MI BLANCA ESPERANZA [LORICOLN]

CAPÍTULO 15: EL REGALO DE LINCOLN

Disfrútenlo muchas gracias!!.

Habían pasado alrededor de 2 días desde que Lincoln y Lori se confesaron sus más profundos sentimientos y su amor por el otro, por lo que decidieron mantener en secreto su relación, tratando de mantenerla lo más oculta posible. Ya que, aunque no estén en la casa las demás hermanas Loud, era demasiado arriesgado para estos dos darse muestras de afecto y cariño mutuo. Porque corrían el riesgo de que alguna de sus hermanas menores los pillen o peor, sus propios padres.

Sobre el problema que tiene Lori, esta le dijo a Lincoln que hablaría con sus padres y les explicaría lo sucedido con Bobby y sobre su otro problema pero lo haría sola ya que no quería involucrar a Lincoln en esa conversación sabiendo que podrían sospechar algo, y eso Lori no quería.

Pero ahora no nos vamos a centrar en este tema, si no que nos vamos a ver a Lincoln el cual se encuentra caminado junto con sus mejores amigos los cuales eran Clyde, Alan y Max debido a que estaban acompañando a Clyde puesto que este iba a comprar un regalo para su novia.

—Chicos de verdad les quería agradecer por acompañarme a comprar un regalo para mi novia —suspiró como todo enamorado—. ¡No saben cuanto la amo! —dijo Clyde dibujando una cara de tonto de solo recordar a su novia.

—Tranquilo, Clyde, para que están los amigos, recuerda que puedes contar con nosotros para lo que sea, y nosotros podemos contar contigo para lo que sea ¿Cierto? —preguntó Lincoln mirando a su amigo con una sonrisa.

—Lincoln tiene razón, para eso están los amigos, Clyde, para apoyarse y ayudarse —dijo Alan colocando su mano encima del hombro de Clyde.

—Gracias, chicos, me alegra saber que puedo contar con ustedes —dijo Clyde.

—Y dinos Clyde, ¿Qué clase de regalo le vas a comprar a Elizabeth? —preguntó Max.

—Bueno, resulta ser que, cuando Elizabeth y yo estábamos paseando por el centro el día en que regresé de Nueva York, nos topamos con una joyería —dijo Clyde.

—Ah ya sé por dónde la situación jaja —mencionó Max, ya con escuchar "joyería" dedujo todo, era muy obvio.

—Si jeje, y bueno, a Elizabeth le llamo la atención un precioso collar de plata en forma de corazón y, me imaginé que debió de haberse enamorado de ese collar, así que lo voy a comprar para ella —dijo Clyde rascando su mejilla ligeramente ruborizada.

—Awww que lindo de tu parte, Clyde, es lindo que le regales a tu novia un bonito presente —dijo Alan.

—Créeme, Clyde, que desde que conociste a Elizabeth, no has dejado de amarla. Ustedes dos en verdad están hechos el uno para el otro. Y me alegro por ti, amigo —dijo Lincoln colocando su mano en sus bolsillos.

—Si jeje, recuerdo bien cuando la conocí, íbamos en la secundaria, y bueno desde ahí nos hicimos amigos y luego..., nos hicimos novios —dijo Clyde, pasando su mano por detrás de su cuello.

—Me alegro por ti amigo, espero que los dos sean muy felices juntos —dijo Lincoln.

—Gracias, Lincoln.

—¿Y cuánto cuesta ese collar, Clyde? —preguntó Alan mirando a Clyde.

—Bueno resulta que, al día siguiente me acerqué a esa joyería y le pregunté a la señorita encargada del lugar por ese collar de plata y me dijeron que costaba 60 dólares —respondió Clyde.

—¿Qué? ¡¿60 dólares?! ¡Ok, ok, ok! Clyde, se que me vas a odiar por decirte esto, es lindo y genial que quieras a tu novia pero, ¿En realidad piensas gastar todo ese dinero para comprarle un regalo a tu novia?. ¿No crees que sería mejor darle...¡Otra! Clase de regalo? —preguntó Max.