، ⋆ 𝙨𝙪𝙢𝙢𝙚𝙧 𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩𝙨 𖦹 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ៸

⭑cαpı́tulo cuαtro·˚ ༘

—¿Minnie, qué haces aquí? —Dahyun se acercó a Seungmin, quien estaba con su cajita de cuentas que guardaba especialmente para pulseras. —Sí querías una, podrías haberme llamado. Te puedes hacer daño—regañó con voz suave.

—Noona, es que quería hacerla yo.— Puchereó, sintiéndose algo inútil en llevar ya una hora sin poder, si quiera, poner una piedrita en el hilo de colores. Las mismas piedritas que contaba el primer día que conoció a Jeongin.

—Déjame ayudarte y tú la continúas.— Seungmin asintió y se acomodó en la cama para que su hermana se sentará junto a él.

Unos cuantos minutos más y Seungmin ya la tenía hecha.

—Muy bien, Seungminnie.— Celebró la mayor, haciendole cosquillas en sus orejitas. El niño sonrió ante el tacto y tomó la pulsera en sus manos. —Es muy bonita, tienes que ponertela.

Min ojeó de nuevo el brazalete, y Dahyun tenía razón, estaba muy bonito.

Sin embargo, él no sería quien se lo pondría.

Jeongin, a diferencia de Seungmin, era muy hábil, no era la primera vez que hacía una pulsera, pero sí era la primera vez que usaba los cuarzos que encontraba en la orilla del mar.

Recogía las piedritas y caracoles que encontraba y los lavaba con el agua salada. Tenía unos cuantos en sus delicadas manos pero rápidamente los guardaba en el bolsillo que tenía su traje de baño.

—Innie, mi vida, ¿qué recoges?— Sunhee llevaba un sombrero mientras estaba recostada en una silla muy lejos de la orilla.

—Nada, mamá—mintió descaradamente, pues si su madre se llegara a enterar que las rocas eran para una pulsera que no iba a portar, sospecharía concluyendo que era para el licántropo. No entendía porque tanto odio, si a sus ojos Seungmin era tan lindo.

Las mejillas de Jeongin tomaron un color rosa al darse cuenta en lo que pensó.
Se limitó a negar con la cabeza, como si así borrarán sus ideas, para seguir tomando las piedritas.