⭑cαpı́tulo quınce·˚ ༘

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Finalmente llegó el día que todos, –o la mayoría–, de estudiantes esperaba; el día sábado.

Seungmin no estaba seguro respecto a volver a casa aquel fin de semana. Sus padres habían tenido una semana libre para poder viajar a Tailandia, y volver a casa para estar solo o con sus hermanos no era una idea que le gustara mucho, los veía muy seguido en el internado.

Lo más probable es que se quedase, no tenía problema con ello, ya lo había hecho antes. Además, era una buena oportunidad para poder pasar más tiempo con Minho y los demás.

El de cabellos plateados era una persona muy trabajadora, parte de su naturaleza en si, y solía quedarse en el campus los sábados para terminar con todos sus trabajos pendientes, ¿quién dijo que ser parte del consejo era fácil?

Kim suspiró. Esperaba que esta vez Lee tuviese algo de tiempo libre para estar con él.

Siguió caminando entre la multitud de alumnos, encontrándose entre estos a cierta cabellera de un brillante color rojo.

«Jeongin», pensó al instante.

Y al parecer, el menor notó la mirada del castaño sobre él. Seung se giró rápidamente, evitando la penetrante mirada de Jeong, pero entonces, podía ver de reojo como esa rojiza cabellera cada vez se acercaba más a él, ¿o solo era su imaginación?

Miró detrás suyo, pensando que Yang podría estar viendo a alguien más, hasta que, ya estando muy cerca a la puerta principal para salir, sintió un suave toque en su hombro que lo hizo sobresaltarse. No tuvo que girar para saber quién era, su característico olor lo delataba. Era él.

Tragó saliva, dispuesto a encarar al menor, pero se escuchó como alguien gritó: ¡Jeongin!, con fuerza.

Al instante notó como la presencia de aquel dulce aroma se alejaba, finalmente volteando en su dirección, vio a Yang alejarse, otra vez.

Poniéndose de puntillas intentaba ver quién lo había llamado, aquella voz sonaba... familiar de cierta forma.

Se abrió paso entre los estudiantes que iban saliendo, algunos fuera del internado y otros a sus habitaciones, hasta estar lo suficientemente cerca como para notar la presencia de quien acompañaba a Jeongin; su madre.

Seungmin no lo dudó dos veces antes de salir corriendo despavorido en dirección contraria a los kitsunes, solo rogaba que la mujer no lo haya visto.

Ya estando lejos de ahí, sintió su celular vibrar dentro de su mochila indicando una llamada entrante de Minho.

Deslizó su dedo por la pantalla para contestar.

Seungminnie.

—¿Qué pasó, hyung?

Ven a la sala del consejo, estamos todos aquí... te ayudará a distraerte un rato. Sugirió. Se podía escuchar las risas de los demás y como conversaban alegremente.

—Bien—dijo vacilante. Desvío su mirada a todos los estudiantes que caminaban a la puerta principal. —Estaré ahí en un rato.

Te esperamos.—Dijo Minho. Seungmin podía imaginar la gran sonrisa que hizo su amigo y sonrió por instinto.

Colgó y guardo su teléfono en el bolsillo derecho de su pantalón. Suspiró y empezó a caminar hacia la salón a través de los pasillos.

Es raro encontrar la sala del Consejo estudiantil vacía, siempre está alguien acomodando papeles, haciendo pequeñas reuniones o proponiendo eventos.
Seungmin subió hasta el piso correspondiente y tocó la puerta.

، ⋆ 𝙨𝙪𝙢𝙢𝙚𝙧 𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩𝙨 𖦹 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ៸ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora