se movía lentamente.Los movimientos del castaño eran rápidos y certeros, dando repetidas ocasiones en el punto sensible de su cuerpo, ese que lo hacía gritar y pedir por más, aunque él no quisiera admitirlo.
-¿quieres más?-preguntó Kirishima con tono burlón y continuó con las embestidas que, cada vez se volvían más desenfrenadas.
-ahhhh... S-sí... M-más-gimió involuntariamente y se aferró a la espalda del castaño, arañandola y gimiéndole en el oído.
-está bien, te daré más-le susurró al oído y le dio una fuerte embestida, la cual logró sacarle un sonoro gemido, Kirishima aprovechó y acercó sus labios a los de Yokozawa para darle un beso lleno de pasión, siendo correspondido con el mismo deseo.
-ahhh... Me vengo-anunció el peli azul apretando los músculos internos y enterró más sus dedos en la espalda del castaño.
-no puedes venirte aún, no puedes dejarme atrás-sonrío con malicia y colocó su dedo en la punta de su pene, para evitar que se corriera.
-p-pero...
Intentó protestar, pero sus fuerzas eran casi nulas, Kirishima se estaba llevando todo de su ser y aparte de todo, no lo dejaba correrse.
-déjame venirme, por favor-le suplicó con lágrimas en los ojos, sintiendo como si su pene fuera a explotar. Kirishima se apiadó de él y quitó su dedo para que el pobre peli azul pudiera correrse. Después de unas cuantas embestidas, también Kirishima se vino en el interior de Yokozawa, quien dejó caer su cabeza hacia un lado debido al agotamiento. Kirishima se dejó caer encima de Yokozawa, quien simplemente le acariciaba el cabello suavemente.
-te amo-susurró el castaño aferrándose a la cintura del peli azul.
-yo también te amo-correspondió, sintiendo sus ojos realmente pesados, quería dormir, pero no en el sillón.
-¿quieres dormir ya?-le preguntó alzando la cabeza y percatándose de que Yokozawa ya se encontraba más allá que acá.
-sí, pero no aquí. Vamos a mi cama-respondió el peli azul arrastrando las palabras, el sueño se lo estaba llevando. Kirishima se reincorporó y tomó al menor entre sus brazos para que ambos subieran a la habitación. Cuando estuvo frente a la puerta de la habitación, la empujó ligeramente con su pie para que se abriera y depósito al peli azul en el colchón. Rodeó la cama y se acomodó en el otro lado del colchón, se recostó a su lado y lo abrazó ligeramente. Se sorprendió mucho al sentir que Yokozawa correspondía a su abrazo y recargaba su cabeza sobre su pecho.
-te amo, mi amado Takafumi-susurró el castaño y le dio un beso en la mejilla.

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