CAPÍTULO 8: "UNA CITA"

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Disfrútenlo muchas gracias...

El día viernes había llegado, luego de que Lori le confesó a Lincoln sobre sus problemas, se sintió un poco mejor, aunque no tanto como para poder decirles a toda su familia sobre su problema.

Lincoln por su parte se había prometido ayudar a Lori en lo que más pudiera.

Nos vamos a la habitación de Lori, dónde la rubia se encontraba despertando, pues la habitación era iluminada por los rayos del sol que daban en su rostro.

Pocos segundo después la puerta de la habitación sonó.

—Pase —dijo Lori estirando sus brazos.

En ese momento Lincoln ingresó a su habitación...

—Buenos días, Lori, ¿Cómo dormiste, hermana? —preguntó el peliblanco, ingresando en la habitación de la rubia.

—Muy bien, Lincoln, ¿Y tú cómo amaneciste hermanito? —preguntó Lori para después dar un largo bostezo, hacía tiempo que no dormía tan bien como lo hizo anoche.

—Pues muy bien gracias por preguntar, ehm Lori, dentro de unos minutos ire a dejar a las chicas a la escuela, y me preguntaba si querías acompañarme ¿Qué dices? —preguntó Lincoln con una sonrisa.

—Está bien Lincoln —respondió, medio dormida, en serio ese sueño que tuvo fué uno muy bueno para ella—. Déjame alistarme y salimos.

_De acuerdo, Lori, te espero entonces  —dijo Lincoln, posterior a eso cerró la puerta de la habitación.

Afuera en el pasillo con el albino...

—Muy bien, Lincoln, desde hoy empieza tu nuevo plan, hacer sentir bien a Lori y ayudarla a superar sus problemas. Empezando desde hoy —murmuró Lincoln, con una mirada llena de determinación, estaba totalmente convencido de ayudar a su hermana.

Al cabo de unos cuantos minutos más, Lori bajó a la primera planta. Todos desayunaron y después de eso, Lincoln junto a Lori se llevó a las hermanas más jóvenes a su respectiva escuela. Un viaje bastante divertido, sobre todo para Lola quien de nuevo se ganó el puesto de copiloto.

Cuando regresaron a casa, Lynn padre y Rita ya no se encontraban puesto que se habían ido a sus trabajos. Todo le estaba saliendo a pedir de boca al peliblanco, póngale cuidado.

Cuando Lincoln y Lori ingresaron en la casa, Lori estaba apunto de subir de nuevo a su habitación y quedarse ahí todo el santo día, después de todo, no era como si tuviera los ánimos suficientes como para salir a hacer algo, pero Lincoln la detuvo.

—Oye, hermana, ¿Tienes planes para el día de hoy? —preguntó el albino.

—Bueno, no en realidad, literalmente solo tenía planeado quedarme en la habitación, si era posible, todo el día y no salir para nada. Ya que no tengo nada mejor que hacer —dijo Lori.

—Ay pero que plan tan triste y que poca imaginación tienes Lori, creo que de solo escuchar ese grandioso "plan" ya me dió pereza hasta de vivir —dijo Lincoln mirando a su hermana con una cara llena de pereza, y es verdad, a menos que seas alguien acostumbrado a quedarse todo el día en tú habitación, ese plan era muy aburrido.

—Pues es lo mejor que puedo hacer el día de hoy, hermano. Literalmente no se me ocurre nada más que pueda hacer —respondió Lori cruzándose de brazos. El peliblanco suspiró, en serio, que poca imaginación tenía.

—Yo tenía planeado hacer algo diferente a eso, Lori —dijo Lincoln colocando sus manos en sus bolsillos.

—¿Ah, sí? ¿Qué tenías planeado hacer? Claro si se puede saber, Lincoln.

MI BLANCA ESPERANZA [LORICOLN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora