Luego de vαrıos αños, el pequeño Kım se rındıó. Sus pequeñαs esperαnzαs se ıbαn cαdα vez que el tıempo pαsαbα y pαsαbα; sus pequeñαs esperαnzαs de encontrαr α Jeongın, del cuαl se enαmoró en lαs noches de verαno.
▹ 𝗆𝗒𝗍𝗁𝗈𝗅𝗈𝗀𝗂𝖼𝖺𝗅 𝖼�...
Jeongin y Hyunjin se llevaron muy bien. El mayor le había contado varias cosas al menor; como era el instituto, sobre su familia, entre otras cosas, mientras le ayudaba a Yang a acomodar sus pertenencias en su nueva habitación.
—¿Dijiste que Taeyong iba en último año, no?—Hyunjin asintió mientras sacaba de la maleta un par de camisas—. ¿Entonces qué hacía aquí? ¿No debería estar en el edificio E1 o E2?
—Se rumorea que está saliendo con una chica de segundo. Tal vez estaba aquí por ella.— Se encogió de hombros restándole importancia.
—Ya veo—musitó el menor guardando la ropa en su armario.
Minutos después, cuando ya solo faltaban algunas prendas más por guardar, unos toques en la puerta hicieron a ambos chicos mirarse.
Hwang se levantó y abrió esta, encontrándose con un chico de cabellos plateados sonriéndole.
—Oh, buen día, Hyunjin.
—Buen día, Minho—respondió devolviéndole la sonrisa.
Lee sacó un papelito de su bolsillo y dijo: —Tú debes ser Yang Jeongin, ¿no es así?— A lo que el menor de todos asintió.
Minho se adentró en la habitación y le extendió la mano. —Soy Lee Minho, presidente del consejo estudiantil.
—Mucho gusto—habló con amabilidad y tomó la mano del mayor.
—Supongo que eres un kitsune, ¿no es así?— El menor asintió con una sonrisa sin mostrar los dientes. Alzó sus suaves orejas, lo que Minho interpretó como una pregunta a la especie que era. —Soy un arconte.*
Jeongin se sintió un tonto al no darse cuenta. Después de todo, era bastante obvio. Tenía unas enormes alas blancas, su piel era pálida también, y su cabello era de un plateado muy llamativo. Vaya que el chico era guapo.
—Creo que ya las notaste.— El chico movió sus alas, haciendo que estas se despleguen, viéndose más voluminosas.
—Son muy bonitas, hyung—dijo Hyunjin sin poder dejar de admirarlas.
—Gracias—respondió sonriente. —Oh, casi lo olvidó. Jeongin, tienes que acompañarme a la biblioteca; ahí conseguirás algunos libros que necesitas. Vamos, se hace tarde.
El pelirrojo tomó una chaqueta, y ambos salieron después de un "adiós" por parte de Minho a Hyunjin.
Era algo tarde, el sol estaba ocultándose creando un bonito color y los estudiantes salían de sus clubs algo cansados, por lo que pudo notar Jeong. Su atención se posó en Minho quien le platicaba a cerca de lo que estaba y no permitido en el instituto, y los numerosos clubs a los que podía entrar.
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—Kim, tus lanzamientos son tan impecables, estás mejorando—halagó el entrenador a un sudoroso alumno.
—Gracias, trabajaré el doble mañana—. Sonreía mientras secaba el agua de su frente con una pequeña toalla. Tomó su mochila y la colgó en su hombro derecho, caminó mirando al frente –como siempre– haciendo que las miradas de todos cayeran en él.
