Capítulo XVI. Un peligro latente

345 16 2
                                    


Dos meses atrás...
Todo ha ocurrido dos meses antes. Kirishima y Yokozawa habían recuperado su antigua relación por segunda vez. Ambos eran felices y se demostraban todo el amor del mundo. En esos momentos, Takafumi contaba con 7 meses de embarazo. Esperaban con ansias la llegada de su pequeño Hideki, lo amarían tanto y lo protegerían como lo hacían con su hermano mayor.
***
—maldición. ¡Cállate, maldita alarma!—se despertó Kirishima con fastidio y se giró hacia la mesita de noche para apagar el molesto aparato. Estaba en su departamento solo, la noche anterior no había podido ir a la casa de su novio y tuvo que resignarse a ir a la suya. Bostezo un par de veces, se palmeo las mejillas para lograr despertarse por completo y después miro la hora en su celular: 8:03 A.M. Se levanto de la cama y se dirigió al baño, se bañó y se vistió.
Al salir del baño, miro su celular y pudo ver que este tenía un mensaje. Lo leyó enseguida al ver que era de Takafumi.
«hola, ¿ya te levantaste? Apúrate para que no se te haga tarde. ¿Vas a venir hoy? Te amo» leyó el mensaje. Sonrió al imaginarse la cara de Takafumi al escribir esas palabras.
«hola, mi amor. Buenos días. Me pone muy feliz que me mandes mensajes. Ya estoy levantado, no te preocupes. Sí podré ir a tu casa en la tarde, no tengo mucho trabajo así que ahí estaré. Yo te amo mucho más. Ten buen día» termino de escribir y lo envió. Sonrió al releerlo y guardo el celular en su pantalón.
***
Mientras tanto, Yokozawa también se alistaba para ir a su trabajo. Como ahora ambos trabajan en el mismo lugar, podrían verse más seguido. Termino de cambiarse y en eso un mensaje llegó, era la respuesta a su mensaje para su novio:
«hola, mi amor. Buenos días. Me pone muy feliz que me mandes mensajes. Ya estoy levantado, no te preocupes. Sí podré ir a tu casa en la tarde, no tengo mucho trabajo así que ahí estaré. Yo te amo mucho más. Ten buen día» termino de leer.
—tonto—murmuró, con las mejillas ruborizadas. Guardo el celular en el bolsillo de su saco y siguió arreglando sus cosas.
Ese día no tendría que preocuparse por su hijo ya que se había quedado en casa de sus abuelos y ellos lo llevarían a la escuela.
Salió de la casa, pero algo capto su atención; en el buzón de la puerta había una nota. La tomo con cuidado y la desdobló.
«veme en el parque que está frente a tu casa. Te espero a las 8:30. No llegues tarde» leyó la nota. Le pareció sospechoso. ¿Quién podría ser?
Salió de su casa y camino hacia el parque al que siempre iba con su hijo. Se sentó en una banca debajo de un árbol y esperó.
De la nada, una mujer se plantó frente a él. Alzó la mirada y se llevó una gran sorpresa.
Esa mujer era Sakura, la put...digo, la esposa de SU novio. ¿Qué demonios hacía ella ahí?
—hace tanto tiempo que no nos vemos. ¿Cómo va tu embarazo? No sabía que tendrías otro bebé—hablo con tono sarcástico.
—eso es algo que a ti no te incumbe. ¿Qué es lo que vienes a hacer aquí?— se reincorporó y la encaró.
—veo que las advertencias no funcionan contigo. Recuerdo haberte dicho que te alejaras de MI esposo. ¿Qué parte no te ha quedado clara?
—no creas que soy una persona tan débil. No voy a alejarme de Zen, él y yo somos novios y nos amamos—hablo con voz dura y severa. No se dejaría intimidar por esa cualquiera.
—JA, que no se te olvide que yo soy su esposa y además, tenemos una hermosa niña—hablo con orgullo.
—eso no me importa en lo más mínimo. Tú no significas nada para él. Su matrimonio fue arreglado y no siente nada hacia ti; y con respecto a la niña, ella no tiene la culpa de tener por madre a una cualquiera—esbozó una sonrisa triunfadora al ver a la mujer con el rostro rojo de ira.
—¿de verdad quieres que te haga sufrir a ti y a tus hijos? Por si no lo sabes, el padre de Zen es abogado y si yo le digo que me engaña con otro hombre, mandaran a ambos a la cárcel y a ti te van a quitar a tus hijos. ¿Es eso lo que quieres?—ahora la que sonreía era ella, al ver el rostro del peli azul palidecer de repente.
—n-no serías capaz de hacer algo tan horrible. No puedes separarme de mis hijos, son lo más importante para mí.
—créeme, puedo ser capaz de todo con tal de eliminarte del camino. Hasta soy capaz de matar. ¿Recuerdas la noche que casi eras asesinado en aquel callejón oscuro? ¿Quién crees que lo planeo?—lo miró con una sonrisa siniestra.
Yokozawa comenzó a juntar las piezas y fue ahí donde se dio cuenta de que ella había sido la causante de aquel incidente. La noche en la que casi eran muertos él junto a su bebé no nacido aún. Su mente era un caos. ¿Qué se supone que debía hacer? Si terminaba con Zen, estaría dandole la razón a esa loca, pero tampoco podía arriesgar la vida de sus hijos. Era una decisión difícil de tomar, pero sabía a quién tenía que elegir.
—lo haré—murmuró.
—bien. Espero que desaparezcas de su vida lo más pronto posible, si no lo haces, tendrás que atenerte a las consecuencias. Espero no tener que verte nuevamente. Hasta nunca—se despidió la mujer con una sonrisa burlona y se alejó del lugar.
Yokozawa se quedó pensativo. Debía hacer lo correcto, lo correcto era ver lo el bienestar y seguridad de sus hijos.
Retomó su camino hacia su trabajo y procuro no toparse para nada con el castaño. Con el dueño de su corazón y de su alma.
Estuvo ensimismado en sus pensamientos, hasta que sintió que su celular vibraba. Era una llamada.
—h-hola—saludo con nerviosismo.
—hola, amor. No sabes cuánto te extraño, quisiera poder ir a donde tú estás y estar juntos.
—yo también quiero estar contigo—su voz se quebró un momento, pero trato de disimularlo.
—¿por qué tu voz se oye tan apagada? ¿Estás enfermo?—preguntó preocupado.
—no, bueno sí, un poco. Estoy un poco resfriado, pero se me pasará pronto—trato de sonar tranquilo, sin embargo, era imposible.
—deberías ir a casa. ¿Aún te falta mucho para que termines?
—aún me faltan algunas cosas, pero las terminare rápido para poder irme a casa. Me tengo que ir, después te llamo.
—después hablamos, te amo—se despidió el castaño. Takafumi sintió que su corazón se rompía en pedazos, pero reunió valor y respondió.
—y-yo también te amo—se despidió y colgó la llamada. Guardo el aparato y continuó con su trabajo.
No pudo y no quiso encontrarse con su novio en todo el día y para ello trato de apurarse en hacer su trabajo para poder ir casa rápido.
Termino todos sus pendientes y para las 3 de la tarde ya estaba libre, por lo que guardo todas sus cosas y salió de la editorial. Le mando un mensaje a Zen para avisarle que ya estaba en su casa y que no se preocupara. Camino hasta su habitación y se recostó en la cama, comenzó a llorar sin poder evitarlo, su pecho le dolía y le costaba trabajo respirar. Acaricio su vientre de 7 meses y continuó llorando.
—lamento mucho que no puedas conocer a tu papá. Pero debo hacer lo correcto. Esto lo hago por tu bien y el de tu hermano. Los amos tanto a los tres, pero debo escogerlos a ustedes—murmuró el peli azul sintiendo como su bebé se movía—. Sé que es difícil, pero es lo mejor para todos—sus lágrimas seguían cayendo hasta que se quedó profundamente dormido.
***
Los meses siguientes fueron tristes para Takafumi; ya casi no pasaba tiempo con su novio, no dejaba que fuera a verlo a su casa y no salían juntos. Se sentía terrible al hacerlo, pero no tenía otra opción, eran sus hijos o su novio. Por muy difícil que fuera, la decisión ya estaba tomada.
***
—¿en serio vas a terminar con él? ¿Y ahora por qué?—le preguntó su amigo.
—no es una decisión fácil de tomar, pero ya está decidido. Voy a terminar con él. Es por el bien de todos, tanto suyo como el de mis hijos—hablo el peli azul sintiendo como si algo estuviera oprimiendo su pecho.
—hace poco se veían felices, ¿qué fue lo que pasó exactamente?
—no te lo puedo decir, solamente puedo decirte que no quiero que nadie salga herido, ni Zen ni mucho menos mis hijos.
—sólo espero que no te estés equivocando al tomar esta decisión—hablo el azabache.
—eso espero—respondió el peli azul.

¿Amor verdadero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora