⭑cαpı́tulo sıete·˚ ༘

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Un chico de cabellera plateada iba caminando a paso rápido por el pasillo, tenía que llegar al aula del consejo estudiantil a dejar algunos papeles y cosas de la campaña de aquel año.

Sacó del bolsillo de sus jeans su celular, fijándose en la hora, y al ver que era temprano empezó a caminar con más tranquilidad.

—¡Minho hyung!—escuchó que le gritó alguien a lo lejos, una voz que él conocía muy bien.

Un castaño de ojos ámbar corría hacia él con una enorme sonrisa. Y Lee, al verlo, atinó a girarse hacia la dirección contraria y comenzar a caminar con velocidad otra vez.

Pero el otro chico era más rápido y lo tomó por el brazo antes de que pudiese huir.

—No te dejaré escapar tan fácilmente, ¿sabes?

—Lo sé, Kim. Pero debo llevar esto al consejo y-

Antes de que pudiese siquiera terminar de hablar el otro ya le había arrebatado la caja que llevaba con las cosas.

—Entonces déjame ayudarte, hyung—. Minho rodó los ojos.

Kim Seungmin era como un príncipe. Siempre era atento, tenía una sonrisa encantadora, era capitán del equipo de béisbol y un buen alumno, ha decir verdad. Y esto el mayor se lo decía mucho a Kim, pero siempre dejándole en claro que para él era su mejor amigo, nada más.

—Changbin hyung te estaba buscando esta mañana, Lee—. Al oír ese nombre se giró rápidamente hacia el menor.

—¿Le sucedió algo malo?

—No, solo quería hablar contigo—. El de cabellos plateados simplemente asintió.

—Lo veré en la próxima clase, creo que tenemos física juntos.

Giraron por el pasillo hacia la izquierda y la primera puerta era la que daba con la sala del consejo. Ambos entraron y Seungmin dejó la caja sobre la mesa que se encontraba en aquel lugar.

Minho en ese momento notó algo.

—Dios, no me digas que aún llevas ese brazalete—dijo Lee mirando la muñeca de su amigo.

Kim río ante el comentario de su acompañante.

—No dejaré de usarlo por nada en el mundo—. Y ahí estaba otra vez, Kim Seungmin y su estúpida sonrisa encantadora.

—¡Es por este tipo de cosas que eres un príncipe, Minnie!—protestaba Minho haciendo al menor rodar los ojos.—Tan fiel a aquel niño. ¿Cómo se llamaba? ¿Jeongin?

—Yang Jeongin. ¡Y sé que este año tendré suerte, puedo sentirlo, lo encontraré!

—Sí, como digas.—Lee dijo restándole importancia. —¿No has considerado salir con alguien más?—musitó sacando los papeles de la caja y ordenándolos en unos folios.

—Para ti es fácil decirlo. ¿Considerarías dejar a Bin por alguien más como si nada?

El mayor se quedó en silencio. Seung tenía razón, no dejaría a la persona de la que está enamorado así nada más.

—¿Sabes qué? Estás en lo cierto, tal vez este año tengas suerte.

Al, Minho, pasar junto a Kim, le dio una palmadita en el hombro haciendo reír al menor.

—Hablando de Changbin, ¿podemos ir a verlo ahora? Todavía faltan unos quince minutos para que la próxima clase empiece—. Minho juntó sus manos frente a Seungmin en forma de súplica.

—¿Acaso el presidente del consejo estudiantil acepta un "no" como respuesta?—dice el castaño cruzando sus brazos.

—Jamás, así que no tienes elección. Andando—. Minho sacó a Seungmin del lugar tirándolo por el brazo dirigiéndose al club de jardinería en busca de su novio.

—Wah, hyung, no quiero ser la tercera rueda otra vez...

—N-no será así, sólo iré a ver qué quiere—. El mayor, algo avergonzado, aceleró el paso.

Caminaron un poco más pasando los pasillos del grande campus; ambos suspiraron al sentir el delicioso olor que desprendía el club de cocina, pero la expresión de sus rostros cambiando a una de desagrado a causa de las duchas de los chicos.

—Ew, hyung, ¿acaso este es el único camino a el club de jardinería?—exclamó, tapando su nariz, el castaño.

—Sí—dijo ya enojado. —No te quejes, ya estamos cerca.

Unos cuantos pasos más y estaban frente a los bellos jardines con flores pulcramente cuidadas y árboles altos con decoraciones hechas a mano: el ambiente era tan encantador. Los chicos se adentraron por el estrecho camino de piedras, observando a algunas ninfas corriendo de aquí allá sonriendo todo el tiempo, a las dríadas arreglando los árboles, a las sílfides usando sus alas para llegar regar los más altos arbustos.

Generalmente, en esa clase la mayoría eran especies femeninas. Sin embargo, unos chicos se podían divisar; entre ellos, el pequeño Changbin, un elfo* de cabellos azabaches, piel pálida, orejas alargadas y ojos tan verdes como el huerto que acomodaba.

Minho, al verlo, suspiro y una sonrisa se pinto en su rostro. Seo no había notado la precencia de este y se encontraba cortando las ramas secas de algunas flores arrodillado con el uniforme especial para jardineros, con algo de tierra sobre sus mejillas, viéndose muy adorable.

Lee caminó sigilosamente, dejando atrás a Seungmin, que lo seguía para no sentirse tan solo.

—¡Binnie!—gritó tomado por los hombros desde la espalda a su novio, quien saltó del susto tirando algunas semillas.

—¡Honnie!—respiró hondo tomando su pecho—, me asustaste mucho.

El más bajo se incorporó sintiendo al instante como Minho ponía una de sus manos en su cintura. —No seas tan exagerado, Bin. Vine a ver qué querías.

—Ah, es verdad, tenía problemas con la clase de química, no me salían algunas operaciones—, formó una mueca en sus labios. —Quería ayuda de mi lindo novio.

—¿Ah si?—contestó coqueto.

La pareja cada vez se acercaba más al contrario, juntando sus cabezas, menos de un centímetro separaba sus labios. Los dos entrecerrando sus ojos lentamente...

—¿Ah, Seungmin, qué diablos fue eso? —toda acción fue interrumpida por el fuerte manotazo que recibió Minho en la cabeza.

—Tú dijiste que esta vez no sería la tercera rueda.

Ambos mayores se miraron entre sí para luego girarse hacia el menor de todos, este estaba con los brazos cruzados y los labios fruncidos, creando una imagen tierna para quien lo viese. Changbin y Minho se echaron a reír ante la actitud infantil de su amigo, haciendo a Kim bufar.

Seungmin anhelaba encontrar a Jeongin para poder abrazarlo como Minho y Changbin lo hacían.

Seungmin anhelaba encontrar a Jeongin para poder abrazarlo como Minho y Changbin lo hacían

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*Los elfos son unα de lαs rαzαs mάs αntıguαs y venerαbles que se conocen. De αspecto frάgıl y delıcαdo, son fάcılmente reconocıbles por sus orejαs puntıαgudαs y pıel pάlıdα. Vıven cıentos de αños, ıncluso se pıensα que son ınmortαles. A pesαr de ser menos corpulentos que los humαnos, tıenen mαyor αgılıdαd y destrezα en sus movımıentos. Un elfo se mueve con grαcıα y delıcαdezα, y de un modo tαn sutıl y sılencıoso que α veces es ımpredecıble su precencıα. Esto les permıte seguır con sıgılo pαrα espıαr o reαlızαr un αtαque por sorpresα. Los elfos tıenen desαrrollαdα lα ınfrαvısıón, por lo que no les resultα dıfı́cıl moverse en lα noche o entre αltαs y densαs αrboledαs por donde no entrα lα luz solαr.

، ⋆ 𝙨𝙪𝙢𝙢𝙚𝙧 𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩𝙨 𖦹 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ៸ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora