CAPÍTULO 6: UNA MUY DOLOROSA REVELACIÓN

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Disfrútenlo muchas gracias!!.

Lincoln junto con su familia pasun genial día en el restaurante de Lynn padre por el motivo del cumpleaños del albino.

Durante toda la celebración Lincoln no le apartó la mirada a su hermana mayor, debido a que estaba tratando de averiguar lo que le sucedida y por qué estaba deprimida.

No importaba si ella llegaba a fingir muy bien una sonrisa, a él no lo engañaba.

El día Lunes llegó, y ahora, nos vamos a ver a Lincoln el cual se encontraba en su habitación, despierto, mientras estaba conversando con sus amigos por el grupo.

Grupo de amigos...

—Entonces, Lincoln ¿Cómo pasaste tu cumpleaños? ¿Te hicieron una genial fiesta? —preguntó Elizabeth.

—¡Si, Beth! Fue genial todo, también porque la celebramos en el restaurante de mi papá —respondió el peliblanco.

—¿Ahí lo celebraron? Wow amigo, eso debió de haber sido brutal —dijo Alan.

—Si, eso explica porque el restaurante estuvo cerrado desde la mañana. Quería comer algo ahí pero nunca abrieron —dijo Max.

—jeje, el restaurante de mi papá es bastante popular, y tiene mucha clientela. Es genial ser el hijo del dueño —escribió Lincoln.

—Créeme, Lincoln, me hubiera gustado mucho haber ido a tu fiesta. Pero no pude, es una pena —mandó un mensaje Clyde, seguido de un emoji con carita triste.

—Descuida, hermano, me alegro mucho de que estés disfrutando con tus padres en Nueva York —dijo Lincoln.

—Y hablando de eso, ¿Saben algo chicos? Mis padres me dijeron que dentro de 3 días regresaremos a Royal Woods —dijo Clyde, para todo el grupo de amigos.

Eso alegró bastante al peliblanco al saber que su mejor amigo regresaría pronto a esa ciudad.

—¡Genial, Clyde! —dijo Lincoln.

—Ya te extrañaba, barra de chocolate —dijo Max, mandó un emoji de una fuerte risa después de eso.

—X2 —escribió Alan.

—Ay, mi chocolatito, en verdad te extrañé demasiado —escribió Elizabeth, seguido del emoji de un corazón.

—Yo también te extrañé mi vida, pero por aquí no chiquistrikis.

—¡POR FAVOR! no vayan a empezar con sus cosas cursis porque voy a llorar, y odio llorar, y también me enferma ver parejas felices —dijo Max.

—Si, es verdad, ustedes dos harán que me den ganas de vomitar jajaja —escribió Alan.

—Ya tendrán tiempo de darse mucho amor y cariño cuando regreses, Clyde, pero no comiencen ahora, por favor jaja —dijo el peliblanco, hasta él se sentía un poco incómodo con lo que leyó.

—Ustedes tres tienen envidia de nosotros, ya quisieran tener a una chica como yo —dijo Elizabeth, y ese mensaje sonó muy arrogante.

—¿Cómo tú? ¡Ja! si, claro, nosotros no necesitamos de chicas como tú, somos solteros y hacemos lo que queremos ¿Cierto, chicos? —preguntó Max, confiando en que Lincoln y Alan le den la razón, pero siempre en un grupo nunca falta el que flaquea.

—No, amigo, ser soltero es muy feo, ¡Quiero una novia! —dijo Alan, luego de eso mandó un emoji con una carita triste.

—¿Qué? Alan eres tan pendejo que no te puedo insultar. ¿Para qué tener una novia ahora? Somos jóvenes solteros y podemos hacer lo que queramos jajaja.

MI BLANCA ESPERANZA [LORICOLN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora