⭑cαpı́tulo cınco·˚ ༘

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Y ahí estaba otra vez.

Seungmin usaba su abrigo esa noche, hacía más frío de lo normal pero eso no le impedía ir por Jeongin. Ese día era su última noche en la playa, pero el kitsune no tenía idea. Se sentía algo mal por no decirle a su tierno amigo, pero siempre lo olvidaba; simplemente todo se le olvidaba.

Al ver los alargados ojos de Jeongin, su cabello rojizo, esa naricita pequeña y algo rosadita, sus labios. No podía evitar sonrojarse hasta las orejas al recordar los labios de Yang sobre los suyos.

Caminó con una sonrisa avergonzada hasta llegar a la ventana de Jeongin, tendría que disfrutar al máximo esa noche.

La última.

Un ruido sordo se escuchó en la habitación. Era muy tarde como para que fuera alguien de sus hermanos, pensaba Yerim.

Quizo suponer que fue alguna de las cosas tiradas que estaban por todo el cuarto, como era la última noche, todos estaban empacando para regresar a la ciudad.

Algo indecisa, y con un mal presentimiento, decidió acomodarse mejor en la cama para poder volver a conciliar el sueño, sin embargo, un olor invadió sus fosas nasales. El aroma de cachorro, el de Seungmin.

Yerim se sentó bruscamente en la cama. Su hermano no entraba a su cuarto, era imposible que su olor se haya quedado.

Apenas hubo puesto un pie en el suelo para levantarse de la cama, escucho su nombre salir de la boca de Yewon.

—Dios, Yewon, casi me matas de un susto—dijo, al mismo tiempo, la menor se levantaba de su cama imitandola.

¿A dónde vas?— ambas se levantaron y pusieron sus zapatos.

Creo que... Seungminnie, no lo sé, olí su aroma. Como si se hubiera...

Escapado por la ventana.— Terminó la frase Yewon, quien estaba con la mirada perdida en la ventana.

Sí... ¿acaso tu lo has visto antes?

De hecho, sí. Lo seguí una vez.— Sintió la mirada de la menor posada en ella, así que continuó. —Lo vi con un niño, creo que era un kitsune, salen a jugar todas la noches.

¿Cómo es posible que no hayas hecho nada?—regañó susurrando algo histérica.

Se veía feliz, no quería arruinarlo—respondió con tranquilidad.

Yo lo voy a seguir, es muy peligroso, no lo dejaré solo.— Salió del cuarto alarmando a Yewon quien se levantó de la cama y la siguió.

—¿Pueden callarse?— habló Dahyun en un susurro, que nadie oyó más que la vacía habitación.

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، ⋆ 𝙨𝙪𝙢𝙢𝙚𝙧 𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩𝙨 𖦹 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ៸ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora