Luego de vαrıos αños, el pequeño Kım se rındıó. Sus pequeñαs esperαnzαs se ıbαn cαdα vez que el tıempo pαsαbα y pαsαbα; sus pequeñαs esperαnzαs de encontrαr α Jeongın, del cuαl se enαmoró en lαs noches de verαno.
▹ 𝗆𝗒𝗍𝗁𝗈𝗅𝗈𝗀𝗂𝖼𝖺𝗅 𝖼�...
Los tres jóvenes se encontraban sentados en la cafetería del campus. Minho y Yerim bebían unas malteadas, y frente a ellos se encontraba Seungmin comiendo frituras.
-¿Entonces nos dirás que fue lo que pasó?-comenzó la hermana de Seung, haciendo que este la mirará de mala manera.
-Me dio su número, me invitó a salir-soltó el castañito.
Ambos chicos frente a él lo miraron con sorpresa. Lee dejó la malteada sobre la mesa y lo miró como si fuese un bicho raro.
-Kim Seungmin, ¿te das cuenta de lo que dices?, ¿realmente eres tú?- El castaño estaba demasiado tranquilo como para ser normal. El chico por el que suspiraba lo invitaba a salir, ¿y esta era su reacción?
El chico se limitó a dejar la bolsa de frituras de lado y esconder su rostro entre sus manos.
-Es que yo... ya le dije que sí, y realmente no estaba listo para esto. Me siento mal, hyung, intenté negarme pero él continuó insistiendo. No sé qué voy a hacer ahora.
Yerim dejó su bebida de lado también, para sentarse junto a su hermano y dar una suave palmadita en su hombro.
-Ya, Minnie. Todo estará bien, tranquilízate-musitó revolviendo los cabellos de su menor.
-Sí, nosotros te ayudaremos. Y piensa que estuviste esperando por esto mucho tiempo, deberías estar feliz-ahora habló Minho, intentando animarlo.
-Supongo que finalmente llegó el momento, ¿no?- Una sonrisa se dibujó en su rostro.- Después de tantos años, por fin encuentro a Jeongin. No pienso desperdiciar esta oportunidad-finalizó con decisión.
Minho y Yerim se miraron. El arconte sonriendo y Yerim sólo rio.
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El clima era agradable, no había mucho sol ni mucho viento corriendo. Seungmin sonrió.
Su cabello estaba arreglado hacia atrás con pequeños mechones despeinados -hecho especialmente por Yerim- y unos pantalones grises oscuros holgados, una camiseta celeste fajada y zapatillas simples. No quería verse tan arreglado; solo era una salida casual de ¿conocidos?
Soltó un suspiro, estaba nervioso y abrumado. Jisung lo había torturado cuando se enteró de su salida, gritando que era una cita y que debía vestirse con lo mejor que tenía y más cosas que no quizo escuchar. Jisung enserio estaba loco.
Arreglaron encontrarse fuera del campus, cerca al centro, donde había una pequeña plaza muy bonita y cafeterías, ahí elegirían a cuál de ellas entrar.
Faltaba media hora para la cita, salida, mierda, salida y decidió caminar, pues había tiempo.
Divisó a Jeongin pasos más adelante, el pelirrojo no lo veía, en ese momento, toda su confianza se fue y sus rodilla comenzaron a temblar, a este punto era una costumbre.
