#27. amenazas, disculpas y llanto.

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Narrador omnisciente
Mitad de semana. Que agotador.

La gracia de ir al instituto para todos, todos, los estudiantes se había esfumado. Porque, por si no sabían, estaban a punto de salir a de salir de vacaciones; por lo que ir principalmente era simplemente por eso. Por ir.

Los desgastados ojos de la rubia se encontraban cerrados, mientras esta se recostaba sobre la mesa de madera del viejo pupitre.

Hace aproximadamente dos días que no dormía, ni comía, y apenas y ejercía aseo corporal sobre sí.

Y ¿a que se debía todo aquello?. Pues simple, culpa.

Desde que había discutido con Miku, la misma no había vuelto a hablarle, mientras que ella se sentía más y más pésima a medida que pasaban los segundos. No dormía por pensar en ello, no comía porque la culpa la carcomía, quitándole el apetito. No era ella ya. Ya no lo era.

No quería que ese lunes llegara, no quería irse, no quería.

Y se lamentaba, claro que se lamentaba. Ella no lo pensó dos veces cuando aceptó y ahora no quería, pero ya era tarde. Lo hecho, hecho estaba, y ella ya no podía cambiarlo.

Se sentía estúpida, porque siempre fue así. Jamás pensó en consecuencias y se dejo llevar por la emoción del momento. Pensó, en ese entonces, que irse sería lo mejor, que así vería a esa parte tan importante de su familia que tanto le hacía falta. Su hermano.

Pero... No pensó en la otra parte de
Su familia...

Que, ahora, ella dejaría.

Sintió sus ojos arder, aun estando tapados por sus brazos, y se removió, incomoda.

Alzó su cabeza un poco, abriendo un poco sus ojos, y, para su mala suerte, se topó con él.

Misma pose, mismos ánimos. Mismo dolor..

Se encontraba recostado contra la mesa, también, y el aura amarga sobre él no se iba.

Rin suspiró y se recostó nuevamente. Y sintió culpa, otra vez.

Sintió culpa porque sabía que ese ánimo se debía a ella, sintió culpa porque ella había sido muy inrresponsable en cuanto a sus actos y solo huyó. Y sintió decepción, porque no haría nada por remediarlo. Ya no podía.

Y suspiró.

Ya no quería estar más así, ya no podía estar más así.

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La Casamentera (Rinxlen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora