، ⋆ 𝙨𝙪𝙢𝙢𝙚𝙧 𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩𝙨 𖦹 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ៸

⭑cαpı́tulo cαtorce·˚ ༘

El castaño iba corriendo por los pasillos sin rumbo fijo. Muchas dudas atrapaban su mente. Sentía una gota de sudor recorriendo su mejilla, por lo que limpió esta con su antebrazo sin dejar de correr, llamando la atención de las personas que iban pasando junto a él.

Era él, era Yang Jeongin.

Después de tanto tiempo buscándolo, el mismo chico había llegado a él, y en el momento más inoportuno.

Su mente no terminaba de procesar el echo de que el pequeño pelirrojo ahora se encontraba cerca de él nuevamente.

Ante este pensamiento, una sonrisa se formó en sus labios. Intentaba buscar alguna excusa para volver a hablarle, hasta que su hombró impactó con el cuerpo de alguien más haciendo a ambos tambalearse.

-¿Seungmin?

-A-ah, Hyunjin, lo lamento mucho, no fue mi intención-musitó avergonzado.

-¿Sucedió algo?-le respondió el más alto con gentileza.

Apenas y terminó de decir esto, cuando a lo lejos se escuchó un grito prepotente de una voz muy familiar.

-¡Kim Seungmin!-Al instante reconoció aquella voz sin tener que siquiera girarse a ver a la dueña de esta. Yerim iba a matarlo, o quién sabe, tal vez algo peor.

-Hyunjin, lo lamento mucho, después hablamos, ¿si?-se disculpó, por segunda vez, rápidamente antes de volver a salir corriendo esquivando a los que pasaban con una castaña yendo tras él, y dejando a Hwang muy confundido.

-¡Kim Seungmin!-otra vez.

Ya algo lejos de Hyunjin, Seungmin seguía huyendo. Notó que Yerim tenía los ojos color ámbar, algo acaramelados. Significaba que sus sentidos se intensificaban y sus emociones son más fuertes.

Yerim saltó sobre él, ya que el chico seguiría corriendo sin importar qué.
Ambos calleron al suelo.

-Seungmin... qué... qué te pasó.-La chica se sentó, respiraba lento tratando de recuperar aire.

-Yo, eh, estaba... tenía que irme, sí, olvidé mi celular en mi habitación, sí.- Trato de convencer a su hermana asintiendo rápidamente, pero como si fuera un programa de televisión y todo fuera planeado en contra del personaje principal; su móvil comenzó a vibrar en el bolsillo de su pantalón.

Seungmin jadeó y tomó su celular apagándolo al instante. Yerim bufó, pero aún tenía sus sentidos sensibles. Pudo olfatear el aroma tristón del menor. Este se veía avergonzado; rascaba la palma de su mano.

-¿Quieres contarme algo?- La mirada de Seung bajó y ella agachó la cabeza tratando de encontrarla. -Minnie...- insistió más calmada, acariciando el hombro del nombrado.

-Solo necesito descansar.

Lo último que vio, fue su hermano levantarse e ir a paso rápido hacia el edificio de las habitaciones.

Seungmin no era alguien que se ponía triste por cualquier cosa. Es muy positivo, siempre viendo el lado bueno de todo. Yerim se preocupó. La única vez que vio a su hermano de esa forma, fue hace tantos años, cuando eran niños. Ni siquiera se acuerda el por qué.

Caminó algo tensa, de regreso al salón de arte.
Todo era tan confuso.

-Yerim.- Seulgi llamó. -¿Tu hermano está bien?

La mencionada no sabía que responder. Sobre el hombro de Seulgi se asomó una cabellera rojiza con orejas, que se veían, suaves. Jeongin. Casi lo olvidaba.

Mientras tanto, el kitsune tenía una mueca en su rostro y sus ojos caídos. «¿Acaso hice algo que lo ofendió?» pensaba, más lo descartaba ya que sólo lo saludó. No pudo haber sido su culpa ¿verdad?