Kiss me one more time

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Nunca me sentí tan incómodo y confundido... Ni cuando observé por primera vez mi reflejo tras el accidente en moto que tuve. En un momento estaba conduciendo por la calle, y al otro estaba en la sala de un hospital, donde me daban la noticia de que había sufrido un sangrado; un hipema que causó el oscurecimiento de mis ojos por completo. Después de eso, no lograba comprender que aquel, era mi propio rostro en el espejo. Me temía a mí mismo.

El flujo de agua sobre mi cabeza había parado hace rato, y Murdoc también se había ido. Dejándome, ambos, en un corto trance mirando a la nada, con mi espalda sobre los azulejos. Estaba temblando. Pero no sólo por el frío que la ausencia del agua caliente sembró, sino por lo ocurrido recién con mi compañero de celda. Estuve inerte un rato, pero me moví al fin cuando me di cuenta de que un sujeto se acercaba para tomar una ducha casi al lado mío. Huí de ahí, tomando una toalla blanca que yacía doblada en una mesa junto con otras. Era una por persona.

No fue mi primer beso con un hombre, no, pero era el primero del que totalmente desconocía sus razones.
Cuando estaba en la primaria, un compañero de mi club de música, Henry, dijo haberse enamorado de mi habilidad musical, y posteriormente de mí. Me quedé mudo, sin saber qué contestarle. ¡Estaba halagado pero...! Los chicos no me atraían, al menos hasta ese entonces... Y mi interés amoroso en ese momento no estaba más allá de los instrumentos y la vocalización.
Sin embargo, antes de que pudiera decirle algo; él me robó mi primer beso. Fue rápido y casi intangible. Pero al fin y al cabo, un auténtico beso.
Yo permanecí callado, me había arrebatado la palabra por completo.
Henry chilló y se disculpó. Se fue corriendo, huyendo de mí totalmente, porque al día siguiente me enteré de que dejó aquel club. Y desde ese día me evitó, jamás pude contestarle.

Pero este Niccals... Él actuó y manejó todo con prisa. E incluso luego de haberme pedido permiso yo seguía dudando de lo que verdad quiso hacer con aquel beso que por poco se tornó en algo más.

Cuando volví a los vestuarios, Murdoc ya no estaba. Pensé que fue lógico por mi tonta tardanza pero al menos me hubiera esperado sentado en alguna banca.
Tuve que apurarme en cambiarme antes de que otro tipo salga de la ducha y me haga compañía. Salí de ahí casi corriendo, con el cabello mojado y con la piel húmeda, como si ni toalla se me hubiera dado.

Al salir, ignoré la cantidad de hombres que caminaban libres por los corredores, y los que estaban dentro de sus celdas. Ambos bandos me echaron una mirada.

Fui en dirección al comedor, Murdoc me había dicho que me vería en la cena, pero me lo encontré en el pasillo de camino. Estaba viniendo en mi dirección.

Estuve nervioso durante el corto lapso en el que cruzamos miradas otra vez, dándonos cuenta de que chocaríamos muy pronto. Y mientras él se acercaba más y más a mí, mientras ese duro silencio y ese denso ambiente estaban presentes, yo no pude dejar de sentirme atrapado.
Porque yo seguía pensando en la sensación de su áspera mano posada en mí, en su boca junto a la mía, y en su lengua metiéndose por donde podía. Y en el último y suave toque que plantó en mí con sus labios, sobre mi rostro, respetando el "no" que le dejé bien claro. Me volvió un enredo la cabeza.
Pensaba sólo en eso, y en el recuerdo que todo aquello dejó, hasta ahora, en mí.

Cuando finamente estuvimos frente a frente, escondí mi rostro y él habló, tranquilo y confiado como siempre. Ansiaba un poco de semejante seguridad.

—Me di cuenta de que te dejé solo en un sitio peligroso, estaba de regreso. ¿Estás bien? —dijo, tenía razón, cuando vi que se había ido entré en pánico ante lo que pudiera pasar mientras me vestía.

—C-claro —dije la verdad, si quitaba el hecho que lo único que no estaba bien era mi mente. Ella se derretía de a poco mientras intentaba adivinar las intenciones de Murdoc.

❝Let Us Out!❞ 2doc/StudocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora